Muchos de los columnistas hemos tenido, el ser o no ser, de escribir algo diferente a la situación nacional e internacional. Un amigo en estos días me dijo que tengo el alma de escritor, su comentario me compromete y reflexioné que debo escribir para las fiestas de Navidad; una pausa o detoxificación informática no nos quedaría mal. A pesar del ambiente de alegría, son muchas las personas que están padeciendo los sufrimientos de guerras, enfermedades y accidentes. Desde muy temprano en mi existencia vital, leer ha sido, como dijo Borges, “Me enorgullecen más los libros que he leído que los que he escrito” (no soy escritor aún). Ni más faltaba compararme con ese monstruo de las letras. Ser columnista y leer columnas de opinión es una delicia para mí. Agradezco a aquellos que se dedican a escribir sobre el ser, la existencia y la espiritualidad. Quiero aportar unas palabras para aquellos que están sufriendo y necesitan que diciembre sea un bálsamo en sus vidas. Muchos que hemos tenido momentos difíciles, John Maxwell en su libro: ‘El lado positivo del fracaso’, recuerda a James Long: “Una de las razones que Dios tuvo al crear el tiempo fue para que hubiera un lugar dónde enterrar el fracaso del pasado”.
Ser un rehén del pasado nos dificulta la vida, hoy quiero mandar un mensaje de optimismo. Es necesario superar las tribulaciones y seguir adelante. La oración junto a la respiración ayuda a tener proyecto de vida. De los yerros y momentos difíciles debemos crecer y ser mejores, buscar la benevolencia es un buen propósito; por ejemplo, para querer ser presidente no solo se necesita tener buenos sentimientos, es ser bueno y desear lo mejor para todos. Invito a meditar, propongámonos este 2025 rodear a los mejores, a líderes capaces y capacitados para recomponer la república.
Yamid Amat Serna en ‘Inspiración’ recuerda a Vonnegut, consejo que dejo también a mis lectores: “Practiquen cualquier arte, música, canto, baile, actuación, pintura, dibujo, escultura, poesía, ficción, ensayos, reportajes, no importa que tan bien o mal lo hagan, no lo hagan por fama o dinero, háganlo para encontrar qué hay dentro de ustedes, háganlo para hacer crecer su alma “, y leer. Sentí la obligación de compartirlo y desearles Feliz Navidad. La benevolencia nos permite meditar y sanar heridas. Un mensaje de amor a quienes sufren el dolor de una pérdida y enfermedades. Los milagros de Navidad están en los pequeños detalles de cada día, superar las ansiedades y el estrés. Benevolentes con uno mismo, con el prójimo; con Ucrania, el Medio Oriente, en nuestro patio, zonas donde el conflicto cada día se esparce.
Reconstruir el sistema de salud y la educación, evitar los estragos de la maledicencia. Descansemos el cerebro y el espíritu para que el 2025 en su amanecer nos permita, con serenidad, enfrentar el futuro del país. Como escribió Pablo a Timoteo en tiempos de Nerón: I Tim 2:2 “Por los reyes, por todos los constituidos en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y apacible con toda piedad y dignidad”. Feliz Navidad y próspero 2025 a todos.
Orlando Bustillo Pareja