PETROGRULLO Y LA DISRUPCIÓN GUBERNAMENTAL

Los enfoques de dispersión de la acción gubernamental están llevando al Petroestado a una disfunción sistemática que podría llevar al país hacia las profundas aguas de la incertidumbre e inacción que caracterizan a una Patria Boba.

Las disfuncionalides de Petrogullo, llamadas de esa forma por la exacerbación de una cuasi verdad disfrazada en la complacencia y la ceguera, se manifiestan en el bisiesto trasegar a través de las siguientes pinceladas: (1) gobernar mediante anuncios y promesas dibujadas con los lamentos del retrovisor de los famosos 200 años de un “pasado de derecha”. Obras, que por la incompetencia del gobierno nacional, no se traducen en realizaciones y solo se ven cristalizadas en las hojas amarillas que repuja a diario el señor presidente con su famoso lápiz amarillo; (2) Mostrar animadversión con la periferia al destilar un revanchismo populista contra la protesta hecha silbidos en los estadios y memes en las redes sociales. Manifestación plena de lo anterior fue la renuencia para impulsar la realización de los juegos Panamericanos de 2027 en Barranquilla, quitándole a la puerta del Caribe colombiano una oportunidad histórica para exponer su esplendor ante el continente americano. (3) El desparpajo en los gastos del sector oficial y los excesos de millas acumuladas al viajar por el mundo para demostrar en la cumbres y foros multilaterales las dotes el liderazgo y la grandilocuencia de un estadista de poca altura. (4) la politización y desinstitucionalización de las relaciones con los nuevos gobernadores y alcaldes del país. Todo debido a que el primer mandatario, en un gesto anacrónico e inédito, dividió las aguas del mar rojo regional y desencadenó el sectarismo para dibujar el nuevo mapa político territorial en beneficio de sus aliados.

Estás disfuncionalidades, sumadas a otras charadas, son señales de que el 2024 nos espera con los abrazos desalmados de las añoranzas que sucumben ante las cadenas de lo perenne.  Un año, del cual esperemos, según la reciente bendición papal, que el país que se jacta de ser la potencia mundial de la vida no siga postrado ante la danza carnavalesca del garabato de la muerte en sus valles, costas, selvas y montañas.

Por lo tanto, consideramos que aferrarse a la defensa del Petrogullo es la peor amenaza que afronta la sociedad colombiana. Un padecimiento de tal magnitud que puede provocar una disrupción sin precedentes en un rincón de América que clama sindéresis y cordura por parte de sus gobernantes. Es hora de retomar el timón de la gobernabilidad, con la serenidad de la unión nacional y la convergencia y no dejarse llevar por la fiebre del mesianismo y el sectarismo de una izquierda trasnochada que yace acoquinada por sus propios fantasmas  y resentimientos.

 

Arcesio Romero Pérez

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2 comentarios de “PETROGRULLO Y LA DISRUPCIÓN GUBERNAMENTAL

  1. alberto lopez dice:

    Hola si bien no es el espacio o respuesta a su columna, me pregunto ¿Por qué a la honorable y benemérita excelentísima Piedad Córdoba y al Honorable Petro kk no han sido ni siquiera investigados por llevar dinero en el turbante y el otro en bolsas?
    la izquierda solapada dejara un pais en medio del desastre y lleno de odios infundados,
    jum…

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