Villanueva ha sido el único municipio de Colombia que ha despreciado una obra de Shakira; ¡increíble, pero cierto! Para contar esta historia, busqué la ayuda del líder villanuevero Jhon Montero Daza y tratar de entender cómo ocurrió todo este despropósito en contra de la juventud villanuevera.
El 11 de agosto de 2021 se anunció, oficialmente, después de la reunión de la Secretaria de Educación Departamental de ese entonces, Rosmira Peralta y el Gobernador Nemesio Roys, con la fundación «Pies Descalzos», un colegio para reemplazar la sede Jose Agustín Makenzie, adscrita a la Institución Educativa Esteban Bendeck y con el compromiso de Jhon Jairo Montero, Paolo Cruz y Fanny Rodríguez, de ubicar en el sector, un predio para su construcción, previa conversación con el alcalde de la época, Beto Barros Mattos, quien asumió el compromiso de ayudar y realizar los trámites de legalización, para que beneficiara a los barrios Blanca Martínez, Román Gómez Ovalle, Javier Socarrás y Villa Lucila, con el trabajo y acompañamiento del rector de la Institución, Luis Guillermo Acosta, iniciaron la tarea.
Sin embargo, a pesar de manifestar públicamente su voluntad y compromiso con lo acordado, el alcalde, días después, comenzó a proponer cambios, rechazando, la oferta de la comunidad del sector y por ejemplo, insistió en que se hiciera dentro del Roque de Alba, o en terrenos al lado de la Institución Educativa Insprossur, y ahorrarse cualquier esfuerzo o recurso, así lo manifestó públicamente en la emisora local y en reunión con el Rector Acosta Urbina, esta idea, obviamente, chocó, con los intereses de la Fundación, quien ya había manifestado en otro momento, a través de su presidenta, que ellos no hacían colegios dentro de otras instituciones, ni para quitarle alumnos a las ya existentes, pues la idea era contribuir a la educación en comunidades vulnerables y en las que no existiera oferta educativa, además, todas las instituciones construidas tenían una identificación propia.
El 27 de septiembre de 2021, un mes después del anuncio oficial, se dio la reunión en Timiriwakos, en el marco de un almuerzo brindado por su propietario, Jhon Jairo Montero, para visitar la zona, con la presencia de la presidenta de la Fundación de Shakira, Rosario Sierra, la Secretaria de educación Rosmira Peralta, el Sr Alcalde Beto Barros varios concejales, presidentes de las Juntas de Acción Comunal de la zona y los directivos y docentes de la Institución Esteban Bendeck, que trabajaban en las instalaciones del antiguo Santo Tomás, en aulas de barro, pequeñas, sin la ventilación elemental, con años de abandono, con pésimas instalaciones sanitarias y peligroso cableado eléctrico y en la que el Departamento pagaba más de veinte millones de pesos, por su arriendo, haciendo evidente, la necesidad de una sede.
En esa visita, ya el alcalde manifestaba su intención de no colaborar en la gestión propuesta, pues varias veces se le escuchó decir la evidente mentira argumentativa, de que él no quería que se construyera ahí, para que no pasara, como «el Hospital Santo Tomás, que estaba en el aire, debido a que pasaba una acequia por debajo, y era urgente, hacer otra construcción, antes que se hundiera o cayera encima de los enfermos», desconociendo los avances de la ingeniería civil y la tecnología de hoy, con relación a la época de construcción del Hospital, que además, aún tiene las bases sólidas.
Fue tal su intención, que previno a los constructores, indispuso a los miembros de la comunidad e impidió que el proceso siguiera, a pesar que en el concejo se debatió el tema, se le insistió en recibir la donación, se hicieron los trámites, pero él archivó las escrituras y nunca las legalizó, hoy, debido a los conflictos presentados por la situación del terreno, toca devolver todo ese proceso y dejar en su estado inicial la propiedad.
Y con todos estos aconteceres Villanueva perdió la oportunidad de contar con un colegio con todas las de la ley, por la terquedad del exalcalde Carlos Alberto Barros Mattos, perjudicando a la juventud villanuevera en lo relacionado a la educación ¡Qué barbaridad!
Como lo he escrito en varias columnas de opinión, que La Guajira es el Macondo de García Márquez.
Hernán Baquero Bracho