DEMOCRACIA Y CIUDADANÍA: LECCIONES PARA EL FUTURO DE LA GUAJIRA

La construcción de una verdadera democracia en La Guajira no se logrará hasta que cada ciudadano asuma su papel activo en el destino de su región. Hoy, enfrentamos un llamado urgente: transformar las estructuras y el compromiso ciudadano en La Guajira y Riohacha, inspirándonos en el largo camino hacia la democracia en Atenas, Estados Unidos y Corea del Sur.

Estos ejemplos históricos nos muestran que la democracia es mucho más que un sistema político; es una práctica constante de ciudadanía, donde cada individuo contribuye al desarrollo y la equidad de su comunidad. En La Guajira, donde los recursos son vastos pero las oportunidades están restringidas, necesitamos redescubrir el significado de una ciudadanía inclusiva.

La historia de la democracia comenzó en Atenas, donde los ciudadanos se reunían para deliberar sobre su destino común. La antigua Grecia, especialmente Atenas en el siglo V a.C., planteó un modelo inicial de democracia que, aunque limitado, otorgó poder a una parte de la población.

Este sistema contrastaba con las élites y tiranos de la época, convirtiéndose en un referente para las futuras democracias. Atenas nos enseña que la democracia comienza cuando las personas se organizan y participan, buscando la equidad en las decisiones públicas.

En tiempos modernos, Estados Unidos dio un paso trascendental con su Declaración de Independencia, promoviendo el principio de igualdad y derechos inalienables para todos los ciudadanos. Este ideal se ha mantenido como un pilar de la democracia estadounidense, enfatizando la importancia de la representación y la responsabilidad ciudadana en un gobierno justo.

Esta lección es especialmente relevante para La Guajira, donde la distribución de oportunidades aún es desigual. Es fundamental construir instituciones que reflejen y protejan los intereses de todos, y no solo los de unos pocos privilegiados.

Corea del Sur, tras una época de conflicto y dictadura, demostró que la democracia puede convertirse en un motor de desarrollo económico y social. A través de un fuerte compromiso ciudadano y la creación de instituciones sólidas, Corea pasó de ser un país devastado a una potencia mundial.

Su éxito radica en la combinación de participación activa de sus ciudadanos y una estructura que fomente la transparencia y la justicia. Para La Guajira, este ejemplo es crucial: solo cuando nuestras instituciones sirvan a todos, podremos superar la pobreza y la desigualdad que persisten en la región.

En La Guajira y Riohacha, construir una democracia inclusiva requiere algo más que estructuras políticas formales; exige un compromiso de cada ciudadano.

Inspirados en estos modelos, debemos promover la participación de todos los guajiros en las decisiones de su comunidad, comenzando por una educación cívica sólida que forme ciudadanos críticos y responsables. Necesitamos instituciones que no solo representen al pueblo, sino que estén realmente al servicio de sus necesidades y aspiraciones.

Para cultivar una verdadera conciencia democrática en Riohacha y La Guajira, un claro ejemplo sería la implementación de presupuestos participativos a nivel local.

 A través de este modelo, los ciudadanos pueden involucrarse en la planificación y asignación de fondos para proyectos comunitarios, desde mejorar el acceso al agua hasta desarrollar espacios recreativos y lugares de encuentro.

Este tipo de participación permite a la comunidad tomar decisiones colectivas, entendiendo el impacto de sus propuestas y supervisando la transparencia en el uso de recursos.

En lugares como Porto Alegre, Brasil, este modelo ha demostrado que la participación directa aumenta la rendición de cuentas, impulsa proyectos prioritarios para la comunidad y fortalece la confianza en las instituciones.

La democracia no es un destino, sino un proceso constante de construcción. Desde Atenas hasta Corea del Sur, la historia nos ha mostrado que cada generación debe luchar por mejorar la participación y la equidad en su sociedad.

En La Guajira, tenemos los recursos y la voluntad de construir un sistema donde todos los ciudadanos sean actores del cambio. La verdadera democracia surge cuando cada individuo se convierte en un guardián de su comunidad, asegurando que las oportunidades y los beneficios se distribuyan de manera justa para todos.

La Guajira tiene la capacidad de ser un ejemplo de democracia inclusiva en Colombia, y la construcción de este futuro depende de cada uno de nosotros.

 

Juana Cordero Moscote 

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