NO TE COMAS EL PASTEL ANTES

Una de las decisiones más importantes de la vida es escoger la pareja sentimental; no podemos escoger la familia en que nacemos, pero sí podemos elegir la persona con quien formaremos una familia. En mi mediana experiencia y de la de muchas personas que conozco, creería que lo ideal sería elegir a un amigo, a alguien que conozcamos bien, cómo se comporta cuando está enojado, cuando está feliz, cuando tiene dinero o cuando no lo tiene; de quien sepamos lo que es capaz y de lo que no es capaz de hacer, alguien fiel y leal, dice en proverbios 18:24 que hay quienes parecen amigos, pero se destruyen unos a otros; el amigo verdadero se mantiene más leal que un hermano.

La soltería es hermosa, puedes dedicarte a ti, a aquellas cosas que quieres y puedes hacer, quizás sin pedir permiso o sin necesitar aprobación; pero no es sano hacer lo que nos viene en gana solo porque estamos solteros, pues este es un tiempo y una oportunidad para ver hacia el futuro, de meditar sobre lo que realmente queremos, hacia donde vamos y quién es la persona idónea para compartir el resto de nuestra vida. Cómo es esa persona con su familia, cómo es en la universidad o en el trabajo, no digo que haya que buscar la perfección o a alguien ideal, porque si Dios no manda a perdonar es porque claramente no somos perfectos y nos podemos equivocar, pero sí tener claro lo que queremos, lo que podemos negociar y evitarnos problemas desde un principio. Alguien que contribuya a nuestro crecimiento personal y que no sea piedra de tropiezo en el cumplimiento de nuestras responsabilidades. Alguien que te pide que mientas diciendo que estás enfermo para que faltes a tu trabajo y pasar el tiempo juntos, no es alguien bueno para nadie.

¿Por qué es importante desarrollar una amistad, antes de tener una relación amorosa? Como coloquialmente decimos “comerse el pastel”, antes de hacerse amigos debilita las relaciones, probablemente no termine en nada bueno y corremos el peligro de lastimarnos el uno al otro. Desde la soltería y desde una amistad real, se pueden prevenir muchos dolores y decepciones. No digo que no se pueda sentir desilusión o dolor a causa de una persona que conozcamos de cerca, pero claramente es menor el riesgo que corremos que si nos damos a una persona que apenas conocemos.

Enamorarse no es solo sentir mariposas en el estómago, debemos ser prudentes e inteligentes, no podemos elegir a alguien solo para hacerle feliz o que nos haga feliz, sonará a frase de cajón, pero es real, la felicidad es algo personal, primero hay que sentirse bien con uno mismo antes de pretender ser feliz al lado de alguien para no crear apegos o dependencias emocionales. La falta de amor o atención no se llena con otra persona, sino con el amor de Dios, tampoco debemos creernos salvadores de nadie, bien dice el refrán, “quien se mete de redentor, sale crucificado”.

El amor y respeto mutuo debe prevalecer en una relación, las mujeres queremos un hombre respetuoso, detallista, fiel; pero ellos también quieren y merecen ser tratados con amor y respeto, que les seamos fieles y que los consintamos.

Mantenerse lejos del chisme no es menos importante, dice en Proverbios 16:28 que el hombre (y la mujer) chismoso aparta a los mejores amigos y eso incluye a los novios y esposos.

Recordemos lo importante del perdón, quien perdona la ofensa cultiva el amor; sin pretender abusar de nadie, ni permitir que abusen de nosotros con la excusa de perdón, el perdonarse mutuamente, comprometerse a cambiar y actuar de tal manera que se busque resarcir el daño, no solo es una señal de verdadero arrepentimiento, sino que fortalece la relación.

Así que ya sabes, evítate sufrimientos, ¡no te comas el pastel antes de tiempo!

Jennifer Caicedo

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