¿EN MANOS DE QUIÉN ESTAMOS?

Se equivocan quienes creen que con la elección de Trump caímos en sus manos.

El personaje más poderoso e influyente del mundo probablemente no es Trump ni tampoco Xi Jinping, ni el dilema es en manos de cuál de ellos quedamos.

Definitivamente estamos es en manos de Elon Musk.

Es de hecho el más rico del mundo en una época en que todo depende del poder económico; y probablemente aún más importante lo es por ser quien más control tiene sobre las comunicaciones a través de la propiedad sobre Starlink y el complemento en las redes con X. Y si bien es exagerado decir que se compró la campaña y al Presidente Americano con sus donaciones, no hay duda que no es un donante normal no solo por el monto de las sumas aportadas sino porque con ellas iban vínculos más cercanos con Trump y compromisos con políticas y promesas de participación en el poder sumamente explícitas que lo convierten en la persona más influyente en el país más poderoso del mundo.

A través de SpaceX tiene contratos comerciales que acaban no solo financiando sus desarrollos tecnológicos sino creando una cierta dependencia de quienes se sirven de ellos, en especial el gobierno americano (no será Trump el que rompa ese vínculo) y convierte en realidad la ciencia ficción y lidera la conquista del espacio en especial la idea de la humanidad viviendo en otros planetas en un futuro Intergaláctico (con la investigación sobre Marte).

Eso ya lo hizo con Tesla adelantándose a la producción de automóviles eléctricos y ahora sin conductores; lo hizo con la copia de la red de internet a través de satélites propios y lanzados por él, de la cual dependen igual actores de las guerras (el caso de Ucrania) que las víctimas de crisis humanitarias (paradójicamente usado en la Franja De Gaza).

Su otra sociedad está dedicada al estudio del cerebro para tratar de entenderlo mejor y presumiblemente para tener control sobre él, y competir él con la Inteligencia Artificial.

Su influencia en el mundo no es la de un intelectual sino la de quien en alguna forma incide más que nadie en la conformación del presente (y aún más del futuro).

Pero su vida personal también propone un nuevo ritmo de la ‘modernidad’. Ya su angustia en el campo demográfico es el de las consecuencias de las políticas de control de la natalidad. Considera que los problemas de la inversión de la pirámide demográfica y la tendencia a disminuir la multiplicación de la población pueden acabar con la especie humana.

Trata de establecer una vida ‘familiar’ con sus tres señoras y sus hijos (11 hasta dónde se sabe) a su alrededor. Ofrece su semen a personas amigas e incluso algo irónicamente a personas como a una ex aspirante a la vicepresidencia o a las mujeres que el elegido vicepresidente Vance describió como «las señoras sin gatos y sin hijos’; ofreció también hacer un Banco de esperma suyo para quienes desearan usarlo bajo la idea del mejoramiento genético. «No digo que solo la gente inteligente debería tener hijos. Solo digo que la gente inteligente debería también tener hijos». (Herencia de su padre quien dijo que uno cría caballos como debería hacerlo con las personas: «padre bueno y madre buena darían hijos excepcionales», y quien a su turno tuvo dos hijos con su propia hijastra lo que acabó distanciándolos).

Con su primera esposa tuvo un hijo que murió en la infancia y del cual se niega a hablar.

Pero con la misma esposa tuvo 5 otros hijos mediante fecundación in vitro.

De su segunda esposa, una actriz, se casó y divorció dos veces porque, según personas cercanas, ella no accedió a tener hijos por dar prioridad a su carrera.

Otra de las madres fue una ejecutiva de su empresa de investigación cerebral con la cual tuvo primero un hijo que llamó AE A- XII, abreviado como X. Por donación de esperma tuvo con ella unos gemelos y simultáneamente con la que entonces era su esposa y tenían ya dos hijos una tercera hija, esa en un vientre de alquiler.

Según un amigo prefiere la fecundación in vitro porque lo considera más eficiente, lo cual lo confirmaría al tener dos veces gemelos; y su filosofía llevó a decir que una de sus hijas transgenero había sido «asesinada por el virus de la mente woke» (equivalente a ‘progresista’). Parte de su programa como ‘encargado de mejorar la eficiencia del país’ incluye que «debería considerarse como una emergencia nacional tener hijos».

Juan Manuel López Caballero

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