GOBERNAR CON FILTROS: LA NUEVA POLÍTICA DE LIKES Y BODEGAS

En tiempos donde la imagen pesa más que las acciones, parece que muchos mandatarios han confundido el ejercicio del poder con una competencia de popularidad en redes sociales. Gobernar ya no es, para algunos, una responsabilidad con los ciudadanos, sino una carrera constante por la mejor foto, el video más emotivo o el tuit con más reacciones.

Los líderes de hoy han cambiado el despacho por el set de grabación. Las decisiones complejas quedan relegadas a comunicados cuidadosamente editados, mientras la gestión real se diluye entre hashtags y transmisiones en vivo.

¿El resultado? Una administración que brilla en Instagram, pero cojea en los hospitales, en las escuelas y en las calles.

Y si alguien se atreve a cuestionar esta burbuja digital, ahí entran los “bodegueros”: ejércitos de cuentas que se activan al unísono para defender lo indefendible. No importa que los datos contradigan el discurso oficial; la consigna es clara: atacar, desinformar, desviar la atención. Un sistema bien aceitado donde el debate democrático queda sustituido por una guerra de memes y etiquetas.

Lo preocupante no es solo el uso de redes como herramienta política (algo válido y necesario en este siglo), sino su abuso como sustituto de la política misma. Se gobierna más con selfies que con planes de desarrollo, más con frases efectistas que con políticas públicas.

La realidad, sin embargo, no tiene filtro. Las carencias siguen allí, aunque no salgan en las historias destacadas. Y los ciudadanos, cada vez más críticos, empiezan a notar que el “gobierno digital” no siempre se traduce en resultados reales.

Es hora de exigir menos poses y más propuestas. Porque un país no se construye con likes.

La Guajira necesita líderes con botas, no con anillos de luz para grabarse. Necesita gobernantes que entiendan que una obra vale más que mil publicaciones, y que no se gobierna con aplausos virtuales, sino con resultados tangibles.

Porque aquí no nos mata la falta de redes, nos mata la falta de Estado.

Mi admiración y respeto a todas las personas que trabajan arduamente por hacer quedar bien a los mandatarios, su creatividad no tiene limites, son ustedes ejemplo de constancia y dedicacion. Son ustedes los verdaderos heroes de las administraciones, gracias a ustedes todo brilla y todo se ve bonito.

Cinthya Ardila Socarras

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