Desde mi llegada a la Secretaria de Educación Departamental, además de liderar administrativamente el sector, entre otros aspectos, me he dado a la tarea de indagar como los guajiros perciben históricamente el acceso, la permanencia y la calidad de la educación en el Departamento, así mismo, identificar los aportes de la sociedad civil y los diferentes niveles de gobierno con el propósito de ejecutar estrategias a corto plazo (lo que falta del gobierno actual); indudablemente, si me lo permite el nuevo gobierno legar algunas recomendaciones a mediano y largo plazo que apoyen la formulación y ejecución de estrategias que permitan mejorar sustancialmente las apuestas educativas y sus efectos en la sociedad Guajira.
Salvo en la sociedad civil, hay un gran acuerdo tácito entre los miembros de las comunidades que participamos en el sector, en cuanto a la percepción respecto al valor que se le da a la educación, la cual se ve más como un derecho (a pesar que está en la constitución, no se trata así) que un servicio (como lo desarrollan la mayoría de las normas actuales), para los Guajiros en general, la educación es un derecho que permite transformar las realidades personales y sociales por lo que se proyecta como el más importante motor del desarrollo y uno de los instrumentos más eficaces para reducir la pobreza, cerrar brechas y lograr movilidad social, así como un medio idóneo para lograr la igualdad de género, la paz, mejorar la salud mental, nutrirse y la estabilidad personal.
No obstante, en este escenario post pandemia (Covid 19) y post medida (intervención por el MEN CONPES 3883) se considera que se generaron más necesidades con la obsolescencia de máquinas, equipos y tecnologías, además bienes muebles e inmuebles y el incremento exagerado de la matrícula de más niños al sistema oficial por lo que se requieren realizar muchos más esfuerzos que los actuales e inversiones inteligentes y eficaces para ayudar a adquirir las habilidades cognitivas, socioemocionales, técnicas y digitales avanzadas que necesitan para que los jóvenes guajiros puedan ser competitivos abriéndose espacios para prosperar en el mundo actual.
En la recolección de información con estudiantes, docentes, directivos docentes, padres de familia, gobierno, académicos, investigadores , comunidades rurales e indígenas, entre otros, teniendo como referente su localidad y el establecimiento educativo de su jurisdicción es posible aproximarse a la conclusión que es necesario rediseñar aspectos básicos y el rol de todos conforme a los contenidos de las áreas de estudios, métodos de enseñanza, formación docentes, evaluación por logros, dotación y planta física, administración y recursos, acceso y permanencia, participación e interacción, la información para la gestión y el financiamiento del sector.
Sin desconocer la necesidad de preocuparnos por la educación superior, sector que es la mayor apuesta del Gobierno Nacional se requiere fortalecer la educación inicial, la educación primaria y secundaria, además de lo correspondiente a la educación media, en tanto que los resultados no satisfactorios en pruebas externas y la falta de preparación para el ingreso a la educación terciaria merecen que se le preste la atención debida y no solo verlo desde la barrera, generando comentarios y cayendo en despropósitos como satanizar a quienes hacemos parte de él, más cuando los mismos estudiantes están convencidos que la educación les enseña a ser mejores seres humanos. Aunque para muchos es desconocido, es un aliciente para quienes remamos en esta barca, escuchar que ellos manifiesten sentirse valorados, sabiéndose lo importantes que son para las instituciones, en donde son tratados con afecto y se valoran sus iniciativas e ideas.
Es pertinente que todos reafirmemos el compromiso y acompañamiento a los procesos educativos donde participan los ciudadanos del presente y del futuro, la idea es que estemos dispuestos a involucrarnos más en las actividades realizadas por los establecimientos educativos para fortalecer los escenarios pedagógicos que permitan el mejoramiento continuo de la educación. En el caso de los gobiernos locales de los municipios no certificados, es pertinente que mejoren los compromisos con la educación primaria y secundaria optimizando los recursos transferidos por el Sistema General de Participaciones -SGP en proyectos de impacto positivo verificable. Además de realizar de manera oportuna la contratación correspondiente, realizando un esfuerzo adicional para apoyar temas de aseo y vigilancia.
En cuanto a las competencias nacionales, ya lo hemos dicho y reiteramos que es menester aumentar el valor aprobado para el departamento de La Guajira en cuanto a gastos administrativos, la ampliación de planta docente, directiva docente y administrativa; as{i como la autorización de ampliación de niveles educativos en zonas rurales y el fortalecimiento con recursos financieros por ejemplo en los establecimientos con vocación técnica agropecuaria, industrial y/o comercial. Lo anterior, sin desconocer la ayuda económica que hace el Ministerio de Educación Nacional para los estudiantes de escasos recursos a través de las estrategias de acceso y permanencia, especialmente la gratuidad y el Programa de Alimentación Escolar-PAE. Resaltamos que han sido de tan buen recibo en las comunidades que estas acciones se perciben como las más efectivas para que los NNAJ no abandonen el colegio, junto al transporte escolar que financia 100% la Gobernación de La Guajira.
Este esfuerzo merece la llamada “milla extra” y me agradó mucho la actitud de los docentes y directivos docentes quienes manifestaron estar muy comprometidos al punto de estar dispuestos a realizar actividades que van más allá de sus deberes, lógicamente con la contraprestación que se le brinden las garantías salariales, prestacionales y de salud; así como, la dotación de material de apoyo junto a los bienes y servicios mínimos para conservar los ambientes escolares.
Una pregunta que ronda por todos lados es ¿Por qué el Ministerio de Educación Nacional no aprueba el Sistema Educativo Indígena Propio –SEIP? Pues no es justo que se evalúen contenidos de población mayoritaria en territorios étnicos aun cuando ellos en su autonomía manejan métodos de enseñanza y la evaluación por logros. Lógicamente, la mala ubicación en el ranking nacional para el departamento en pruebas SABER, va a ser constante y eterna mientras no se considere esta situación. Los impactos descomunales van más allá del aprendizaje, desde el centralismo estructural no se estiman los efectos catastróficos de desigualdad que esto genera en los eventos que por la dispersión y ruralidad de las comunidades donde viven los NNAJ que pertenecen a comunidades indígenas tienen menos probabilidades de beneficiarse del aprendizaje que sus pares debido a la falta de electricidad, conectividad, dispositivos y esquemas curriculares pertinentes.
Aunque somos todos los que le debemos a la educación, llama la atención que para la sociedad civil la educación básica se vea como un problema o una oportunidad de negocios y no una oportunidad de cerrar brechas, pues la enfocan como una fuente de empleo o solución contractual para la venta de bienes y servicios; ese imaginario crea una fisura entre ésta y el sector educativo en general, por eso todos debemos asumir el reto mayúsculo de generar espacios que permitan priorizar desde la casa, los gremios, las comunidades y los gobiernos a diferente escala los factores prioritarios en la educación, los cuales requieren de acciones urgentes para su mejoramiento y por ende, su percepción en general.
Esa deuda que empezamos a saldar debe convertirse en la punta de lanza de una nueva estrategia social para la trasformación de la sociedad guajira, pues a nivel global la educación siempre ha sido trascendental para el progreso de las sociedades, pero ha conseguido mayor preeminencia en la actualidad pues estamos viviendo inmensas reformas a nuestro diario vivir y a la que nuestro departamento no debe seguir rezagado, en consecuencia a que estas transformaciones procedentes en parte por el acelerado avance de la ciencia y sus aplicaciones, así como por el no menos acelerado desarrollo de los medios y las tecnologías de la información merecen que tengamos ciudadanos capaces de sobrevivir en esta nueva comunidad global y que no seamos esclavos de la ignorancia.
Adaulfo Manjarrés Mejía
El proceso educativo requiere de continuidad en los procesos desde el mismo sector qué le dirige. El artículo muestra no sólo el amplió conocimiento sino los escenarios de cambio en favor de un departamento reconocido por su riqueza en el sector energético y en el turismo que contrasta con la inadecuada inversión en educación. Tal como dice el secretario de educación departamental es importante forlacer la educación universitaria sin ignorar la inicial, Básica y Media si queremos mejores oportunidades para la sociedad Guajira.
La educación en la Guajira ha obtenido un gran avance con el paso de los años con una gran transcendencia dando oportunidades cada día a los jóvenes que sueñan y anhelan con una guajira mejor , pero mediante la falta de un adecuado manejo de los recursos dan paso a lo que redacta el secretario en el artículo aquí expuesto ya que han dado a pequeños retrasos que vuelven la educación con muy poca eficiencia de calidad como las nesecidades de cada sector rural educativo y la lentitud con las cual se llevan a cabo dan paso a decir la inmensidad de la deuda del sector administrativo de la educación , con la misma.
Lo cual tanto estudiante como docente no han perdido la esperanza de que algún día la educación sea completa dónde se enfoque en el estudiante y no los beneficios de los demás.
En base a esto más que de acuerdo con la nesecidad de trabajar la educación tal y como se comenta
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