CARRETALITO: DONDE EL PUEBLO SE CONVIERTE EN PESEBRE

Carretalito vuelve a ser ese punto luminoso en el mapa de La Guajira donde la Navidad tiene un significado distinto, profundo y comunitario. No es casualidad ni un hecho aislado: es el resultado del amor, la constancia y la unión de un corregimiento que decidió recuperar su tradición más valiosa y convertirla en un patrimonio vivo.

Aquí, en esta tierra de raíces fuertes, la Navidad no solo se celebra: se construye con el alma.

Los carretaliteros sabemos que diciembre no es únicamente un mes; es un sentimiento que atraviesa generaciones, une historias, reúne a familias enteras y despierta en todos una nostalgia dulce.

En cada casa y en cada rincón del pueblo late la memoria de quienes antes dejaron huella y el entusiasmo de quienes hoy sostienen esta tradición con orgullo. Por eso, hablar de la Navidad en Carretalito es hablar de identidad.

Desde que recuperamos el alumbrado navideño, nuestro corregimiento ha vivido una transformación que va más allá de lo visual. Aquella decisión de volver a encender luces fue el inicio de un movimiento colectivo que renovó la esperanza de todo un pueblo.

Vimos cómo niños, jóvenes, adultos y abuelos se sumaron con entusiasmo, cómo las familias decoraban sus frentes y cómo los visitantes llegaban sorprendidos a descubrir una Navidad auténtica y llena de sentido.

Ese renacer marcó un antes y un después para Carretalito: una demostración de que cuando nos unimos, lo logramos. Y en medio de ese proceso, un nombre se ha vuelto imprescindible: el padre David Rocha, nuestro párroco, guía espiritual y líder comunitario. Con paciencia y convicción encendió en todos la idea de recuperar el pesebre, devolverle vida a la tradición y convertir la Navidad en un símbolo de unidad.

Su liderazgo ha sido luz, inspiración y ejemplo. Gracias a esa visión compartida entre la comunidad y la parroquia, Carretalito se consolidó rápidamente como un referente navideño en La Guajira.

El pesebre, las novenas, los cuadros vivos y la participación de nuestros niños y jóvenes transformaron las calles en un escenario lleno de memoria y devoción.

Miles de visitantes caminaron entre nosotros admirando el trabajo y sintiendo el cariño del pueblo. Descubrieron lo que hace especial nuestra Navidad: la autenticidad.
Y este año, Carretalito abrió nuevamente sus puertas con la misma calidez de siempre.

Invitamos a todos a conocer nuestro pesebre, a recorrer nuestras calles adornadas y a sentir la energía de un pueblo que se prepara con amor para recibirlos.

Aquí no solo se mira: se vive. Se siente. Se guarda en el corazón. Y en medio de esta obra comunitaria la que ha dado vida al pesebre navideño de La Guajira, es imposible no reconocer a quienes han entregado su tiempo y su fuerza.

A quienes han trabajado día y noche para que este pesebre se levante con grandeza: José Gregorio Campuzano, Osmelido Campuzano Díaz, Juana Julio Rojas, Javier Buelvas, Luis Muñoz y Fernel Campuzano. Su disciplina, su compromiso y su amor por Carretalito viven en cada detalle que ilumina nuestras noches.

Y junto a ellos, mi gratitud se extiende a toda la comunidad en general, porque cada aporte suma, cada mano ayuda y cada gesto engrandece. Si algún nombre se me escapa, reciban igualmente mi profundo agradecimiento: esta obra es de todos.

También expresamos un agradecimiento especial a quienes desde la institucionalidad han honrado su palabra. El gobernador de La Guajira, Jairo Aguilar, y la gestora social departamental, Sara Daza, cumplieron su compromiso, y hoy celebramos con gratitud la llegada del árbol de Navidad, al que le hemos dado el nombre “Luz de la Palabra”. Un símbolo de luz que se suma a nuestras tradiciones y llena de esperanza este momento especial.

Y aprovecho esta oportunidad para solicitar respetuosamente que Carretalito sea incluido en las rutas del “Tren de la Magia” de la Gobernación de La Guajira, pues nuestro corregimiento, con su pesebre navideño, su tradición viva y su capacidad de recibir a miles de visitantes, merece ser parte de ese recorrido que exalta lo mejor de la Navidad en nuestro departamento.

Pero si algo caracteriza a Carretalito es que su grandeza nace de su gente: de los jóvenes que decoran, de los niños que quieren ayudar y de los abuelos que ven renacer las tradiciones de antaño. Nace de quienes donan desde el corazón, de los comerciantes, de los visitantes y de cada persona que aporta un granito de arena.

Carretalito se ha convertido en un pueblo que inspira. Somos ejemplo de cómo la tradición, cuando se cuida y se honra, puede convertirse en motor de desarrollo. El turismo de diciembre impulsa la economía local, fortalece negocios y multiplica el orgullo por lo propio.

Queremos que quienes lleguen encuentren un pueblo más hermoso, más organizado y más unido. Que se sientan parte de esta historia, que vivan las novenas con devoción y que entiendan que una Navidad hecha en comunidad es una Navidad que transforma.

Que cada visitante se lleve la certeza de que aún existen lugares donde la fe mueve, donde la palabra se cumple y donde la Navidad se vive como antes: con amor, con gratitud y con sencillez.

Carretalito es, y seguirá siendo, ese pueblo mágico donde diciembre se convierte en poesía y donde cada luz cuenta una historia. Un lugar donde las tradiciones no mueren porque se construyen entre todos.

Carretalito abre sus puertas. Bienvenidos a la Navidad que se siente, que se vive y que nace del alma de un pueblo.

Víctor Mendoza Zárate

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