Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, Cartagena, una Ciudad con las Familias más adineradas de la región Caribe y de Colombia, donde hay una gran concentración del poder Nacional, por las comodidades y lujos que brinda la Ciudad amurallada, así mismo tenemos a Barrancas La Guajira, una tierra promisoria, donde el 90% del Producto interno Bruto, son las regalías que produce la actividad minera concentrada en este Municipio, hace mella con la Histórica de Catalina la India, donde se acumulan familias prestantes y pudientes; al igual está Barrancas, más al norte de Colombia, en el sur de la Península de la Guajira, quien da la bienvenida a la provincia de Padilla, ruta del acordeón y fuente del Carbón Mineral, con alta influencia Política y económica en la Región de la Guajira y el César, donde los candidatos de toda la Guajira, recurren a este pequeño pero promisorio pueblo, a buscar respaldo político y económico, al mejor estilo de Magangué Bolívar o Sahagún Córdoba.
Pero existe una condición que identifica y asocia a estas 2 Ciudades; la desigualdad Social, Barrancas vive un momento crítico, causado en los últimos 4 años del Gobierno local, donde el poder se concentra en quienes hoy administran un cuatrienio de casi 700 mil millones del presupuesto de un Municipio Pequeño y 80 mil millones de Regalías directas, recursos iguales o superiores que Riohacha capital de la Guajira, 10 veces con más Población.
Hoy el atraso de Barranca se ve y se siente como nunca antes, obras inconclusas, proyectos cuantiosos cuestionados, investigados, despilfarro y el clientelismo acechante, un tejido social fuertemente golpeado por la decidía y el desarraigo político con su gente.
Las brechas sociales se han incrementado y al estilo Cartagena, se desborda la desigualdad, mientras en la zona céntrica y casco urbano se ve la riqueza y la buena vida, en las periferias, zona Rural y sectores populares, se acrecienta la pobreza extrema y monetaria, solo falta colocar una pared o barrera que divida las 2 Sociedades, como hicieron en la heroica cuando pasearon al papa Francisco por la zona exclusiva y al paso de las zonas populares la taparon con láminas de metal para no mostrar su otra cara, la pobreza y la desigualdad.
En los últimos indicadores sociales, se puede apreciar el desmejoramiento en los aritméticos sociales de pobreza, desigualdad y servicios públicos insatisfechos.
Tanto en el Municipio carbonífero y Cartagena, se viven dos sociedades, la pudiente que reside en la parte norte de la Ciudad y en Barrancas que están acentuadas en el centro, pero existe una gran periferia y zona Rural, abandonada, apartada y golpeada por el último gobierno, quién se le olvidó esa otra parte de los Barranqueros, esos que representados en la mano de obra, el jornalero, campesino, el trabajador informal, el asalariado, el minero, el transportista, el rebuscador y el comerciante, estos sienten con fuerza el rigor de los gobiernos cuando solo centran la mirada, en la francachela, la fiesta y la farándula, olvidándose del abrazo cordial y cálido que da cuando gobierna alguien que empatiza con el pueblo, este último inconforme y sin poder reclamar, por la barrera social que los diferencia con los advenedizos de sangre AZUL, la ventana de un carro lujoso o un gran portón eléctrico y la reja que los separa de un mundo desigual, aun viviendo a metros de distancia, pero la condición económica los hace inferiores; me decía un amigo Barranquero, cuanto hace falta aquellos tiempos de puertas abiertas, kioscos públicos y sociales para todo el coterráneo visitante y el abrazo y cariño que los hacía sentir iguales, eran otros tiempos y otros gobernantes, dice con ojos brillantes y llorosos, cuanto hace falta KG.
El municipio de Barrancas ha desarrollado su ejercicio social y político, bajo el manto y la coyuntura de poder entre el kikismo y el Tinismo, dos grupos políticos adyacentes el uno con el otro, pero con la firme y única intención de administrar no solo las arcas y el presupuesto de esta tierra, sino también, contar con el yugo del poder del municipio élite y la influencia que este genera en la región.
Bajo esta disputa por el premio mayor de la ciudad prometida y la corona de cristal del sur de la Guajira, se han suscitado dos escenarios o mejor dicho dos etapas cruciales e importantes para el desarrollo del pueblo Barranquero por muchos años, el kikismo bajo el poder y el liderazgo del gamonal y carismático Juan Francisco Gómez Cerchar, se vivió una época dorada, que lo llevó inclusive a ser el Gobernador de la Guajira con una amplia votación, con la hazaña de arrebatar y derrotar la hegemonía y el poder que conservó por muchos años el movimiento Político la Nueva Fuerza Guajira, en cabeza del 2 veces Gobernador, su máximo jefe Jorge Pérez Bernier; El kikismo, en cabeza de Gómez Cerchar, ejerció una gran popularidad que desde Barrancas, se extendió por toda la península de la Guajira, inclusive parte del Cesar, influencia política sin precedentes e irrepetible, difícilmente por otro político Barranquero, bajo el mandato de Gómez Cerchar y su movimiento Político, podemos decir que administrativamente existen unos resultados positivos que posicionó al municipio carbonífero como la corona o la Tierra Apetecida para construir y diseñar un entorno político en el departamento. Durante los mandatos de Kiko y sus delegatarios de mando como alcaldes, puede dilucidar algunos resultados importantes de gobierno, construcción y ampliación cobertura e infraestructura educativa, modernización y adecuación del Hospital Nuestra Señora del Pilar, fortalecimiento al tejido social, apoyo social al campesinado y zona rural y muchas obras que catapultaron a Barrancas como la tierra promisoria, amable, alegra y unida con las bases populares, conservando un estilo de vida igualitario para todos sus habitantes, no existía diferencias de clases, el desarrollo era parejo, un equilibrio social que permitió sostener la calidad de vida de todos sus habitantes sin exclusividad y sin discriminación en la inversión pública social.
A diferencia del otro Polo de la política, que durante los últimos años de poder encabezados por la señora María Cristina Soto Gómez y su hijo Juan Loreto Gómez, han dejado un pueblo desorientado, a la deriva y sin ningún tipo de esperanza, sumergido y humillado en la cultura de compra de votos y la política del hambre para los sectores vulnerables, concentrando el poder y la inversión, en unos cuantos personajes y familias, olvidándose de una gran parte de población habida de inversión social al estilo Cartagena.
Los ultimos 4 años de gobierno? , se quedo gorto, yo diria que las ultimas 2 decadas y un poquito mas, uno de los mejores periodo fue el de 1998- 2000
Barrancas tierra amable en extrema pobreza. Solo se la han pasado los últimos años en dañar las grandes obras que tenía el municipio, como la tarima plaza principal, el parque de el barrio el cerrejon, el parque del Lorenzo , la parada del frente del cementerio donde hicieron un monumento que no tiene significado importante en el municipio. Para realizar obras menos competentes y todo para llenarse los bolsillos propios. Hasta silvestre Dangond heredó más plata que muchos coterraneos, hoy podemos decir que tenemos una barrancas desigual, sucia porque ni para el festival se vio limpio. Que tristeza.
Muy bien mi hermano Obardo interesante