La creatividad, dignidad y poder femenino se tomó Expo Osaka con mujeres valiosas de la Guajira
En la Guajira, históricamente marcada por olvidos, promesas incumplidas y privilegios para unos pocos, ha comenzado a emerger otra historia: la de mujeres que ya no sólo resisten, sino que muestran al mundo lo mejor de nuestro pueblo. Mujeres artesanas, diseñadoras, indígenas wayuu y no wayuu, mujeres guajiras que, desde sus manos, con sus técnicas ancestrales y con su visión contemporánea, reclaman un lugar de respeto, de oportunidad y de valor real.
Y ese renacer tiene nombres, rostros, esfuerzos y una senadora que lo ha entendido así: Martha Peralta Epieyu. Tres años ya de representación en el Senado de la República por la Guajira, tiempo suficiente para demostrar que la política puede ser instrumento de dignidad cuando se ejerce con orgullo, con memoria y con compromiso.
Gracias a la senadora de senadores Martha Peralta Epieyu, muchas de estas mujeres guajiras han traspasado fronteras geográficas, y también fronteras imaginarias que señalaban lo indígena o lo wayuu como algo menor, ignorado, atrasado. Ella vio en Esther Judit Bolaño Ipuana, joven diseñadora wayuu de la comunidad de Irruwain de Uribía, no una artesana en la sombra de estereotipos, sino una creadora, una líder, una narradora visual de lo que nuestra identidad puede ser: fuerte, bella, inteligente. Lo mismo con Marta Arredondo de Riohacha, Perla del Caribe por la alta Guajira, y otras mujeres de Hatonuevo, Barrancas y de otros, de rincones donde antes no se pensaba en una vitrina internacional, sino en la sobrevivencia diaria.
Y ha sido con esa convicción que las acompañó a Osaka, al gran escenario internacional de la Expo Osaka 2025, al pabellón de Colombia “Colombia: el país de la belleza” donde más de 150 naciones muestran al mundo su futuro, su cultura, innovación, biodiversidad, creatividad.
Precisamente, en este evento mundial, la Macrorrueda Internacional “Colombia, el País de la Belleza” permitió que exportadores, artesanas y diseñadoras colombianas sostuvieran cientos de citas de negocios, abrirán mercados en Asia, particularmente Japón, China y Corea, y dieran a conocer la exquisitez de tradiciones como la de la manta wayúu y otras expresiones artesanales.
Este escenario tiene implicaciones poderosas para la Guajira:
Visibilidad: que nuestras mujeres, indígenas o no, wayuu o de otras comunidades, sean vistas, valoradas, invitadas.
Reconocimiento del talento: dejar atrás los prejuicios, mostrar que el saber hacer guajiro no es folklore decorativo, es tejido de identidad, de futuro, de economía.
Apoyo institucional: que quien está en política entienda que su gestión no es repartir migajas sino abrir puertas, construir puentes, gestionar recursos, alianzas, visibilidad, internacionalización.
Claro que hay retos: organización, acceso a recursos, formación, apoyo técnico, logística, infraestructura. Pero lo que hoy se evidencia con fuerza es que hay voluntad, hay mujeres listas, hay creatividad, hay historia, hay paisaje, hay mar, hay alma. Y cuando todo eso se une con liderazgo como el de Marta Peralta que no llegó a la política por la política, sino para servir a la Guajira, lo que emerge es una nueva narrativa: la Guajira que ama, la Guajira que sueña, la Guajira que aporta.
Se dice fácil “exposición internacional”, pero no lo es. Llevar tejidos, diseños, saberes, cosmovisiones a una feria global exige sacrificio, compromiso, visibilización, resistencia al anonimato. Por eso este reconocimiento no es solo para las mujeres artesanas y diseñadoras que viajaron. Es también para la senadora que abrió el espacio, para quienes creyeron en ellas, para quienes hoy ven en lo nuestro no una carga sino una riqueza inagotable.
Que lo de Osaka la Expo Universal Japón 2025, el pabellón de Colombia, la macrorrueda de artesanías, la diplomacia cultural que combina tradición e innovación sean ejemplos que motiven más organización, más alianzas, más conciencia de que la cultura es también economía, es también dignidad, es también futuro.
La Guajira tiene belleza, tiene historia, tiene mar, tiene memoria. Lo que nos toca ahora es que tenga espacio, reconocimiento, voz, oportunidades reales. Y mujeres valientes como Marta Peralta están sembrando ese camino, para que la próxima vez ya no sean unas pocas, sino muchas. Y que lo que mostramos al mundo nuestros tejidos, nuestros diseños, nuestras historias lo hagamos con el orgullo que merecemos, con la fuerza que nos ha costado ganar y con la convicción de que lo nuestro importa. Gracias Martha Peralta Epieyu, gracias a las mujeres valiosas y hombres valiosos en los que usted ha incidido para colocar a nuestra Guajira en un nivel superior, no minúsculo.
Delia Bolaño Ipuana

