La Guajira es uno de los departamentos colombianos más afectados por la desertificación y la sequía, afectando principalmente al 75% de su Territorio (Corpoguajira, 2011), especialmente los municipios de Maicao, Manaure y Uribia. Sin embargo, sostenibilidad de sus ecosistemas secos no ha sido planteada de manera particular en los instrumentos de planificación regional y mucho menos goza de un modelo de gestión para su manejo y desarrollo. El principal problema de los ecosistemas secos de La Guajira es la falta de coordinación y articulación de la intervención en el territorio por parte de las entidades del Sistema Nacional Ambiental (SINA) en sus escalas nacionales, regionales y locales, por lo que es necesario diseñar un mecanismo de confluencia interinstitucional.
De ahí que es necesario aportarle al fortalecer planes de ordenamiento territorial y la zonificación ambiental que permitan priorizar esfuerzos complementarios a los elementos de un modelo de gestión. De esa manera se impulsará la inclusión de la perspectiva de la lucha contra la desertificación y la sequía en todas las instancias del sistema social, particularmente en los lineamientos políticos de los diferentes sectores y en los programas y proyectos de desarrollo sostenible regional.
Un componente adicional y no menos importante en el análisis de la problemática de gestión de los ecosistemas secos en La Guajira es el entendimiento por parte de las entidades y sus planificadores de la diversidad y complejidad de la cultura indígena wayúu que habita en las zonas desérticas del departamento. Para ello, deben establecerse espacios efectivos para que las comunidades étnicas participen participan en la planificación de las políticas nacionales y regionales de intervención en su área vital.
Una propuesta genérica de gestión de los ecosistemas de las zonas áridas y semiáridas enfrenta como barrera de entrada las singularidades culturales y sociales del territorio que se pretende intervenir. Para su abordaje se debe tener en cuenta los principios básicos de la gestión ambiental de la Convención de las Naciones Unidad de lucha contra la desertificación y la sequía (UNCCD), los instrumentos de planificación territorial regional y el Plan de gestión ambiental de La Guajira (PGAR). De igual forma, se deben revisar los objetivos, componentes y programas de la Política nación de gestión sostenible del suelo, y el estado del arte de los modelos de gestión de los ecosistemas secos en Colombia y en el mundo. De los instrumentos antes mencionados se tomarán conceptos primordiales para la construcción de la propuesta regional, dentro de los cuales se destacan: (i) Enfoque ecosistémico; (ii) Manejo Sostenible de Tierras; (iii) Restauración Ecológica y, (iv) Participación comunitaria.
La formulación de la propuesta debe partir de la identificación de las siguientes variables: (i) capacidad institucional; (ii) instrumentos de planificación ambiental y territorial; (iii) conocimiento de la problemática ambiental de los ecosistemas secos; (iv) voluntad política de los tomadores de decisiones; (v) normatividad ambiental y lineamientos internacionales en materia ambiental; (vi) inversión pública territorial; (vii) coordinación y articulación institucional y (viii) definición de los componentes de modelos de gestión de ecosistemas.
El modelo de gestión intervención actual basa su plataforma operativa en tres sistemas: Sistema de Gestión Ambiental de Colombia [SINA], y sus ejes articuladores como los son el Sistema de Información Ambiental para Colombia [SIAC] y el Sistema de Información Ambiental Regional [SIAR]. Mientras que una propuesta revisionista del mismo debe generarse a partir de los elementos que lo harían más eficiente en la gestión de los ecosistemas secos: a) articulación de políticas ambientales bajo la coordinación de un solo ente. b) Promoción de la participación comunitaria con eje fundamental. c) articulación de los planes y programas nacionales, regionales y locales en materia de lucha contra la desertificación y la sequía. d) Promoción de esquemas de monitoreo, seguimiento, sostenibilidad y replicabilidad en otras regionales del país. e) Definición de roles puntuales de los actores institucionales dentro del modelo, y e) Profundización de los procesos de descentralización y autonomía regional en materia de gestión ambiental regional en el país.
El modelo debe contribuir a superar la debilidad regional en materia de planificación de zonas secas, dado que integrará en un solo sistema la información y el banco de proyectos de todos los instrumentos de planeación ambiental y territorial. Además, impulsará desde lo académico, investigaciones relacionadas con ecosistemas secos y la difusión de sus resultados a nivel regional y nacional.
El hecho de ser un modelo pionero en el país y a nivel mundial le entrega una oportunidad valiosa para que La Guajira sirva de piloto para que la Secretaría de la Convención de lucha contra la desertificación difunda las bondades del mismo, y defina los parámetros para su adaptación en otras regiones del mundo. De igual forma le da la oportunidad al departamento de ser nodo regional para replicar el modelo en la región Caribe colombiana.
El logro más esperado del nuevo modelo de gestión sería su contribución a la construcción de sinergia regional entre las convenciones ambientales de las Naciones Unidas (Desertificación, Cambio Climático y Diversidad Biológica), con el fin de Integrar los mandatos de las Convenciones de Cambio Climático, Diversidad Biológica, RAMSAR y Lucha Contra la Desertificación, en lo relacionado con la incidencia del cambio climático en las zonas secas, la conservación y uso sostenible de la diversidad biológica en tierras secas y subhúmedas, la restauración de humedales y tierras degradadas circundantes, y la lucha contra la degradación de tierras y desertificación.
Para la implementación de esta iniciativa es necesario partir de un fortalecimiento institucional de las entidades del sistema regional ambiental de La Guajira para el manejo de ecosistemas secos. Como paso inicial de este proceso se propone la creación y puesta en marcha de un Órgano de Coordinación Regional de Ecosistemas Secos [OCRES] como instancia asesora en lo relacionado con degradación de tierras, desertificación y manejo sostenible de ecosistemas secos. Este organismo debe estar sustentado en un marco institucional favorable conformado por: la adopción de implementación del modelo, la participación del sector público y privado, el brazo técnico científico de la academia y excelentes alternativas de fuentes de inversión para garantizar su implementación en el corto y mediano plazo
El modelo de gestión se debe someter a consulta previa de las comunidades indígenas Wayúu y Wiwas presentes en las zonas secas de La Guajira con el fin de realizar un diálogo intercultural para incorporar la cosmogonía indígena en la plataforma de ejecución del modelo y lograr su armonización con los planes de vida de los resguardos indígenas.
Igualmente, la incorporación de esquemas educativos, de investigación y de capacitación es necesaria con el fin de instaurar una cultura desarrollo sostenible. Para cumplir este objetivo, se debe fortalecer la capacidad de los grupos de investigación de la Universidad de La Guajira y estructurar proyectos de investigación aplicada en los ecosistemas secos ante el sistema nacional de Ciencia y Tecnología.
La adopción de esquemas de gestión estratégica permitirá, desde una visión sistémica, ofrecer respuestas a una problemática compleja y variable. De esta forma, el concepto de estrategia que incorporan estos modelos, no sólo está referido a la solución de problemas técnicos, sino también a solventar dificultades del más amplio espectro, al incorporar a los actores sociales y a su correspondiente dimensión polifacética.
Para impulsar un desarrollo sostenible en la región a través del modelo serán piezas fundamentales: (i)la inclusión del tema de desertificación en los determinantes ambientales de los planes de ordenamiento territorial de los municipios (ii) capacitación e intercambio de experiencias a nivel regional y nacional (iii) transferencia de tecnologías ambientalmente sostenibles a las comunidades locales, y (iv) Desarrollar una estrategia regional de comunicación y divulgación de logros de la implementación del modelo.
Estas recomendaciones y la voluntad política regional deben ser factores de éxito para la consolidación de la propuesta, al igual que el surgimiento de nuevas preguntas de investigación sobre el tema y nuevos aspectos a desarrollar en materia de gestión de los ecosistemas secos en el departamento de La Guajira.
Arcesio Romero Pérez
Escritor afrocaribeño
Miembro de la organización de base NARP ASOMALAWI
Muy interesante poder desarrollar estos programas para un mejoramiento de calidad de rescatar el ecosistema en zonas vulnerables.
La Guajira es un paraíso terrenal pero la corrupción no le conviene que esta hermosa tierra supere sus problemas climáticos y de hambre, los corruptos viven y se enriquecen de estas situaciones.
El proyecto de rescate de estas tierras que visualiza la columna es solo un sueño, la cultura de esta región del caribe no permitirá que esta hermosa tierra florezca.
Interesante. Se identifican soluciones desde las instituciones y la alta academia. Y ¿las soluciones? Que tan lejos están?