EL DEPARTAMENTO QUE SOÑAMOS LOS GUAJIROS

Ubicados geográficamente en la cabeza de Colombia, territorio al cual un Secretario de Turismo al­guna vez lo denominó “La Esqui­na de las Oportunidades, oportunidades que son violadas. Desconocidas, usurpadas por las pocas empresas que operan en este terri­torio. Cabe destacar que la única empresa que ha empleado y valo­rado la mano de obra de los guajiros es El Cerrejón, cuya in­versión es tangible dado que los empleados del complejo se han convertido algunos en microempresarios; es así como los hijos de estos hoy estudian en las mejores universidades del país, el desarrollo urbanístico también recibe su aporte, esto no sucede con otras empresas privadas con asentamiento en La Guajira, las cuales no sólo son excluyentes con la mano de obra <le los oriundos de esta región, sino que las ofici­nas que concentran la dirección de esas empresas están ubicadas en otras ciudades. No es justo que esto suceda y deje relegado el de­sarrollo de la península, donde podría invertirse en el turismo y el comercio a través de esta em­presa. La tan pronunciada frase: “Guajiro, a lo tuyo tú”, no es más que una frase de cajón”.

En las elecciones los guajiros reflejan, apatía, falta de credibilidad y desgaste

Si bien es cierto, en las elecciones que se desarrollaren en marzo pasado para elegir al Congre­so de la República, en el departa­mento de La Guajira la abstención alcanzó un porcentaje alto, lo cual es el fiel reflejo de que los guajiros se muestran cansados por el poco trabajo dé una dirigencia desgastada, “los mismos con los mismos”, argu­mentan; nada cambia, continúan las vías en mal· estado, muchas obras inconclusas, la basuras cam­pean por los pueblos gracias al celo politiquero cuando un diri­gente digno quiere: surgir le ponen toda clase de talanqueras, si fula­no de tal en su administración inicia un obra, aquel que lo reempla­za ataja toda inversión para no ter­minarla porque con ello inmortaliza al fulano que la inició. ¡Uy! hay que atajarlo para que nadie hable bien de él o de ella, ¡hay que quemarlos… cuidado!  si usted as­pira a un cargo público de elección popular porque le destapan tumbas y sino tiene se las inventan para inhabilitarlo. Las alcaldías son unos ‘hornos crematorios’ cuando se llega al mandato es el líder, autentico, el que gestiona; pero cuando cum­ple los primeros 100 días al fren­te de la administración. nadie da un solo peso por él. solo se escu­cha en los tertuliaderos “El Alcal­de no ha hecho nada, si se vuelve a lanzar no sale ni para Concejal ni para Inspector, nos volvimos a equivocar. Los concejales no ha­cen nada, solo obstaculizan al man­datario de turno solicitándole pre­bendas para aprobar los proyec­tos por conveniencia, más no por la comunidad, arman coalición, los diputados están como la cantante Shakira con su canción ‘Ciegos, sordos y mudos”.

Las elecciones presidenciales en la Guajira

En la más reciente elección a Pre­sidente de la República no es más que otra prueba fehaciente de que los Guajiro están cansados de lo mismo el respaldo a Petro fue como un rechazo y una esperanza de cambio tanto departamental, municipal y nacional, muy a pe­sar de que es reconocida la políti­ca de seguridad del presidente Duque, pero no le alcanzó para que los guajiros recobrasen la fe en lo que representa el poder legislati­vo y ni que del poder judicial.

Acá está muy de moda la expre­sión ‘casa por cárcel’, ‘carro por cárcel’. Expresan los ciudadanos de bien quien infringen la ley, se pasean por las calles de las localidades guajiras. En estos pueblos se roban los cables que conducen la energía, las tapas de los manjoles. las lápidas del cemente­rio. jocosamente dijo un sanjuanero, “a los muertos les es­tán robando las cédulas y hasta los cadáveres sacan de sus tumbas en los corregimientos adonde hemos llegado en estos municipios del Sagrado Corazón y no pasa nada.

Al Gobierno actual no le funcio­na la Oficina de Comunicaciones, al parecer, se ha concentrado en uno pocos medios, son muchas cosas positivas que el ciudadano del común no conoce, proyectos y acciones que no han tenido la relevancia del caso: como el asunto de la cobertura educativa, los planes retornos, proyectos productivos, la revolución del agua, fortalecimiento y aumento de la cobertura en salud, departamento del sistema de información con planeación.

Para concluir, retomando de la gente de carne y hueso, con relación al Departamento que soñamos los guajiros: con agua abundante y potable que llegue a las regaderas, que podamos consumirla directamente de las llaves sin tener que comprar el botellón al carro repartidor de Galaxia ·o de los Pondores, que los huecos en las carreteras no sean más que un mal sueño del pasado, que los tu­ristas llenen nuestras playas y los sitios turísticos y paradisiacos del Sur del Departamento sean visitados por habitantes de todas las regiones del país, observar en la televisión a nuestros congresis­tas protagonizando debates en be­neficio de La Guajira o posesio­nándose como ministros en el Pa­lacio de Nariño, que podamos mirar como nuestros gobernantes son galardonados como los mejo­res del país.

Soñamos con un Departamento sin alcaldes suspendidos, sin elec­ciones atípicas, sin concejales con las credenciales anuladas, diputa­dos capaces de gestionar al lado del gobernante, embarcados en proyectos macros de gran impac­to social, que no pensemos corno dicen nuestros abuelos: “Los Guajiros hemos gozado muy poco con lo mucho que tenemos”.

No queremos despertar de este hermoso sueño, que no nos desvele ese monstruo llamado corrupción.

Ana Cecilia Fuentes

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