“LO IMPOSIBLE SE VOLVIÓ POSIBLE Y LO IMPENSABLE SE VOLVIÓ REALIDAD” … DESPIDIENDO EL 2022

Tal como dice Gustavo Petro: llegó el cambio. Y sí que llegó a Colombia. Para muchos, el 2022 ha sido el peor año. Para otro, el mejor. Y para unos pocos indiferentes, conformistas o agradecidos, no ha sido ni bueno ni malo, simplemente todos hemos recogido la cosecha de aquello que sembramos. Durante el 2022 lo imposible se volvió posible y lo impensable se volvió realidad.

En este año, se cumplió la tan temida o anhelada profecía:  Gustavo Francisco Petro Urrego logró su sueño de ser el presidente de Colombia; la izquierda recogió el trabajo — aunque muchos no quieran aceptarlo — que ha venido realizando contra viento y marea a lo largo de más de 10 años. Y, por su parte, la derecha no se quedó atrás; su división, fractura, malos gobiernos y resultados nefastos le dieron vía libre a la izquierda del país. A cada quién lo que le corresponde. Ojalá ningún extremo se quede con el ego inflado o el pesimismo absoluto de lo ocurrido. La derecha no siempre podía gobernar el país y la izquierda no siempre podía ser oposición. Es más, hasta interesante es la cuestión, ¿no? pues estando desde el otro lado del mar la perspectiva cambia; no es fácil gobernar y es muy frustrante ser oposición. Los colombianos eligieron presidente en medio de un país dividido, sectorizado, con odio, resistencia y con una avalancha de fake news tan dañina para la democracia, que me atrevería a decir que hasta ahora estamos empezando a ver las consecuencias de ello.

Así mismo, en el 2022 el Congreso de la República cambió radicalmente su conformación — la mayoría coalición de gobierno —, más no en la forma ni modo de ejecutar la política al interior del recinto, como, por ejemplo: en la elección del contralor, la propuesta de reforma política u orden público, la reforma tributaria y las prácticas tradicionales, posturas enmermeladas para favorecer a sus amigos o, como siempre, a ellos mismos.

No nos ahogamos por el Covid- 19 este año — sin desconocer las tragedias de muchas familias —, pero sí nos hundimos por la inflación de más del 12%, el valor del dólar llegando a $5.000 COP y un miedo infundido frente al futuro del país.

En el 2022 más de uno recibió una cachetada que los sacó corriendo de su gran zona de confort, dejando para muchos una gran huella de dolor, pero también grandes reflexiones. Y es que no fue fácil por ejemplo, ver tantos muertos en Ucrania tras la invasión de Vladimir Putin; los fenómenos climáticos extremos como las grandes olas de calor en el mundo, los incendios en Europa y E.E U.U; la derrota de Bolsonaro en Brasil y el triunfo de Lula da Silva; la muerte de la tan inmortal Reina Isabell II; la continuación de XI Jinping en China; las fuertes críticas a la organización del mundial en Catar y hasta la pronta y triste salida de Cristiano Ronaldo al quedar en el primer tiempo en la banca de suplentes — relegado — en Portugal en el partido de vida o muerte para su equipo.

Tampoco se puede desconocer lo positivo del 2022; aunque hay muchas críticas al gobierno de Gustavo Petro, hay que reconocer que hay un sector bastante amplio en Colombia que tiene dolor, que guarda sufrimiento y que ven en Petro una esperanza y una representación fuerte, no solo del presidente, sino de su equipo, de personas afines que han experimentado vivencias similares a las de ellos; la economía se ha reactivado en torno al sector de la música y el entretenimiento con más de 15 conciertos de talla internacional; la Selección femenina de fútbol colombiana llegó a la final del mundial femenino sub-17 quedando de subcampeonas; la tan famosa capacidad de reinventarse que deja como secuela la pandemia originó el trabajo remoto y que más empresas pudieran modificar su forma de operar, el Producto Interno Bruto (PIB) creció más de 6,1 % hasta mitad del 2022 — par el 2023 se espera una fuerte caída al 2,3 % —, siendo un incremento bastante favorable después de una fuerte época económica tras la crisis de la pandemia; entre otras noticias positivas a lo largo del año.

Por mi parte, me despido de este 2022 con un sentimiento de gratitud y satisfacción enorme. Creo en que el dolor transforma, la gratitud expande, el amor toca fibras y llorar libera. Y, aunque la vida es una mezcla entre el azar, la suerte, la ayuda divina y las decisiones, la mayor parte de nuestro destino nos lo creamos nosotros mismos cada día, con cada pequeña o grande decisión; con cada palabra, energía que emitimos al universo, gestos de solidaridad con otros, con lo que callamos y seguimos adelante y con las victorias que solo nosotros sabemos cuánto nos costó alcanzarlas.

A mis lectores, mi absoluta gratitud con ustedes por su tiempo, por sus críticas positivas, pero, sobre todo, por las negativas — respetuosas — esas que no te siguen la cuerda, dejando de lado una postura complaciente, esas que te incomodan y te hacen pensar más allá. Mis mejores deseos. Espero crean profundamente en sus sueños, en el trabajo, y disciplina, pero, sobre todo, en que, a las buenas personas, la vida los recompensa tarde que temprano. ¡Feliz navidad y prospero año nuevo!

PAULA CALDERON BUITRAGO 

DESCARGAR COLUMNA

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
💬 ¿ Necesitas ayuda?
Hola 👋 ¿En qué podemos ayudarte?