DEL AGOTAMIENTO AL VIGOR

Hay momentos en que estamos abrumados en gran manera, las fuerzas se limitan y las esperanzas se pierden. A veces la situación es tan complicada que nos desgastamos a tal punto que sentimos que ya no podemos resistir, solo pensamos si algún día recuperaremos la fuerza y es que estar agotados emocionalmente es quizás peor que el agotamiento físico.

Después de una carrera basta hidratarse, dormir suficiente y alimentarse bien, pero cuando el agotamiento es del alma parece que todo alrededor se derrumba, que el mundo se cae frente a nuestros pies sin nada que podamos hacer.

Personalmente he vivido momentos en que me siento derrotada, perdida, como si estuviera en un laberinto oscuro del cual no puedo salir, he dudado de mí, peor aún, he dudado del infinito amor de Dios; pero recuerdo que Él está con los de ánimo afligido (Isaías 57:15), que da fuerza al cansado y multiplica las fuerzas al que no tiene vigor (Isaías 40:29)

Si estás sobrecargado, si sientes impotencia, agotamiento y frustración, solo puedo decirte, ve a Dios y espera en Él, Él te sostiene y te levanta. Dice en Isaías 40:31 que los que esperan en Jehová tendrán nuevas fuerzas, levantarán alas como las águilas; correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.

Las tinieblas siempre están buscando la manera de perturbar el caminar con Cristo, cuando nuestra fortaleza espiritual baja en gran manera nos hacemos vulnerables y débiles ante las tentaciones, es por eso que debemos perseverar en la fe. Dios es nuestra fortaleza y en tiempos de angustia es nuestro refugio. Ante el agotamiento y el desánimo, debemos acudir a su presencia en oración para ser renovados y guiados para obtener la victoria en cada una de nuestras batallas.

Como creyentes tenemos la responsabilidad de acercarnos a Dios y relacionarnos con él. Así como se puede destruir una relación con un amigo por falta de comunicación, nuestra relación con Dios, para que se fortalezca requiere que hablemos con Él, nuestro tempo de oración no es negociable. En Lucas 10:38-42 leemos que cuando Jesús se detuvo a visitar a sus amigos, Marta se sentía abrumada porque tenía mucho por hacer, pero María estaba a los pies del Señor escuchando lo que éste decía, aunque Marta estaba haciendo algo bueno como “servir”, estaba perdiéndose la mejor parte, escuchar y pasar tiempo con el Señor.

Los planes de Dios siempre son buenos y perfectos, aunque la prueba no sea fácil, obedecerlo produce una sensación de bienestar que permanece en el tiempo y nos ayuda a soportar. Estar atrapados en la velocidad de la vida puede ser perturbador y esperar en Dios no es una tarea fácil, pero tomar decisiones sin su dirección nos hará permanecer en la prueba por más tiempo del que deberíamos estar.

La Biblia dice que bienaventurado el hombre que soporta la prueba, ya que al salir aprobado recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman.

Por eso, aun cuando por algún tiempo, tengas que pasar por muchos problemas y dificultades, ¡Alégrate!, la confianza que tienes en Dios es como el oro, así como la calidad del oro se pone aprueba con el fuego, la confianza que tienes en Dios se pone a prueba con los problemas; entonces, tu fe, al permanecer firme en la prueba, traerá alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo al mundo.

No temas, porque Dios está contigo, no desmayes, Él te fortalecerá y te ayudará, te sostendrá con la diestra de su justicia (Isaías 41:10).                                           

Jennifer Caicedo

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