Llega diciembre y las calles de Riohacha se transforman en un lienzo luminoso durante este mes especial. El resplandor de las luces de Navidad danza en cada esquina, creando un ambiente festivo que refleja la alegría compartida y la esperanza de tiempos mejores. A medida que la brisa marina acaricia las palmas y los villancicos resuenan en el aire, Riohacha se envuelve en un manto de magia que invita a propios y visitantes a sumergirse en la esencia única de diciembre.
En cada rincón de la ciudad, las novenas navideñas se convierten en una expresión colectiva de fe y unión. Vecinos se reúnen para compartir rezos, cantos y delicias tradicionales de nuestra ciudad, tejiendo una red de lazos que trascienden lo cotidiano. Es en estas novenas que la esencia de la comunidad se revela, marcando una pausa en el trajín diario para recordar la importancia de la familia, la amistad y la solidaridad.
Aunque el calor caribeño se aleja de la típica imagen invernal navideña, Riohacha encuentra en sus sabores la esencia misma de la temporada. Las hallacas, envueltas en hojas de plátano y rellenas de una mezcla de carnes y especias, se convierten en el platillo estrella que une a las familias en torno a la mesa. Los buñuelos, dorados y crujientes, añaden su toque festivo a cada celebración y la infaltable natilla de la cual tengo el mejor recuerdo de mi infancia y las delicias de mi madre “la mella”, demostrando así que la magia de diciembre se saborea con cada bocado.
Mientras el sol se retira en el horizonte, la playa de Riohacha se ilumina con la magia de miles de luces. Este espectáculo costero, lejos de la neblina invernal, brinda una experiencia única donde la arena se convierte en un lienzo para la reflexión y la esperanza. Las familias se reúnen para compartir momentos especiales, despidiendo el año que se va con gratitud y recibiendo el nuevo con optimismo.
En un año que ha desafiado la resiliencia de comunidades en todo el mundo, Riohacha encuentra en diciembre un momento para renovar la esperanza. El sonido de las olas y el fulgor de las estrellas se mezclan con los anhelos de un futuro más próspero. Mientras la ciudad se adorna con destellos festivos, cada luz parece ser un recordatorio de que, incluso en los tiempos difíciles, la comunidad puede encontrar motivos para celebrar y mirar hacia adelante con optimismo.
Diciembre en Riohacha es más que una época festiva; es un capítulo lleno de historias compartidas, tradiciones arraigadas y la promesa de un nuevo comienzo. En este rincón caribeño, la magia de diciembre se manifiesta no solo en luces brillantes, sino en el calor humano que ilumina cada rincón de la ciudad, recordándonos que, incluso en la distancia, estamos todos conectados por el lazo intangible de la celebración y la esperanza. ¡Que este diciembre brille con luz propia en Riohacha y más allá!
Juana Cordero Moscote
Bendiciones la navidad para nuestra familia es alegria crecimos en un hogar de una madre Juana una señora muy alegre que nacio el 8 de diciembre , junto con ella y mi padre viviamos la epoca de navidad y sño nuevo, les deseo felices psscuas y año 2024.
Me gusta el enfoque navideño familiar de la columna, pese a que los problemas de inseguridad ensombrecen el panorama nuestra gente no se deja amedrantar y sale a celebrar esta linda epoca…felicitaciones
Dios la bendiga siempre q cada dia sea derramada la gracia divina de nuestro padre celestial sobre ud
Riohacha es la tierra prometida para propios y extraños .
Esa magia de la navidad dada a las circunstancias que se esta viviendo se ha visto un poco apagada, son pocas las calles y lugares donde se vean las luces de colores que te dicen llego la navidad.
Vallenatos inmortales…
Bendito Diciembre, los Betos
Lindo Diciembre, Jorge oñate..
Y muchos más…
Y los recuerdos de los que regresábamos a Riohacha, luego de estudiar por fuera, reunirnos y celebrar…
Aún podemos cambiar a Riohacha.