CUANDO LA PALABRA SE CONVIERTE EN ACCIÓN: ASÍ RESCATAMOS EL DEPORTE PARA TRANSFORMAR VIDAS EN LA GUAJIRA

Cuando asumí la responsabilidad de gobernar a La Guajira, hice un compromiso que no fue improvisado ni circunstancial, cumplirle la palabra al deporte. Lo dije con la convicción de que esta tierra necesitaba recuperar la fe en sus instituciones, la confianza en sus escenarios y la esperanza en sus talentos; y lo dije porque estaba convencido de que el deporte es una herramienta poderosa para transformar vidas, prevenir violencias, fortalecer la convivencia y abrir caminos de desarrollo. Durante muchos años, nuestros niños, jóvenes y adultos deportistas crecieron viendo escenarios abandonados, programas inexistentes o esfuerzos aislados que no lograban consolidarse. Hoy, casi dos años después, puedo afirmar que esa realidad empezó a cambiar, y está cambiando con la palabra en acción.

Uno de los mayores retos que encontramos al inicio del gobierno fue el estado crítico del Instituto Departamental de Deportes de La Guajira IDDG. Durante dos décadas, una deuda histórica paralizó su capacidad técnica y administrativa, imposibilitando avances, frenando gestiones y debilitando por completo el apoyo que debía brindar a nuestros deportistas. Sanear esa deuda representaba no solo un reto financiero sino un acto simbólico de reparación. Tras meses de consultas, conciliaciones, análisis jurídicos y decisiones responsables, logramos lo que parecía inalcanzable: saldar completamente el pasivo que mantenía al Instituto atado de manos.

Hoy, después de 20 años, el IDDG vuelve a respirar. Recuperó su vida institucional, su capacidad de gestión, su autonomía y su función estratégica como líder del sistema deportivo del departamento. Ese saneamiento no es una noticia administrativa; es una victoria para todos los deportistas que durante años vieron frustrados sus procesos por una deuda que no era suya, pero que pagaron con sacrificio, paciencia y sueños postergados.

Con la institucionalidad recuperada, el siguiente paso era construir una estrategia integral que pusiera el deporte en movimiento en todo el territorio. Así nació “Tu Oportunidad Deportiva”, un programa que reconoce la actividad física, la recreación y el deporte como un proyecto social y humano capaz de transformar realidades en cada municipio.

A través del proyecto piloto departamental, llegamos a 15 localidades con jornadas en las que confluyen ciclovías, rumbaterapia, caminatas, actividades funcionales, juegos tradicionales, torneos, festivales recreativos, sesiones para adultos mayores, programas de motricidad infantil y encuentros comunitarios que hoy reúnen a familias completas alrededor de hábitos saludables. Más de 8.000 guajiros participan actualmente en estas actividades que se desarrollan en plazas, calles, parques, playas y canchas, y que están generando un impacto profundo en las dinámicas de convivencia, bienestar y salud pública.

Ver a nuestros jóvenes llenando los escenarios, a los adultos mayores moviéndose con entusiasmo o a los niños disfrutando de juegos tradicionales que estaban olvidados, es evidencia de que La Guajira estaba esperando este impulso. En cada jornada se siente una energía distinta, una sensación de pertenencia renovada y un orgullo colectivo que nos recuerda que el deporte no solamente forma atletas, forma ciudadanos. Esta estrategia es el primer paso hacia una política pública departamental que garantizará que el deporte deje de depender de esfuerzos temporales y se convierta en un derecho real, estable y sostenible.

Pero el deporte también necesita escenarios dignos para florecer. Por eso, desde el primer día tomé la decisión de enfrentar otro de los dolores más profundos del departamento: las obras inconclusas. La Guajira acumuló durante años proyectos abandonados, estructuras a medio construir y anuncios que nunca se cumplieron. Ese abandono no solo afectó físicamente los espacios, sino emocionalmente a las comunidades. Recuperar esas obras era un deber moral, una deuda con la verdad, con la gente y con el futuro. Hoy, después de recorrer cada municipio, escuchar a sus líderes y estudiar cada proyecto, podemos decir que avanzamos con determinación en la recuperación de escenarios esenciales para el deporte.

El estadio de San Juan del Cesar, que por años fue una promesa sin cumplir, está en proceso de renacer; la piscina semiolímpica de Urumita vuelve a levantarse como un espacio valioso para la formación de nuevas generaciones en deportes acuáticos; el Coliseo Jairo “El Guajiro” Romero ya es una realidad entregada, convertido en la primera obra inconclusa recuperada oficialmente en este gobierno; el Estadio El Salaito en Riohacha está a punto de abrir sus puertas completamente renovado; y Manaure vive hoy la construcción de un polideportivo municipal esperado por tres décadas.

En paralelo, impulsamos la transformación urbana del nuevo malecón de Riohacha, concebido no solo como un espacio recreativo sino como un gran corredor para el deporte, el turismo y la integración comunitaria. Cada una de estas obras es una puerta que se abre, un espacio que se devuelve, una deuda que se salda y un mensaje que se reafirma: en La Guajira ya no se prometen obras, se cumplen.

Los resultados deportivos también hablan por sí solos, pues hemos acompañado delegaciones que representan con orgullo al departamento en disciplinas como fútbol, rugby, kitesurf, ajedrez, natación y muchas más.’

Las medallas de oro y plata que celebramos en los Juegos Nacionales Juveniles 2024, la histórica medalla de plata del equipo de rugby en los Intercolegiados 2025 y los triunfos constantes de nuestros atletas en competencias regionales y nacionales reflejan que el talento siempre estuvo ahí, lo que faltaba era un gobierno que lo reconociera, lo apoyara y lo impulsara. Eventos como el Kite Fest Guajira 2024 demostraron que nuestro territorio tiene el potencial para ser un destino de turismo deportivo internacional, y ese camino ya está abierto.

La Guajira está viviendo una transformación profunda que no se limita a un gobierno, sino que pertenece a la gente. Esta nueva etapa del deporte guajiro no es un programa aislado ni una estrategia temporal, esto el inicio de una política de largo aliento que nos permitirá consolidar escenarios dignos, ampliar coberturas, fortalecer ligas y clubes, impulsar procesos escolares, acompañar talentos emergentes y construir una cultura deportiva sólida que se mantenga y evolucione en los próximos años.

Aún queda mucho por hacer, pero este camino ya empezó y no se detendrá. Estoy convencido de que cuando el deporte se convierte en oportunidad, la violencia disminuye, los sueños crecen y las comunidades se unen. Por eso seguiré cumpliendo la palabra, porque esta tierra merece que la pongamos a competir, a jugar, a triunfar y a siempre ponernos la diez como lo hace Luchito Diaz. La Guajira no nació para quedarse en la banca, La Guajira nació para ponerse de pie. Y ya lo estamos logrando, juntos.

Jairo Aguilar Deluque

Gobernador de La Guajira 

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