La historia política de La Guajira está colmada de infortunios y miserias, aún hoy dos siglos y más de la independencia de Colombia, esta hermosa tierra sigue igual de abandonada por las decisiones que se toman desde el palacio Presidencial, muy a pesar que con el último gobierno departamental se puso medianamente el ojo sobre ella. Por las calles las preguntas de las personas del común siguen siendo ¿por qué? y ¿hasta cuándo? Creo que es momento de agregar otra pregunta: ¿Con quién? y ¿cómo? Esto es causa entre otras de ciertos elementos culturales que degeneran en posturas individualistas: ¡lo que de allá mandan es pa´ mi!
Hoy 24 de julio de 2022 como se diría coloquialmente “los astros están alineados” frente a la realidad política que se vive en nuestra península, se presume que debe ser el momento del renacer de La Guajira; no solo desde la perspectiva nacional, sino también desde lo local, entendiendo que, si no hacemos un gran pacto social y político en estos momentos, nuestra suerte no será tan buena en el futuro.
La Guajira al igual que el Magdalena y otros departamentos periféricos al centralismo bogotano, geográficamente hablando, fueron los territorios que le dieron la contundencia electoral al nuevo Presidente de la República que se posesionará el 7 de agosto, lo que hace prever que el trato que se le dé desde el Palacio de Nariño debería ser como de princesa pechichona. Desconozco cómo se están articulando los actores locales que harán parte de las mesas territoriales para la construcción del Plan de Desarrollo, sin embargo desde esta tribuna, los exhorto humildemente a que definan líneas gruesas que permitan la ejecución de megaproyectos que permitan mejorar la competitividad de la región, sea desde el fortalecimiento y mejoramiento de la oferta turística, el descubrimiento de nuevas fuentes de generación de riqueza a través del apoyo y acompañamiento técnico a los emprendimientos, sin olvidar lo más importante la optimización de los servicios públicos domiciliarios a lo ancho y largo del Departamento.
Es tan único y especial este momento para lograr gestionar muchas cosas desde la capital, pues como nunca se cuenta con 5 congresistas locales y otros 4 foráneos que hoy se ponen la camiseta por esta región como ya lo han manifestado públicamente, esa bancada se fortalece con la escogencia de los secretarios de Senado y Cámara también oriundos de esta tierra. Pero para lograr todo eso se requiere unidad, respeto y lealtad que al parecer falta mucho en la política nacional, y como lo accesorio persigue a o principal, por aquí también pasa.
Con la reciente decisión judicial que desvincula al Gobernador Nemesio Roys comenzó la batalla de egos para ver quien se alza con la corona de la designación que sería el menor de los males, pues de realizarse una campaña electoral renace el canibalismo político como el ave fénix y acabará con cualquier intención de unidad para el desarrollo regional. En fiestas, patios y casas de descanso en zonas rurales ya se empieza a aceitar la maquinaria de pactos políticos y repartición de la mermelada contractual y burocrática del Palacio de la Marina olvidando que con esta interrupción administrativa siguen perdiendo las poblaciones vulnerables, los niños y ancianos desnutridos, pero que va, el que gana es el que goza.
La unidad debemos entenderla no como herramienta política sino como un factor de cambio profundamente cultural e identitario, es generar sentido de pertenencia haciendo a un lado los desacuerdos y complejos que en otros escenarios serían difíciles de superar. Todos debemos llegar a la convicción colectiva de que es necesario resolver las necesidades de los habitantes de La Guajira sin importar el color político buscando generar procesos administrativos estables, eficaces y eficientes que generen confianza; aunque escribirlo y soñarlo es una tarea simple, por el contrario la realidad nos muestra otra cosa, actualmente con la decisión del Consejo de Estado se complica ese sueño con algunos líderes y personajes que no controlan sus ansiedades de poder.
Es por ello que en La Guajira todos perdemos, es lo que hoy me mueve a recordar a esos nuevos congresistas que tienen una responsabilidad histórica, es el momento de superar cualquier división, entendiendo y discerniendo con tolerancia, realizando un pacto de trabajo conjunto en todas las instancias orientadas a la unidad.
Adaulfo Manjarrés Mejía