El siglo XXI se ha caracterizado por ser de grandes avances tecnológicos y descubrimientos científicos entre otros; pero también, de una sociedad intolerante que no respeta las diferencias. Y menos si se trata de una mujer, donde el machismo a pesar de todos los avances no quiere ceder espacios, sobre todo en este país donde el pan de cada día es el feminicidio.
La violencia se manifiesta no solo en desaparecerla de la faz de la tierra, sino que es generada por el odio, envidia y la frustración desmedida que lleva a mancillar su reputación con actos bajo la tutela de un “ANONIMO”, porque su rastrera dignidad la cubren bajo el manto de querer endilgar a otras personas lo que ellas son.
Estos factores de violencia que padecemos las mujeres por el sólo hecho de serlo, está fundamentada en la violencia misógina, ya sea en el plano ideológico, político o académico entre otros, nacidas por situaciones de desigualdad en una sociedad estructuralmente constituida por el machismo mal direccionado desde los hogares.
Los anónimos son mensajeros necrofílicos, bajos, cobardes motivados reitero, por el odio, envidia y su único interés es dañar un patrimonio ético-moral.
Hoy, un sin número de mujeres que merecen respeto, como hijas, madres y esposas han sido señaladas bajo un dañino ANONIMO por personas inescrupulosas sin temor a nada, pero como dijo Jesús «el que esté libre de pecado que tire la primera piedra» o ¿Por qué no se mira primero la viga en sus ojos antes de mirarlo en el ojo ajeno?
Nuestro género femenino frente a estas blasfemias no se inmuta, calla y algunas veces apoya, y sólo se remiten inocentemente en decir «ese anónimo no es conmigo» y ¿Cuándo sea contigo que harás?
Basta mujeres de ser conformistas, apoyar el señalamiento entre nosotras y apoyándonos las unas a las otras, unidas seremos más fuertes para vencer el miedo y ser imparables.
La verdad siempre brillará como un crisol hasta en la oscuridad.
Hoy, mi espíritu está golpeado, como mujer, madre y suegra; pero tenemos algo que el autor injurioso no tiene, fortaleza familiar fundamentada en el AMOR de un Dios Justo y Misericordioso que a todos nos acoge.
Ustedes no tendrán paz en su conciencia y corazón.
MUJERES NO SE CALLEN Y NO SEAMOS INDIFERENTES
#Nomasviolenciacontralamujer
#Niunamas
Ibis Lucina Pinto Fonseca