No quiero entrar en el debate inocuo de si las ‘primeras damas’, deban viajar o no. Creo que no es tan malo ni tan grave como la oposición lo quiere hacer ver, ni tan normal y bueno como el gobierno lo justifica.
Históricamente, las esposas de los presidentes han realizado lo más importante de lo menos importante, porque precisamente, no han hecho y tampoco han pedido nada para ocupar esa silla tan mal vista pero siempre visible, foco de lo que hacen y de lo que no. De cosas tan superfluas como la forma de vestir y hasta de bailar.
Sin embargo, Verónica es especial. Hizo su magia y gran parte del petrismo parece haber cambiado de posición y pensamiento. Ahora resulta, que la labor de quien acompaña al presidente no solo es fundamental, sino necesaria. Además, digna de ser agradecida y reconocida.
María Antonia Pardo, que con merecimiento o no ha desempeñado grandes cargos en el gobierno de Gustavo Petro por sugerencia de Verónica, hoy justifica lo que incluso para otros alfiles del gobierno es inconcebible, mandándolos a “cerrar el pico”, sugiriendo que incluso deben tener sueldo, para según ella, no tratarlas como florero de segunda y tercera categoría, porque ser gestor social es un trabajo arduo.
Asimismo, Inti Asprilla, argumenta que lo malo no es el exceso en que resulta su ‘labor social’, sino lo que representa que sea la esposa del presidente, Armando Benedetti por su lado y al igual que tantos influenciadores convencidos con el discurso de ‘El cambio’, optaron por el argumento del momento, ‘si el anterior lo hacía, por qué yo no puedo’, lastimosamente, este último aplica para todo. Hasta el presidente, salió en X a poner en primera plana a María Juliana Ruiz, esposa del expresidente Iván Duque. Pardo mencionó a Lina y hasta a Tutina.
Es muy frustrante ver que dicho argumento lo usan no solo para justificar a la primera dama, sino para cada movimiento en falso en lo que se han visto envueltos, no hubo debate de Nicolás sin mencionar a Jerónimo y Tomás, al periodista Ricardo Calderón le cuestionaron su investigación sobre las ‘Colaboraciones’ que presuntamente hizo narco de Yopal a la campaña de Petro, nombrando al Ñeñe Hernández, y así con otros tantos sobre corrupción, clientelismo y hasta nepotismo.
Fuera de contexto, me pareció el excandidato a la alcaldía de Bogotá Diego Molano, cuando en medio de risa y coqueteo preelectoral sugirió que las decisiones importantes las tomaba él y la esposa las de la casa y las vacaciones. No obstante, el presidente sí debería tomar un poco más las riendas de la Casa de Nariño, porque parece que él toma las de los niños y las vacaciones. Verónica está tomando las “Importantes”, nacionaliza españoles, pone altos consejeros presidenciales, congresistas, directores del ICBF, jefes de prensa de presidencia, embajadoras, directores en Procolombia, revolotea por los pasillos del congreso por la Reforma Laboral, ¿y el presidente? Ya entiende uno porque a Alcocer no le queda tiempo para andar pegado a ‘X’.
Juan Camilo Rocha