Hay lugares de comida, o bebidas donde de barra libre, donde ellos con un «usted me dice hasta cuando» te brindan lo que vas a comer hasta que tú decidas, me pregunto si ellos se detendrían si uno nunca les dice hasta cuando nos llenan la taza o el plato. En temas de comida puede sonar chistoso, pero en temas de la vida, de saber hasta cuando otros pueden llenar tu taza o tu plato espiritual, es un tema más serio. A veces nos cuesta decir “Basta”, aun cuando sabemos que la vida es demasiado hermosa y valiosa para dejar que otros nos carguen con pesos que ellos deben llevar y a veces motivados por el deseo de complacer a todo el mundo, nunca logramos lo que anhelamos, porque se nos olvida que, para maximizar la vida, tenemos que minimizar la carga, sencillamente porque hay muchas personas que no saben decir ¡¡¡Basta!!! Si tú no lo haces.
La realidad es que la vida es demasiado corta y el tiempo no espera a nadie, no sería justo que llegara el día de nuestro eterno adiós, y darnos cuenta que toda la vida viajamos con carga de más, carga que no pertenecía a nuestro equipaje y que por exceso de solidaridad cargamos y llegamos cansados a nuestro destino, entendiendo que tuvimos muchas personas que pasaron por nuestra taza llenándola y que nos faltó coraje para decir ¡¡¡Basta!!! y abrir espacio para lo nuestro.
Las cargas emocionales no nos dejan correr en la vida, hay que soltar y buscar lo que nos da energía, perder para poder ganar, nadie recoge nada en la vida con las manos llenas y en ese ir y venir de la existencia, se nos olvida que en realidad no es un día más el que vivimos, sino un día menos. Todos los días morimos un poco, pero vivir ese día a día depende de nosotros, no podemos maximizar nuestra vida si no minimizamos nuestro equipaje.
Una manera de alivianar nuestra carga es minimizar las deudas, pero no me refiero a lo financiero, me refiero a esas personas que creen que mantienes una deuda con ellos porque estuvieron para ti en determinado momento, frases como “Si no fuera por mi…” “Gracias a mi…” “Si no fuera por mi…”. El símbolo de agradecimiento es algo noble, pero no te puede atar eternamente, los endeudamientos eternos nos drenan, son largas ataduras con la gente, el amor es la única deuda que no puede ser saldada porque se entrega sin reparos, y si otros te dan desde el amor o si das desde el amor no hay deudas pendientes.
No todos crecemos igual, la vida nos lleva por diferentes caminos y procesos, y a veces el que no creció o voló tan alto, te quiere amarrar a su historia haciéndote creer que le debes algo. ¡Querido lector, esas personas son las que no quieren verte avanzar, son carga que te restan gasolina en el viaje, suéltalas! Muchos de los que estuvieron contigo en el pasado, no entienden el presente a donde Dios te ha traído y no logran entender tampoco que los planes de Dios no son llevar a la misma gente siempre a los mismos sitios o propósitos, no podemos montarnos en el mismo avión si vamos a diferente destino.
No hay que culpar a otros, por no siempre estar para nosotros, ni permitir que nadie te haga sentir culpable, por no estar siempre ahí para ellos, las entregas de amor son de paso y solo el gran amor con el que las entregues, permitirán dejar una huella imborrable, de agradecimiento y de beneplácito por lo que otros logran contigo o sin ti. Soltemos la necesidad de ser necesitados, hay gente que te va a criticar por avanzar y liberarte de cosas y personas, pero recuerda que el temor a la crítica es un ancla que detiene tu barco.
Buscar que todo el mundo te quiera y viva agradecido es un cumplido muy caro, la gente productiva y soñadora, no se estanca resiente esperando llamadas, o mensajes y que su estabilidad emocional dependa de eso, la gente productiva y soñadora avanza y se alegra por los triunfos de otros.
Un amigo es un amigo, que te entiende si olvidaste su fecha de cumpleaños, que te entiende si quieres estar solo un día cualquiera, que no se irrita si conoces nuevas amistades, el amigo es como el amor, todo lo espera, todo lo soporta y abraza en la presencia o la ausencia, un amigo jamás te carga, un amigo te impulsa nuevos vuelos de tu vida.
Jaimelis Fonseca Sierra