Se necesitaron nueve años para fortalecer el programa de educación para jóvenes y Adultos en el Sur de la Guajira.
Todo inició cuando el ex alcalde de San Juan del Cesar, Jairo Suarez Orozco, reconoció el liderazgo de un maestro comprometido con su labor y mediante un acto administrativo llamado Comisión, le asignó la responsabilidad de Coordinar el programa de Educación de Adultos en su Municipio.
A la vuelta de un año el programa aumentó su cobertura de 200 alumnos a mil 250, cobertura rural y urbana.
En ese, entonces don Rodrigo, de 46 años y quien era un experto ebanista, le dijo a la coordinadora: “Seño, vengo aquí para aprender, dado que estoy cansado, de que sea mi mujer quien lleve mis cuentas en el Banco”. Ese mismo señor Rodrigo culminó sus estudios de Básica Primaria y al cabo de cinco Años se ganó 20 millones de pesos en la lotería. Para ese tiempo ya estaba separado de su mujer y los pudo administrar el directamente.
Es así como una maestra vinculada al programa le comunica a la coordinadora que por las tardes atiende a un sin número de artesanos en su vereda El Placer; a lo cual la coordinadora afirma que “vamos a fortalecer el programa convirtiendo el centro en una Aula tallera Por cosas del destino y de las políticas educativas no se pudo pagar un año de labores a los artesanos. Porqué mediante la ley 715, los alfabetizadores deberían ser nombrados mediante el Sistema General de Participaciones, lo mismo que la ley 715 acaba con la figura de las comisiones, claro que en los departamentos en los cuales se justificara el trabajo estos podían continuar, como el de Nariño. Al momento de escribir esta crónica aun allí existe esta figura, no sólo a nivel Municipal sino Departamental.
Los desplazados, madres cabeza de familia y los indígenas; forman parte del proyecto “La Guajira, departamento libre de analfabetismo.”
Este proyecto comenzó a hacer carrera en los despachos de los gobernadores y el Alcalde de turno, el Secretario de Educación Municipal, los Diputados para ese entonces, siete de ellos oriundos de San Juan de Cesar.
Sin otra satisfacción que la recibida por las madres cabeza de familia con expresiones como: “Seño cuando llegué a San Juan no sabía nada, ni conocía una letra, por eso mi muchachita perdía el año. Hoy hacemos juntas las tareas. Ella se ve más entusiasmada con el estudio, yo la ayudo y ella me ayuda a mí.
La señora Carmen de 52 años se lleva a su nietecita, dado que no tiene los recursos para ponerla en la diurna, donde existen uniformes y textos caros, ella ya estaba aprendiendo bajo mi orientación, con las cartillas Cafam que nos regalan en el centro para adultos, por ello estoy agradecida”
Los resultados se ven ahora, el compromiso es mayor, mediante acto administrativo el gobierno Departamental asignó esta responsabilidad a nivel del sur del Departamento.
Responsabilidad ésta que había sido negada por falta de voluntad política en anteriores administraciones. Ahora los niveles de deserción escolar han bajado, existen menos riesgos para que los menores abandonen las escuelas, la casa indígena Wiwa de este municipio bajo el liderazgo de sus dirigentes en horas de la tarde existe un centro de capacitación, al cual acuden, padres, madres, nietos a pesar que adolecen de pupitres gracias al liderazgo de unos jóvenes que no reciben nada a cambio se capacitan también con el apoyo de la organización Wiwa.
“Ferna, un limitado en cuanto a problemas de retención, a las seis de la tarde, guarda su mototaxi y se ve entusiasmado por el centro María Auxiliadora, donde está aprendiendo a leer y a escribir, además es quien organiza las competencias deportivas a nivel municipal con participación de todos los estudiantes.
La llegada del programa Cafam a la Guajira finalmente, con el apoyo de la Secretaria de Educación Departamental esta metodología ha llegado a los centros en la etapa fundamental de alfabetización, convenio entre la Secretaría de Educación Departamental – Ministerio de Educación – Cafam, cuya metodología desarrolla altamente el pensamiento del adulto, gracias al gestión del supervisor Tomás Valentín González, llega a Cafam dentro de sus fortalezas.
Se cuenta que allí el estudiante adulto aprende a su propio ritmo y las cartillas son un gran soporte, como dice Álvaro: “Seño, yo me llevo el módulo cuando estoy en la época de recolección de café y no me atraso, cuando termina la cosecha, vuelvo al centro y voy al día con mis compañeros, no me atraso, no por ser adultos ni vivir en el campo están por fuera de la actualidad, gracias al contenido de los módulos Cafam, acorde con la realidad de nuestro país, propios de todos los rinconcitos incluidos la zona rural. El gobernador del Departamento de la Guajira, doctor Jorge Pérez está comprometido entre otros proyectos con este programa, porque….
“La mejor satisfacción es conocer la historia de vida de cada uno de nuestros alumnos, por eso cada día nos convencemos más de que un hombre que se educa, es un hombre que recobra la fe y de que la educación es el puente entre la miseria y la esperanza”.
Parea culminar con este trabajo que narra lo que ha sido la educación de jóvenes y adultos en el Departamento de La Guajira y que hoy lamentablemente está en el olvido como consecuencia de la intervención educativa la cual arrasó con dichos programas no solo cancelando la coordinación del programa si no eliminando la supervisión educativa del Departamento quienes eran los responsables de dichos programas como una estrategia no solo para erradicar el analfabetismo sino para elevar la calidad educativa dado que un papá, una mamá que no sepa leer ni escribir difícilmente puede orientar la educación de sus hijos a tiempos aquellos que las campañas Camina, campaña de alfabetización, programas de educación continuada para jóvenes y adultos a través de la metodología CAFAM a done irán a parar tales recursos que el Ministerio asigna para tal fin en el Departamento de La Guajira.
Ana Cecilia Fuentes