Esta semana me tocó padecer en carne propia los bloqueos que realizan constantemente grupitos de personas entre las poblaciones de Fundación, Ciénaga y Tasajera, en el departamento del Magdalena.
La troncal del Oriente, que conecta los puertos de Santa Marta, Barranquilla y la Guajira, con las principales ciudades del centro del país, es la única vía estratégica que tiene el país para impulsar el desarrollo del comercio exterior, el turismo y el comercio entre el centro del país y la Región Caribe. Paradójicamente, es la vía del país, con el mayor número de huecos, peajes y cámaras de foto multas. Desafortunadamente, no existe otra opción para viajar del interior del país a la costa, pues, ninguno de los anteriores gobiernos quiso o pudo habilitar la línea férrea entre Santa Marta y Puerto Berrío, ni la navegabilidad por el río Magdalena entre Barranquilla y Barrancabermeja.
Con estos gravísimos problemas viales y de orden público, la región Caribe, puede quedar aislada en unos pocos años del resto del país, pues, los antioqueños van a mil con las construcciones de túneles, viaductos, autopistas, aeropuertos y el mega puerto de Antioquia, en Urabá, por donde piensan operar a partir del 2025, todo el comercio internacional del país. Ellos, están montando el hub logístico más grande y eficiente de Suramérica, para tener envíos más eficientes, menores costos operativos y mejor gestión de la última milla.
Claramente, el deterioro de la región Caribe, frente al progreso de otras regiones del país, obedece a la falta de liderazgo político, a la desbordante corrupción y a la elección de mandatarios locales sin formación profesional, visión ni capacidad de gestión. Lo digo con mucho pesar y tristeza, pero los peores gobernantes del país, los tenemos en la región Caribe. Cada vez que el Dane publica las estadísticas de competitividad, Producto Interno Bruto, pobreza, desempleo, inflación e informalidad, por ciudades capitales y departamentos, a excepción de Barranquilla y el Atlántico, los demás mandatarios salen rajados peleándose los últimos lugares con los del Chocó.
El daño que le están haciendo a la economía de la región Caribe, estos ineficaces mandatarios locales, es de grandes proporciones. Además de destruir el comercio, están acabando con el turismo. Muchas empresas están optando por utilizar otros puertos y los miles de turistas que llegaban por tierra a Santa Marta, desde los Santanderes, Bogotá y demás departamentos de la región Caribe, ahora prefieren pasar sus vacaciones en Coveñas, Cartagena, Antioquia o el Quindío. La desidia de los mandatarios de esas localidades y del gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, han generado grandes pérdidas a los transportadores, industrias, comercio, turismo y sector agropecuario. Los organismos de control y justicia, están en mora de iniciarles un juicio de responsabilidad fiscal, disciplinaria y penal.
Ni que hablar del deterioro de la inseguridad en todos los departamentos. Las extorsiones a los comerciantes; los secuestros a empresarios del campo; los atracos a ciudadanos y las bandas del narcotráfico, son el pan de cada día. El próximo 29 de octubre, será la última oportunidad que le queda a la región Caribe, de corregir este deteriorado rumbo. Amanecerá y veremos.
Indalecio Dangond