Aggiornamento, voz italiana que se emplea en español con el sentido de actualización, modernización o puesta al día, de una institución o una organización. Famoso fue el del Concilio Vaticano II, en que los papas Juan XXIII y Pablo VI quisieron adaptar la religión católica a los cambios del mundo actual. Quién iba a pensar que un octogenario iba a entender mejor los tiempos actuales y renovar el partido republicano en EE. UU., o tal vez por su edad lo entendió. De los comentarios que se hacen sobre su personalidad, algunos ciertos, en época de pos verdad debemos tener cuidado de la veracidad de otros apelativos. Sus primeros movimientos han sido darles entrada a políticos relativamente jóvenes con cierta experiencia dentro del partido, que seguramente le darán vitalidad y continuidad al partido. Cosa contraria le pasó al Partido Demócrata, que de la golpiza aún está groggy.
Viene muy oportuno el siguiente párrafo de la biografía de Madeline Albright, escrita por Michael Dobbs: Para Madeleine y sus amigos, las elecciones de 1980 significaron algo más que la simple pérdida del poder político, la magnitud de la arrolladora victoria de los republicanos (44 estados), más el control del Senado por primera vez desde 1954, era una república sangrante de todo lo que habían defendido los demócratas, “parecía el fin del mundo”, “la elección de Ronald Reagan fue un horrible despertar para los demócratas”.
Alfonso Gómez Méndez, en sus últimas intervenciones, recuerda la importancia de la doctrina en los partidos políticos que deben recuperar su rumbo y depurar la gran cantidad de microempresas electorales. Estados Unidos y Colombia son países diferentes, de las elecciones y la reorganización de los partidos debemos tomar notas. Los colombianos no podemos seguir eligiendo entre la espada y la pared, para la muestra lo que está sucediendo. Aggiornar significa que debemos serenarnos y mirar qué vamos a hacer ya.
No sé qué tan bueno fue o no el resultado de la Convención Liberal, pero algo sí me deja tranquilo, se reunieron y comenzaron un proceso. Los partidos tradicionales y los nuevos partidos que aspiran al poder o mantenerlos deben pensar en los colombianos. No más ‘woke’, como si la mayoría tuviese que ceder la seguridad, el orden y negociar la justicia. Si el triunfo de Donald Trump es el resultado de un aggiornamento del Partido Republicano, no lo puedo asegurar, pero así parece, considero que el Partido Demócrata debe pellizcarse para que el país por excelencia que representa la democracia liberal pueda mantenerla representativa y fuerte, tiene que volver por sus fundamentos de los derechos de todos y no de unos cuantos.
Colombia pasa por uno de los momentos del mundo al revés, quienes hemos mantenido los principios de libertad, orden y disciplina, evitando la violencia, no somos más gestores de paz.
Parece ser que tener prontuarios da trabajo y no una hoja de vida, en un país de desempleados. Y la ministra del Trabajo atornillada con un desempleo rampante. Es el momento del debate serio, doctrinario e incluyente de todos los partidos políticos.
Orlando Bustillo Pareja