En silencio, sumisa y temerosa;
te encuentro a ti enfermera
bondadosa,
tu que sabes de sufrimiento y angustia,
batallando con el ángel de la muerte que nos asusta,
con tu sonrisa tu oración se espanta,
una esperanza en tu presencia los males se alejan,
en las noches de desvelo se escuchan y se van,
reconocemos enfermera tu valor,
atenta, dedicada y pura nos das calor,
ángel tierno dotado de infinito amor,
lista con sus manos para brindar atención,
enfermera vestida de blanco,
con el enfermo cariñosa,
mujer sigilosa y cuidadosa,
por la vida y la salud,
sin ninguna gratitud,
apaciguar la aflicción,
ángel vestido de blanco,
reconocemos tu tesón,
porque en tu mirada buscas,
en el enfermo pasión,
por la vida una sonrisa para mitigar el dolor.
Cielo Mar Roys Olivella