El sistema de salud hace tres décadas arrastra consigo una crisis en constante progresión. Adquirió un carácter estructural. Las colas y tutelas para reclamar medicamentos se han incrementado sustancialmente. El año pasado se presentaron 201.000 tutelas. Las quiebras en las empresas promotoras de salud se han multiplicado. En dicho contexto ha sobresalido el desvío de billonarios recursos, girados por gobiernos anteriores a actividades que no tienen nada que ver con el destino que las leyes le han otorgado. En fin, ha sido uno de los negocios más lucrativos establecidos entre unos cuantos; con el aval y complicidad de gobiernos corrompidos, secundados por sus secuaces en el Congreso y en los organismos de control. Hace muy poco se denunció que cuantiosos patrimonios de la salud fueron a parar a paraísos fiscales; como fue el caso de la EPS COOSALUD desde donde se creó un conglomerado de empresas (IPS) cuyo controlante final, al parecer tiene su sede en Islas Caimán. Un paraíso fiscal.
Ni que decir de las prácticas fraudulentas llevadas a cabo en SALUDCOOP que culminaron con sentencia condenatoria en contra de su expresidente Carlos Gustavo Palacino y Javier Mauricio Sabogal el ex vicepresidente financiero de la entidad, quienes presentaron recobros improcedentes ante el antiguo FOSYGA, hoy ADRES. El monto de esos recobros improcedentes fue del orden de $ 23,673 millones. Sin embargo, el valor de esas irregularidades constituye una “chichigua” comparados con los $ 390.000 millones desviados del FOSYGA por el mismo Palacino y cuyos fondos fueron utilizados para adquirir propiedades inmobiliarias en Colombia, México y Ecuador, así como para realizar prestamos, financiar viajes personales y comprar vehículos de lujo. Ello le costó a PALACINO su primera condena de 9 años de prisión. Por el primer caso había sido condenado a 14 años. Esas anomalías fueron cometidas entre los años 2000-2004. Es decir, abarcó los dos primeros años del gobierno Pastrana y los dos últimos años del primer periodo del gobierno Uribe.
Esos constituyen apenas algunos casos de corrupción dentro de la multitud que han ocurrido en el actual sistema nacional de salud. Es un antro de corrupción, malos manejos, ineficiencias, pago de favores. Seguramente varios de los que callaron ante los aberrantes casos de corrupción señalados atrás, probablemente son los que se han escandalizado porque Petro usando a decir verdad un lenguaje inapropiado en un Jefe de Estado, denominó: vampiros de la salud, a quienes hoy podrían estar ocultando y acaparando medicamentos; poniendo en riesgo la salud de muchísimos colombianos. A todo lo anterior agregamos que Colombia después de Brasil, es el pais con los medicamentos más costosos en Latinoamérica.
En lo personal soy un afectado directo. Desde el 5 de febrero tengo pendiente reclamar ante la EPS SANITAS un medicamento denominado EXFORGE HTC el cual ha sido recetado por el cardiólogo dada mi condición de hipertenso, debo reclamarlo cada 30 días. Según otros damnificados eso es apenas el comienzo del viacrucis, sobran los casos de entregas pendientes que superan los seis meses.
Como ha sido usual desde la asunción al poder de este gobierno, una discusión de carácter técnico ha trascendido a un debate político en el que sale a relucir la consabida narrativa de la oposición, y gremios y medios afines al Statuo Quo. Narrativa que es replicada sin formula de juicio por obnubilados militantes rasos, incurriendo en la tradicional narrativa enquistada casi que, como un reflejo condicionado, alimentada por una cierta dosis de irracionalidad y odio. Sería interesante que con el mismo celo exijan que, se devele el oprobioso oligopolio constituido en el gobierno Duque. Que requieran los nombres de las personas que se encuentran detrás de los gestores farmacéuticos, y operan tras bambalinas en ese oligopolio. Los cuales han montado uno de los negocios más turbios pero rentables a nombre de la salud de la población colombiana.
Casualmente nos hemos dado la mano con un artículo publicado hace un par de días en Kienyke.com en la que describen otra de las aberraciones lucrativas en torno a las EPS. En este caso las liquidadas. Lo que para unos es una tragedia-su liquidación- para otros, en un negocio paralelo. Algunos empresarios, políticos y funcionarios, han convertido esas liquidaciones en una oportunidad dorada. La liquidación de 58 EPS entre 1998 y 2022, ha devenido en un negocio paralelo, activos que silenciosamente cambian de dueños, contratos que reaparecen bajo otros nombres, clínicas vendidas a precios de saldo, carteras enredadas en laberintos legales y empresas recicladas con nombres parecidos. En síntesis, se amasan cuantiosas fortunas sobre el dolor de los pacientes.
Como consecuencia de tales liquidaciones, apreciamos: “pacientes a la deriva, tratamientos suspendidos y el Estado pagando las cuentas una y otra vez. Los organismos de control y vigilancia haciendo el ridículo ante las liquidaciones de dichas entidades. Desde la Superintendencia de Salud, pasando por Contraloría y Fiscalía acumulando investigaciones, con escasos resultados. Aparecen nuevas entidades proponiendo eficiencia, pero detrás de ellas muchas veces se esconden los mismos nombres y mañas. Este es el modelo que la oposición alcahuetea y se resiste a cambiar. Según lo descrito, cada liquidación de una EPS se traduce en pérdidas para el Estado; y ganancias para unos cuantos.
Obviamente el actual gobierno ha incurrido en fallas, más por apreciaciones propias o subjetividades administrativas que por mala fe. Entre aquellas figuran los retrasos en la regulación por parte del INVIMA, diferencias con las EPS en el cálculo del valor anual que se reconoce por cada uno de los afiliados al sistema de seguridad social o UPC (Unidad de Pago por Capitación) derivadas de la ausencia de esa adecuada regulación de precios, lo que en modo alguno se le puede endilgar exclusivamente a este gobierno. Quien “dándose la pela” ha aumentado de $ 62 billones a $ 100 billones el monto de recursos públicos destinados a las EPS. Inclusive, acorde con lo expresado por Clara Isabel Rodríguez, Directora Ejecutiva de la Asociación Colombiana de la Industria Farmacéutica, los recursos correspondientes a la UPC han sido girados con anticipación a las EPS, con lo cual se cubre una parte significativa de la atención en salud. Lo anterior torna injustificado las crecientes y enormes colas y demoras hasta por más de seis meses en la entrega de medicamento a muchísimos pacientes.
No obstante, de corroborarse algunas falencias y saldos por pagar en medicamentos de alto costo, estás son un juego de niños comparadas con las iniquidades en las que han incurrido los directivos de las EPS y los gestores farmacéuticos con la aquiescencia y en contubernio con gobiernos anteriores. Es mezquino, ruin, trágico usar el deleznable argumento del no giro y/o recibo incompleto de los recursos para abstenerse de entregar medicamentos, en particular a pacientes con enfermedades de alto riesgo. Máxime ante un supuesto deudor como el Estado
En este momento las principales reformas que han sido propuestas por el gobierno actual y que a no dudarlo se traducirán en mejoramiento de las condiciones de vida de la población más vulnerable, se encuentran en coyunturas disimiles, la reforma pensional que logró sortear en su tránsito legislativo las estrategias dilatorias, filibusteras, de la cerril oposición, está en vilo, a expensas de una decisión del máximo órgano constitucional. La Reforma laboral luego de ser aprobada en su tránsito legislativo en la Cámara de Representantes en donde fue aprobada por el voto de 93 representantes, acaba de ser archivada sin ningún debate en la Comisión Séptima del Senado por 8 congresistas entre los que cabe incluir a un analfabeto, quien para más señas usa un sombrero que probablemente le oscurece aún más, sus escasas luces intelectuales. La reforma a la salud, iniciativa que repite su proceso legislativo, luego de realizar un exitoso movimiento por la Cámara se enfrentará próximamente a los mismos energúmenos e insensatos senadores de la Comisión Séptima, donde dada la correlación de fuerzas y la homogeneidad de criterio en esa célula legislativa, le auguran su fracaso.
Está en juego el futuro político, la preservación de los intereses de esta degradada clase, degradada, pero al fin y al cabo clase, lo cual llevó implícitamente al triunfo de un modelo económico social y político opuesto al que ha venido dominando la escena política nacional. El pasado, los que ya gobernaron, en su beneficio y en el de unas minorías, aparecen paradójicamente proponiendo cambios y mejorías en el mismo. Ahora si se acordaron que, el statu quo imperante amerita trasformaciones esenciales. El egoísmo y afán de mantener sus privilegios los tiene peleando como “gato boca arriba”, apelando a falsas y desesperadas promesas, las que han tenido todo el tiempo del mundo para llevarlas a cabo, y nada.
Recientemente la Defensora del Pueblo reconoció la necesidad y urgencia de una reforma al actual sistema de salud.
José Luis Arredondo Mejía