EL ÉXITO REQUIERO PLANIFICACIÓN

Nehemías Capitulo 2

Al llegar a Jerusalén, dejé pasar tres días sin decirle a nadie lo que Dios me había indicado hacer por Jerusalén. Después me levanté de noche y salí acompañado por algunos hombres. El único animal que llevábamos era el burro que yo montaba. Nehemías 2:11-12 TLA

Evidentemente Nehemías tenía un plan, respecto de lo que debía hacer cuando Dios indicara el tiempo (cuando el Rey le diera el permiso, las cartas de recomendación y parte de los materiales de construcción para reconstruir las murallas).

Sin lugar a dudas los cuatro meses que transcurrieron entre el mes de Quisleu y el mes de Nisan (Capitulo 1), fueron determinantes para la elaboración de este plan, Nehemías tuvo la oportunidad de hablar con Dios, preguntarle cosas y escuchar sus indicaciones.

Este tiempo fue propicio para que Nehemías recibiera la visión de Dios: REEDIFICAR JERUSALÉN. Y este era un trabajo grande, no era cualquier cosa, Nehemías no iba a una simple expedición, ni a decirles a los líderes de Jerusalén que estaban haciendo un mal trabajo, él iba a terminar el trabajo que otros no habían podido, dejando en las manos de Dios todo lo que sucediera en el camino.

Dios fortaleció la capacidad de planear de Nehemías, y así como a él, Dios quiere entrenarnos para que seamos expertos planificadores.

Proverbios 21:5 NTV Los planes bien pensados y el arduo trabajo llevan a la prosperidad, pero los atajos tomados a la carrera conducen a la pobreza.

Sin embargo, a pesar de tener un plan Nehemías no dijo nada acerca de su misión hasta que llegó el momento correcto. A pesar de que ya tenía claro lo que debía hacer, esperó tres días antes de revelar y poner por obra lo que se le había encargado.

Primero hizo una inspección exhaustiva de las condiciones del pueblo, aun cuando ya le habían comentado la situación, el quiso ver con sus propios ojos el estado de la ciudad, para entender la magnitud de la tarea encomendada.

En este sentido, es importante dentro del proceso de planificación examinarlo todo y más aún hacer un cálculo de los costos, como lo dice en Lucas 14:28-30 PDT» Cuando alguien va a construir una torre, se sienta primero a hacer un plan, ¿verdad? Tiene que ver si tiene el dinero para hacer el trabajo. Si no hace primero un plan, empezará a construir el edificio, pero no lo podrá terminar y todos se burlarán de él. Dirán: “Ese hombre empezó a construir el edificio, pero no fue capaz de terminarlo”.

Nehemías se tomó el tiempo de calcular el costo antes de iniciar la obra. Él ya tenía el corazón dispuesto, la fe requerida, la visión, pero antes de que esa visión se volviera una realidad él tenía que ver exactamente lo que se debía hacer y lo que costaría en términos de tiempo, recursos financieros, mano de obra, fuerza espiritual, entre otras cosas.

De igual manera, en este libro podemos leer que antes de llegar a Jerusalén Nehemías tuvo oposición, tres hombres le salieron al paso a burlarse de él (Nehemías 2:10; 4;1-3), a cuestionarlo y aún para recordarle cuantos años llevaban esas murallas en ruinas, pero él no perdió el enfoque, no escuchó esas voces y al final logró liderar este proyecto de tal manera que infundió aliento, confianza y valor en cada uno de los que participaron en la labor de reconstrucción.

Es importante que creas en lo que estás haciendo, que no bajes la guardia por lo que otros te digan, quizás has escuchado que no lo vas a lograr o que es una locura, pero hoy te digo ¡No abortes el propósito! ¡No te dejes desanimar y avanza!

No sabemos cuántas veces este pueblo había intentado reconstruir sus ruinas, pero la certeza del momento indicado y de contar con el respaldo de Dios les permitió mantenerse firme en el propósito.

Por último, Dios todo lo ejecuta a través de un plan, El ya planificó todo en nuestras vidas, El no improvisa nada, hace todo a la perfección. Por esto es necesario que pidamos a El discernimiento para incorporarnos a sus planes, si bien todos tenemos anhelos, sueños y metas personales debemos alinearnos con los planes de Dios.

Proverbios 16:9 Uno puede planear su vida, pero el SEÑOR decide lo que a uno le va a suceder. TLA

Proverbios 24:3 Con sabiduría se construye la casa; con inteligencia se echan los cimientos. NVI.

Salmo 147:1 si el Señor no construye la casa, el trabajo de los constructores es una pérdida de tiempo. Si el Señor no protege la ciudad, protegerla con guardias no sirve para nada.

En este sentido, Dios nos llama a planificar nuestras vidas con la sabiduría que proviene de EL, con prudencia, teniendo objetivos claros, haciendo ajustes o cambios para producir mejores resultados.

Si hiciéramos un recorrido por nuestra vida de la misma manera que Nehemías anduvo esos tres días por las ruinas de Jerusalén, podríamos notar también las áreas destruidas en los muros simbólicos de nuestra vida, por eso la invitación hoy es: antes de tomar cualquier decisión evalúa a la luz del consejo de Dios el costo de dar el paso que vas a dar (costo espiritual,  emocional o material), de manera que lo que hagas te ayude a edificar y no a terminar de derrumbar tus murallas.

El no tener una orientación clara del camino que debemos seguir, nos llevará a dar tumbos y perder el tiempo, las fuerzas, dinero, etc. Dice Nehemías 1:11 Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey. 

Tener éxito en lo que hacemos estará ligado a la búsqueda de la orientación y estrategias de Dios para elaborar, organizar y ejecutar el plan que EL te ha revelado, no estamos hablando de cualquier plan, estamos hablando del plan de Dios para tu vida. Por esto, no te apresures… antes de dar un paso examínalo todo, organízate, sigue la instrucción del experto (Dios) y contempla la realización de tus proyectos.

El pueblo de Israel esperó 100 años que sus muros fuesen reconstruidos, pero la disposición, organización, obediencia y perseverancia de Nehemías permitió que en solo 52 días vieran el producto de lo que había proyectado con el Señor.

Vicky Pinedo 

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