CON EL PECADO Y SIN EL GENERO

He defendido, salvo suceso extraordinario, lo seguiré haciendo, al gobierno de Gustavo Petro, y para ello me baso en convicciones ideológicas. Profesadas desde mi adolescencia, una vez tuve cierta claridad y luces para discernir entre un modelo de pais y otro, entre unas concepciones políticas y otras, y al evaluar los resultados de los seculares mandatos de partidos tradicionales y de derecha. La etapa universitaria y el contexto político paralelo me ayudaron a consolidar tales convicciones. Mis juicios académicos e intelectuales, si bien no llegan al nivel y a las alturas que desearía, y por tanto admito mis limitaciones en ese particular para esbozar opiniones en las cotas que una formación más óptima me hubiese permitido bosquejar, seguirán siendo un medio para aportar un granito de arena al desarrollo de La Guajira.

Me anima el deseo de contribuir en alguna medida a la comprensión de los fenómenos sociales y políticos por parte de compañeros que no han tenido la fortuna y la oportunidad de penetrar ciertos horizontes de enfoque. Por ello y en la medida de lo posible intento valerme de una metodología didáctica. Básicamente y como es evidente, nuestras percepciones están orientadas a quienes, como yo, tenemos fe en el actual gobierno, que en medio de tantas hostilidades enrumba el pais hacia un nuevo modelo, más justo y equitativo. “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”.

Dado el sistema político e institucional colombiano caracterizado por un régimen tripartita de poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, era absolutamente indispensable haber obtenido por intermedio de las listas del Pacto Histórico, un número significativo de bancas en el Congreso de la República, a fin de arrancar con mayorías legislativas afines al proyecto, y con ello avanzar sin tropiezos en la implementación del programa de gobierno a través de la aprobación de las iniciativas  y reformas legislativas  de origen gubernamental. Debido a que ese objetivo no fue posible, el gobierno Petro se vio en la necesidad de atraer otros sectores políticos que no acompañaron su aspiración presidencial, algo que es usual en este pais; a fin de cuajar una coalición. La cual se conformó con cierta holgura, el año pasado a partir de agosto, en los prolegómenos de su gobierno.

Esas mayorías permitieron la aprobación entre otras, de la Reforma Tributaria, el Plan de Desarrollo, ambas iniciativas forzosas para poder desarrollar su agenda. Sin embargo, por diversos factores entre los cuales le cabe responsabilidad a errores o ligerezas del propio Presidente, a equivocaciones de algunos de sus funcionarios. Pero fundamentalmente, por tratarse ya en este caso de reformas estructurales que pisan callos y afectan intereses de determinados sectores, o más exactamente de líderes y dirigentes políticos de los partidos tradicionales, la coalición se ha venido debilitando gradualmente, sobre todo en el Senado de la Republica.

Precisamente se encuentran circulando profusas declaraciones bastante descorazonadoras del Senador guajiro: Alfredo Deluque en las que anticipadamente anuncia su voto contrario a la Reforma a la Salud. Lo cual presagia el camino empedrado que le espera a esa iniciativa en dicha corporación, una vez después de haber sido aprobada en los dos debates respectivos en la Cámara. En esta corporación se lograron tejer mayorías desde la instalación de la legislatura que comenzó en julio. No así en el Senado, donde se eligió como Presidente a Iván Name con el respaldo de los sectores de oposición. Hemos sido testigos de las declaraciones inamistosas del propio Name, de la Senadora Angélica Lozano y de algunos senadores apostatas. De modo que los augurios para la aprobación de la Reforma a la salud, no son muy halagüeños.

Es una reforma de carácter estructural y con enormes repercusiones sociales para los sectores de menores ingresos del pais y los habitantes de los territorios recónditos y asilados. Clave para el cierre de brechas sociales estructurales. Siendo profano en la materia y a efectos de tener nociones del porque se ha desatado tanta animadversión a ese proyecto de ley, me di a la tarea de revisar y seguir atentamente programas de debate entre contradictores y defensores, debates en la plenaria de Cámara, versiones sumamente solventes de su impulsora primordial, la exministra Corcho, y arribé  a la conclusión de que Deluque se apega a argumentos manidos, a lugares comunes, carece de una  sólida refutación en su postura antagónica, y lo noto cercano a intereses sombríos construidos alrededor del actual sistema de salud, carcomido por la corrupción.

A propósito de Deluque, y a raíz del reciente debate electoral fuimos testigos de cómo se descuadernó la candidatura a la Gobernación del compañero Wilder Navarro, en buena medida porque los “lideres” departamentales del Pacto Histórico, obligados a respaldarlo, abandonaron prematuramente el barco e “hicieron calabaza”. Los primeros en romper finales, optaron por apoyar a Boscán, sin justificación plausible. Posteriormente, los demás prefirieron apoyar a Aguilar, dejando huérfana la aspiración de Navarro. Quien por esas y otras razones decidió declinar y respaldar al candidato del partido de la U y en consecuencia del senador Deluque.

En nuestra opinión personal escoger al uno o al otro no hacia diferencias esenciales para efectos y el desarrollo del proceso administrativo y político departamental que se avecina. Ambos están atrapados por las maquinarias y los protagonistas y responsables de la marginalidad, atraso y vergonzosa situación del departamento. No se vislumbran sorpresas en ese sentido. Aguilar, individualmente no augura nada distinto, se encuentra cooptado. No se trata de un cuestionamiento personal. Simplemente las circunstancias y los antecedentes, su círculo de auspiciadores, no vaticinan nada revolucionario.

En virtud de que era inminente y se había hecha pública la intención de Navarro de apoyar a Aguilar. Nuestra opinión y decisión personal, guiado más por la coyuntura y en el entendido que Petro pudiese encontrar alguna contraprestación en el respaldo a sus proyectos de ley, y que en medio de su accionar ambivalente, el partido de la U donde milita Deluque, a pesar de amores y desamores. En teoría existía una intención de ese colectivo por continuar respaldando con algo de desgano al gobierno en esta legislatura, -cosa que al parecer acaba de desmentir tajantemente Deluque-, Por lo menos en su caso particular. No perdamos de vista que previamente el Presidente había “complacido” a Deluque con una cuota bastante cercana, en el encargo a la gobernación.

El partido conservador que avalaba la candidatura de Boscán, desde hace rato se retiró de la coalición por lo tanto carecía de sentido y de lógica política que los cuadros departamentales apoyásemos a Boscán. Es incuestionable el “cordón umbilical” existente entre la política provinciana y la nacional. Modestamente le insinué a Navarro, por interpuesta persona, que consultara con las bases, que sensibilizara las mismas en torno a su disposición, e inclusive me le ofrecí, como precandidato la gobernación derrotado, acompañarlo en su decisión para el acuerdo con Aguilar. No obtuve ninguna respuesta al respecto. Al día siguiente, y en menos de lo que canta un gallo, se divulgó formalmente ese acuerdo. Al parecer se trataba de una decisión adobada hacía tiempo.

Al retirar Navarro su candidatura, la que me sentía obligado ética y moralmente a apoyar.  Opté por el voto en blanco a gobernación. Finalmente, no pude hacerlo, circunstancias de salud me obligaron a permanecer en Bogotá entre el 26 de octubre y regresé el 7 de noviembre. Lamenté eso sí, no haber podido depositar mi voto a la alcaldía de Barrancas por el compañero Haroldo Pinto y por la lista cerrada del Pacto Histórico al concejo municipal.

Con el anuncio de Deluque, tanto Navarro como Petro se podrían estar quedando con el “pecado y sin el género”. Aunque no sé qué tanto Navarro, es posible que le den sus “cuoticas” en la gobernación. Lo de la oposición a La Reforma a la Salud, es un hecho según se desprende de las declaraciones de Deluque. Ese un punto de honor en la agenda legislativa del Presidente Petro. Dados los antecedentes y los argumentos señalados, es inexcusable e incompresible que Deluque anuncie su oposición.

José Luis Arredondo Mejía

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