EN LA BUSQUEDA DE LA GARANTIA Y CONFIANZA DE LA PALABRA.

Les confieso que escribo está columna repleto de mucha indignación, hace varios años que no duraba tantos días seguidos en mi pueblo Uribía como lo he estado ahora motivado por anhelar ver a esta comunidad en mejores condiciones de cara al futuro, el estar acá me ha brindado la posibilidad de ver las cosas con mucha más objetividad y precisión, llegar a Uribía me evoca a un pasado que a mí particular óptica fue mejor que esté presente, recuerdo cuando todos acá esperábamos la llegada anual del festival Wayuu establecido con la organización impecable de la señora Nohora Díaz y con ello el retorno de familiares, amigos y estudiantes, también hago remembranza cuando la representación deportiva era decorosa, en aquellos años logramos ser cede de los juegos indígenas nacionales y en muchas otras ocasiones cuando los Uribieros triunfaban con el independiente Uribía y por fuera colocaban en alto el nombre del municipio, en ese tiempo nos conocían en el departamento como el pueblo que brillaba no solo por la potencia de los rayos del sol sino por la tenacidad de sus habitantes que en medio de tantas dificultades siempre tenían la esperanza puesta en que este pueblo invariablemente estaría siendo ejemplo de conservación de la cultura Wayuu, incluso en la actualidad tengo amigos riohacheros y de Maicao que describen al Uribía de antes como el pueblo amañador testigo cómplice de innumerables anécdotas agradables.

Duele y da vergüenza que en otros lugares hoy vean a Uribía de otra forma, que nos identifiquen más por la contaminación ambiental y ciertos desvíos morales que por el fortalecimiento de nuestro festival wayuu, es inaceptable poner por encima eventos que atañen la salud mental de nuestros niños, niñas y adolescentes en vez de promover el deporte, Uribía no puede ni debe estar más en esa posición vergonzosa, creo que así como estoy indignado lo están miles de habitantes, lo mejor para este pueblo es restituir y dar un reinicio, Uribía debe brillar nuevamente en el departamento por lo bueno, por aquellas cosas que otrora vez le dieron reconocimientos a este amado terruño.

Sabemos que el crecimiento demográfico trae cosas positivas, también negativas y que es necesaria la adaptación a dichos cambios, pero eso nada tiene que ver con ese irrespetuoso afán de poner por el suelo la dignidad del pueblo, el sentir de los Uribieros no está siendo bien representado y no debe ser parte de ninguna clase de negociación, no se escucha por las calles una convalidación a tales postulados, Uribía quiere y volverá a brillar a finales de este 2023, que eso quede claro.

A veces da la impresión que estamos bajo una nube negra que cubre al municipio, una mala experiencia que no sabe uno si era necesario que ocurriera, esto me lleva hacer mención a un viejo adagio que dice; » de las malas decisiones también se aprende» entonces no es extraño deducir que no pensaríamos de esta forma si no se hubiese experimentado lo vívido, por eso desde este espacio aprovecho para enviar un mensaje a mi amiga CR a que siga su ruta en la recuperación de la dignidad de nuestro amado Uribía, usted distinguida dama ha demostrado tener la capacidad para tal reto, confío que dicho desafío el cual enmarca la Uribía de hoy no será inferior a su aptitud, el fervor popular hacia usted debe ser la guía para que se pueda alcanzar tal meta, la solidaridad y generosidad que usted impartió en su vida pública, política y social han sido testigos del agradecimiento que muchos sienten, hoy creo que este entre otros ha sido su mayor logro, pues encarna usted el sentir de un pueblo que pide a gritos terminar de una vez por todas con esta horrible pesadilla traducida en una despreocupación gubernamental sin precedente alguno en la historia política de Uribía.

Cuando un pueblo decide marcar un camino a seguir, la posibilidad a que cambie su decisión es totalmente nula, lo que he observado por estos días es que el pueblo de Uribía ha despertado de un letargo en el que estuvo adentrado por casi 4 años, en el cual la esperanza nos había abandonado, sé que en tiempos de política electoral las ópticas se vuelven muy diversas, por las posiciones antagónicas que buscan defender los postulados de cada grupo, pero más allá de eso siento que existe un concepto crítico que todos seguramente llevamos dentro, y este es el de un Uribía que se quedó estática en el tiempo, es como si el mundo hubiese seguido su marcha pero nosotros nos hubiésemos quedado detenidos en el tiempo, por otro lado si decidimos especificar que ruta debemos fortalecer más pues creería que todas porque no existe una política de gobierno sobresaliente visible hasta el momento.

Ante un ambiente de tanta desconfianza en lo que a cumplir compromisos se refiere, estoy seguro que los líderes indígenas, los gremios, dirigentes políticos y ciudadanos en general harán alcalde electo al que más garantía le represente, y para mí quien personifica esa tesis es nuestra amiga CR, ella es una mezcla de mano amiga con sensatez en la palabra, de manera que reiniciar con ella este proceso que se ha tornado muy desorganizado creo que es lo más conveniente, ella es una persona aplomada en la cual se puede depositar confianza, lo ha demostrado con hechos.

Es supremamente decepcionante para un líder indígena llegar desde un lugar lejano hacia el casco urbano y encontrarse con un enorme muro de contención como símbolo antagónico de lo que define la atención de su gobernante después de este haberlo llenado de esperanza frente a un supuesto manejo diverso en ideologías políticas y administrativas, lo que se necesita ahora es volver a darle valor a la palabra, que se retome la confianza en ella, el pueblo de Uribía quiere volver a confiar, pero esta vez no lo hará con base en la emoción como hace 4 años, sino con fundamento en la experiencia, su actitud no será inocente, no van a volver a creer en discursos repletos de sofismas para preñar de esperanza al pueblo, la gente ahora se fijara más en los hechos que en las palabras, creerán en las promesas dependiendo de quien las diga, miraran y analizarán con mucha cautela en quien depositar la confianza, estás elecciones de octubre serán una lección en la que ciertos personajes aprenderán que Uribía ha cambiado relativamente en el tema electoral, que el dinero no lo es todo en política porque las buenas acciones también cuentan, también aprenderán que la dignidad en ciertos escenarios no se compra, les tocare el hombro, ya verán.

Luis Antonio Gómez Peñalver

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