No hay esperanzas para que un departamento supere la pobreza si sus dirigentes políticos y gobernantes tienen como prioridad mejorar la señal de teléfonos celulares o servir de sede para la próxima cumbre de gobernadores. ¡Es el desconcierto total!
El DANE publicó los resultados relacionados con el estado de la pobreza en Colombia y muestra que, en términos generales, la situación ha mejorado. Muy poco, pero ha mejorado, porque 1,4 millones de personas salieron de la condición de pobreza monetaria entre 2021 y 2020, y 1,3 millones salieron de la condición de pobreza monetaria extrema.
La pobreza monetaria está definida para las personas cuyo ingreso no le alcanza para resolver las necesidades básicas de alimentación, agua potable, vivienda y educación.
Por su parte, la pobreza monetaria extrema es como un peldaño inferior, y en este caso la persona no tiene ingreso para conseguir la canasta básica de alimentos, pero menos para servicios, es que ni siquiera puede consumir una cantidad mínima de calorías diarias que le garanticen un nivel de vida digno. O como dicen en los pueblos: es la persona que está viva por la misericordia de DIOS.
En todo caso, para el departamento de La Guajira los resultados no son alentadores y seguimos llevando el liderazgo, pero de atrás hacia adelante.
Las ciudades con mayor pobreza monetaria en 2021 fueron Quibdó con 64,8% seguida de Riohacha con 56,6%. Y las ciudades con mayor pobreza monetaria extrema fueron Quibdó con 30,4% seguida de Riohacha con 27,5%. Y sin embargo el alcalde prefiere ejecutar un contrato de más de $600 millones para renovar un callejón peatonal que solo beneficia a los dueños de los locales comerciales.
Por su parte, los departamentos que tuvieron mayor pobreza monetaria en 2021 fueron La Guajira con 67,4% seguido de Chocó con 63,4%. Y en mayor pobreza monetaria extrema fueron La Guajira con 40,4%, y Chocó con 33,3%.
Sin embargo, el gobernador prefiere construir piscinas olímpicas, patinódromos y canchas sintéticas, porque no le importa que los niños estén muriendo por desnutrición, sin empleo, ni agua, ni vías que sirvan, mala calidad de la educación, y somos los últimos en los resultados de las pruebas Saber. Mejor dicho, es como si en La Guajira se viviera en estado natural.
En esas condiciones siempre se van a mostrar los mismos resultados de pobreza.
¿Será que la clase dirigente, políticos y gobernantes no tienen nada para decir al respecto?
¿Dónde está la conciencia de la dirigencia para unir esfuerzos y procurarle un mejor bienestar a los guajiros? ¿En serio, no les importa?
¿Un departamento como La Guajira, en medio de toda clase de riquezas, y que no haya sido capaz de resolver los problemas de la gente porque los recursos están dispuestos para que se los robe la politiquería? Una tierra que lo tiene todo y le hace falta todo.
¿No hay la más mínima posibilidad de ejecutar recursos para promover la agricultura y ganadería en el sur del departamento, o de turismo y artesanías en el norte para que se le imprima alguna dinámica a la superación del desempleo?
Parece que no les importan los problemas de la gente y de esa forma siempre viviremos en la pobreza que muestra el DANE.
Entonces las esperanzas deben centrarse en las prioridades de la nueva bancada de congresistas guajiros elegidos en marzo para el próximo cuatrienio.
En tal sentido, la nueva senadora Martha Peralta Epieyú dice que va a priorizar su agenda legislativa trabajando temas de agua potable, educación y proyectos de energía eólica.
Considero suficiente que junto con la representante Karmen Ramírez Boscán concentren sus gestiones en unir su propia etnia, y el cumplimiento de la sentencia T302/17 que declaró el estado de cosas inconstitucionales en favor de los niños wayúu.
No conozco las prioridades del representante Juan Loreto Gómez que tiene una gran oportunidad para liderar a su partido y a su generación a partir de su labor en el Congreso para que no pase sin pena ni gloria.
Y como dijo el filósofo de La Junta: Se las dejo ahí...
Luís Alonso Colmenares Rodríguez