CRISIS EN PARTIDOS Y PENSAMIENTO POLÍTICO INTERNACIONAL 

Hoy día, democracia es sofisma, utilizada en apariencia, con prácticas distorsionadas y desconectadas, de factores y principios, que las caracterizan y dignifican. Disfrazar elecciones populares, simulando democracia, es lo contrario, un engaño o burlas, por no respetarse la voluntad popular, para elegir en conciencia, libres de negociaciones, presiones, coacciones y amenazas; motivadas por civismo y pensamientos positivos, elocuentes y prometedores, que garanticen confianza, fundamentadas en antecedentes, transparencias, proyecciones precedentes y alternativas futuras.

Los partidos políticos operan como empresas mercantiles. Carecen de escuela para formación y preparación de liderazgo, capaces de asumir, responsabilidad en representaciones, acciones y operaciones; asignadas y direccionada, a la consolidación masificada, en atenciones y servicios, para soluciones de necesidades y satisfacción colectivas, de interés común, sin reparos, discriminaciones, indiferencias, ni mucho menos, egoísmo, independientemente de quienes se beneficie del servicio, amparado en democracia

Los foros son de utilidad para informar, orientar, disertar y exponer, temas y asuntos, participar y proponer, apoyos y soluciones; sin embargo, sus prácticas, han decaído, por no satisfacer intereses mezquinos, de quienes se apropian de partidos políticos, por ostentaciones económicas y debilidades ideológicas, sensible, flexibles y desorientada.

Las asambleas de militantes, han desaparecidos y esfumados, cuando sirven para enriquecer pensamientos, sobre conocimientos, relacionado con el pasado, presente y el devenir, hacia donde vamos, estructurado en organización, con finalidades y objetos, precisos, previas planificaciones, de proyectos y programas de servicios, en beneficios y utilidades, que arrojan para el bienestar social comunitario.

Los partidos políticos, no son más que fachadas manipuladas, que navegan al vaivén de intereses, personales y familiares, protegidos legalmente, operando con directivas vitalicias, cuyos estatutos y reglamentos internos, de nada sirven, aun cuando algunas veces aplican para castigar inconformes, imponiendo respeto y orden, ignorando el mal comportamiento de quienes dirigen, frente a los demás, que menosprecian y humillan. ¿De qué le sirve a una democracia, tener partidos, gobernados por corruptos y mafiosos?

Los gobernantes o mandatarios, en medio de la democracia, ejercen de manera autónoma, absoluta, autoritaria y dictatorial; a motus propia, indiferentemente de que sean de origen popular. Se deshacen de sus deberes, incumplen obligaciones y violan; disposiciones legales, acuerdos y tratados internacionales. El pueblo no puede estar como un convidado de piedra, alineado a la pasividad y conformismo, sin derecho a disentir, ni reclamar reconocimiento, de derecho e intereses, generales y participación colectivas, que no deben ser rogadas, ni desatendidos por quienes gobiernan, en representación de partido políticos.

Los partidos políticos, deben crearse como estamentos de servicios, a la humanidad, medio ambiente y emprender; acciones de desarrollo, controlando desmanes, abusos y autoritarismo, de quienes ejerzan gobierno, en representación de determinados partidos, para garantizar confianza y credibilidad, con respeto y la solidaridad. Si los partidos políticos, responden a ideología política y religiosa; sectarias y radicales; riñen con la democracia, que debe ser evolutiva y dinámica;  libre de apremio, para progresar, diferente aquellos pensamientos tóxicos e improductivos, de quienes arbitrariamente ejercen imposiciones, persiguen, opositores  y discriminan: a  quienes no los apoyen, de  manera silenciosa y hirientes; convulsionando el ambiente político popular, por repudios a las actitudes  y acciones perversas, de algunos gobernantes.

El historial de organizaciones políticas que han predominado en el mundo, inicio con el comunismo, originado del término comunidad, donde todo, es de todo, es decir, no existe propiedad privada, ni estratos sociales, que diferencien, uno de otro. Intercambiaban productos de alimentos, germinado en territorio comunitario, donde se gozaba del derecho natural de igualdad. En el recorrer del tiempo, comienzan a fraccionarse las comunidades, al surgir el feudalismo y el esclavismo, donde los vivos aprovecharon debilidades e ignorancia, de bobos, para aprovecharse y apropiarse, de extensiones de tierras comunitarias, empobreciendo sus habitantes, para utilizarlo como peones, compensándolo con migajas de subsistencia, sometiéndolo a dominio aberrantes y desproporcionado, violando derechos humanos.

El comunismo quiso reivindicarse a través de la figura socialismo, que consistía en el amparo de Estados, a todos sus cohabitantes suministrando los medios que requieran en alimentación, vivienda, educación, salud y servicios domiciliarios, entre otros; pero a la vez, todos los habitantes debían trabajar para el estado, en correspondencia, de obligaciones mutuas. Ni en el comunismo, ni mucho menos en el socialismo, existió propiedad privadas sobre bienes

El socialismo fue contrarrestado con el capitalismo, ha mediado del siglo XVIII, a partir de la implementación de la propiedad privada, revolución industrial y la creación de medios monetarios, para materializar las operaciones y transacciones económicas, de compraventas y servicios, remunerativos. Tanto socialismo, como comunismo, pasaron de moda, transformándose en economía capitalistas, sin competencia con otro modelo, político económico, predominando únicamente el capitalismo.

Los pensamientos políticos, dejaron de practicarse en los partidos, por motivos de intereses particulares personales, que difieren con el sentido democrático. Las tendencias: liberal y conservadoras, demócrata y republicana o izquierda y derecha; no son más que organizaciones politiqueras, contaminadas de corrupción, predominando: codicia, avaricia e indiferencia, para atender y resolver, problemas y necesidades apremiantes, incumpliendo deberes y obligaciones.

Quienes dirigen los partidos, poco o nada, les interesa, la precariedad viviente, mientras ellos gozan, de oportunidades de aprovechamiento, apropiaciones y robos; en representación de partidos políticos; importándole un carajo que reine el desempleo, padezca de inseguridad e incremente, la violencia y criminalidad, afectando, familia, sociedad y dignidad moral; en administraciones públicas; entre otras, a expensa de una justicia minusválida, mueca, siega, sorda, muda, morosa e inoperante.

No concibo en democracia que un gobierno, asuman facultades, atribuciones y potestades, de manera inconstitucional e ilegal, extralimitando con acciones y operaciones, violentas y dañinas; como la de perseguir y someter; a gobernados en estados, de tención, sosiego, miedo y zozobra. No creo que una sociedad o nación, presuntamente civilizada, promueva y apoye, conflictos armados y declaratoria de guerra, por sobre la voluntad y consentimiento del pueblo que representa, en su soberanía, que la constituye el pueblo, quien debe expresarse de manera masiva, aprobando o reprobando; previendo resultados fatales, trágicas y consecuencias letales, que a todos nos afectan.

 

Martín Barros Choles

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