EL CUENTO DE LA BASE GRINGA

En las últimas semanas, la isla Gorgona, ese paradisiaco tesoro natural de los colombianos y de la humanidad, ha sido el centro de un debate de escala nacional, por cuenta de una ya clásica causa: la desinformación.

Según lo informaron varios medios de comunicación, el Gobierno Petro se encuentra presionando para que se suspenda el inicio de la ejecución de un proyecto de alto valor estratégico, en términos de soberanía, la lucha contra el crimen multidimensional y la conservación de ese enclave natural, por presión de ambientalistas y el rechazo a la desacertada afirmación de presencia de tropas estadounidenses en la isla.

El proyecto de marras, está a cargo de la Armada Nacional, que desde el 2014 hace presencia intermitente en la isla con unidades de Infantería de Marina, y comprende la construcción de una Estación de Guardacostas de segundo nivel (no una base militar en estricto sentido), que contará con un Sistema de Control de Tráfico Marítimo, un muelle y dos unidades de reacción rápida (embarcaciones ligeras y rápidas útiles para la interdicción, así como labores de búsqueda y rescate), que será operado por 28 tripulantes, miembros de la Armada Nacional de Colombia.

Pese a que el tema trascendió recientemente, la planificación del proyecto data de hace más de 10 años, involucrando activamente a las autoridades ambientales, a la Unidad de Parques Nacionales Naturales de Colombia y a los habitantes del municipio de Guapi (Cauca). Sus estudios, realizados por terceros y fuerza propia, tuvieron un costo aproximado de tres mil millones. Además del hecho de que la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales dio el aval para su ejecución (Resoluciones 1730/2015 y 516 del 3 marzo de 2022), merece destacarse el objeto pactado entre la Unidad de Parques Nacionales Naturales de Colombia y El Ministerio de Defensa Nacional- Armada Nacional, al suscribir el convenio interadministrativo el 10 de octubre de 2019:

“…aunar esfuerzos humanos, técnicos, logísticos, financieros y administrativos para el fortalecimiento de las actividades de conservación y protección del medio ambiente, así como los valores naturales del Parque Nacional Gorgona, a través del desarrollo de actividades de prevención, control y vigilancia en el marco de la Estación de Guardacostas, que permitan neutralizar amenazas al área protegida, mantener el orden público y la soberanía en la zona…”

Queda claro entonces, que no se trata de una base militar de las dimensiones que se ha denunciado, ni mucho menos estadounidense, y, quizá lo más importante, es que uno de los objetivos de esta Estación de Guardacostas, así no lo reconozcan los grupos ambientalistas ni algunos integrantes del actual Gobierno, es la protección integral del Parque Nacional Natural Gorgona, cuya área marina alcanza el 97% del área protegida y el área insular un 3%, frente a actividades ilícitas como la pesca ilegal, la contaminación marina, la deforestación y la minería presente en la zona donde tendrá jurisdicción la Estación. Ya viene siendo hora, para que más allá del ciego activismo, de una vez por todas se reconozca que la lucha contra el crimen multidimensional, característico de nuestros días, constituye un factor determinante en cualquier esquema de protección del medio ambiente natural. Precisamente, así lo demuestran los resultados de la Armada Nacional desde 2012, en el área operacional de la Estación de Guardacostas de Gorgona: 157.778 kg de pesca ilegal, donde recientemente se incautaron 114 tiburones y 89 aletas, 115.742 metros cúbicos de flora ilegal, 531 individuos de fauna silvestre, 218 unidades de maquinaria de minería criminal, 66 capturados por minería ilegal, 3.082 personas rescatadas, 174 migrantes irregulares, 683 personas evacuadas, 1.109.089 kg de cocaína incautada y 175 semisumergibles.

En suma, el retraso injustificado de la construcción de la Estación de Guardacostas de Gorgona, además del elevado costo que genera (por ejemplo, 50 millones de pesos diarios por el sólo bodegaje de materiales en Buenaventura) termina por beneficiar a la criminalidad organizada, especialmente pesca ilegal y narcotráfico, además de privar al Parque de instalaciones que potencien el turismo (anualmente, sin que exista siquiera un muelle para el desembarco de pasajeros, el parque es visitado por 6.400 turistas, y recibe un promedio de entre 800 y 900 embarcaciones).

Esquilo decía que “la mayor parte de los hombres, falseando la verdad, quieren aparentar ser mejores”, no permitamos que se impongan la desinformación y el prejuicio, sobre los hechos verdaderos para proteger el Parque Nacional Natural Gorgona y nuestro territorio.

Paola Holguín

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