¿Y LOS ALCALDES EN LA VISITA DE PETRO? UN SALUDO A LA BANDERA

Si bien es cierto que los alcaldes fueron invitados a ciertos eventos del presidente, las limitantes establecidas por el gobierno central no les permitió abordar y exponer las realidades de su municipio.

Es importante destacar que los alcaldes son representantes de sus comunidades y conocen a fondo las necesidades y problemáticas a las que se enfrentan en sus respectivas localidades. Estos eventos podrían haber sido una oportunidad para que los mandatarios tuvieran la oportunidad de expresar sus inquietudes y plantear soluciones que beneficiaran a sus municipios.

Sin embargo, es lamentable constatar que la participación de los alcaldes no permitió esbozar estas realidades. Puede ser que se les haya dado un papel secundario en estos eventos, o que simplemente no se haya brindado el espacio necesario para que pudieran expresarse.

Es esencial promover un diálogo abierto y constructivo entre los líderes gubernamentales a todos los niveles. Esto incluye escuchar y tener en cuenta las perspectivas y experiencias de los gobernantes, quienes están en la primera línea de acción y conocen de cerca las necesidades de sus comunidades.

Los alcaldes fueron convidados de piedra. Efectivamente, si a los alcaldes no se les permite participar en decisiones o actividades que afectan a la comunidad que representan, se puede enviar un mensaje negativo. Esto puede transmitir la idea de una falta de transparencia, falta de confianza en los líderes locales y falta de inclusión de las autoridades en los asuntos comunitarios. Además, puede generar frustración y descontento entre los ciudadanos, quienes podrían sentirse excluidos y no representados en decisiones importantes que impactan su entorno.

La articulación con los alcaldes es crucial para una buena gobernanza y para fortalecer la democracia a nivel local. Se espera que los alcaldes, como líderes electos, estén en contacto directo con las necesidades, inquietudes y propuestas de la comunidad que representan. Al permitirles tener voz y voto en los asuntos relevantes, se fomenta la participación ciudadana, se promueven soluciones colectivas y se mejora la calidad de vida de los habitantes de esa comunidad.

En resumen, la falta de participación de los alcaldes envía un mensaje de falta de compromiso y falta de representatividad hacia la comunidad que representan, lo cual puede perjudicar la confianza y la relación entre los ciudadanos y sus autoridades locales. Por tanto, es importante fomentar la participación activa de los alcaldes y garantizar que tengan una voz efectiva en los asuntos públicos para promover una gobernanza inclusiva y un mensaje positivo hacia la comunidad.

Lo ocurrido con la visita del Presidente Petro a La Guajira, es una clara muestra de deslegitimación de la institucionalidad y falta de generación de confianza para el desarrollo de la región. El avance y progreso de cualquier territorio depende de la sinergia y el trabajo conjunto entre los diferentes actores políticos y sociales. Excluir a los alcaldes de una reunión con el presidente es negarles la oportunidad de exponer sus necesidades, propuestas y dialogar sobre los proyectos que se están llevando a cabo en la región.

Esta situación también genera dudas sobre las verdaderas intenciones y compromisos del gobierno con respecto al desarrollo de La Guajira. Si no se tiene en cuenta la opinión y gestión de los alcaldes en la toma de decisiones, ¿cómo se puede asegurar que las políticas implementadas serán apropiadas y efectivas para mejorar las condiciones de vida de la comunidad?

Además, esta falta de diálogo con los alcaldes envía un mensaje de desinterés y falta de compromiso por parte del gobierno hacia la región. No se puede esperar que los ciudadanos confíen en un gobierno que no muestra interés en escuchar y dialogar con sus representantes locales.

Existen diferencias significativas entre la problemática del norte y la del sur de La Guajira por lo tanto se tenía que escuchar la posición de los mandatarios; por ejemplo, la actividad económica en el sur de La Guajira, especialmente el área de influencia de El Cerrejón, ha sido tradicionalmente la minería, que es también la principal fuente de actividad económica en el departamento. Se basa principalmente en la extracción de carbón a gran escala, lo que ha generado impactos ambientales significativos y ha dado lugar a disputas por el acceso a la tierra y el agua. En contraste, el norte de La Guajira tiene una economía más diversificada, que incluye agricultura, pesca y turismo, aunque en menor escala.

Pobreza y desigualdad: Ambas regiones de La Guajira, enfrentan altos índices de pobreza y desigualdad, pero la situación es especialmente grave en el norte. Según datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el Índice de Pobreza Multidimensional en el norte de La Guajira es considerablemente más alto que en el sur.

Acceso a servicios básicos: Aunque existe una falta de acceso a servicios básicos en todo el departamento, la situación es particularmente crítica en el norte de La Guajira. La falta de agua potable, electricidad, atención médica y educación de calidad es una realidad cotidiana para muchas comunidades de la región, lo que ha generado una crisis humanitaria y sanitaria.

En resumen, la problemática del norte de La Guajira y la del sur de La Guajira tienen diferencias significativas en términos de actividad económica, pobreza y acceso a servicios básicos y otros problemas históricos. Es importante abordar estas problemáticas de manera específica y adaptada a las necesidades de cada región.

Un líder que no escucha es como una vela sin fuego, apagada y sin capacidad de iluminar ni guiar a su equipo hacia el éxito.

Misael Arturo Velásquez Granadillo

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