HEGEL Y EL PODER: UN ENSAYO SOBRE LA AMABILIDAD

Byung-Chul Han en el ensayo que le da nombre a la presente columna (Herder Editorial, 2019, 160 p.), lanza miradas teóricas sobre el poder central para entender el espíritu, la lógica y la verdad desde el poder. El poder libre analizado a partir de la lectura de Hegel, con una novedosa y contraria interpretación hasta llegar a su correlación con el concepto de amabilidad.

El filósofo coreano aborda la política del poder a partir de las ideas del pensador alemán, del tercero de los grandes cartesianos —siendo los otros dos Immanuel Kant y Edmund Husserl—, quien consideraba que para ser rey lo único que necesitaba un hombre es decir que “Si”. De igual forma, recurre Byung-Chul al concepto hegeliano de que la mayor expresión del poder se genera cuando el súbdito quiere lo que quiere el soberano. Es decir, realiza la voluntad del soberano al suponer que es su propia decisión. En la Fenomenología del espíritu se muestra la sucesión de las diferentes formas de la conciencia hasta llegar al saber absoluto. El texto insigne de Wilhelm Friedrich Hegel advierte también como “el placer y la alegría que genera la exploración del saber está en la búsqueda de la verdad, más no en el hallazgo en sí mismo”.

Dentro de los conceptos claves del ensayista está la definición de la capacidad de intermediación como centro de la mirada sobre el poder, y su perspectiva como expresión genuina del mismo. De otra parte, nos muestra como el poder, ejercido desde la libertad, es la forma más estable o fuerte para conquistar la subjetividad del otro y generar en el individuo una obediencia gustosa de la voluntad de quien ejerce el poder, pues la cree y siente como si fuera la suya propia.

Asegura Han que el Poder como coerción y el poder como libertad no son distintos. Solo se diferencian en cuanto al grado de intermediación. Son manifestaciones distintas de un único poder. Una intermediación pobre genera coerción. En contraste, una intermediación máxima genera estabilidad. Al respecto, Michel Foucault sostiene: “si en todo campo social hay relaciones de poder, eso se debe a que en todas partes hay libertad”. Para el filósofo francés la relación poder-libertad es clave para entender la vinculación del poder con la violencia; entonces, se presume que la violencia y la libertad son los dos extremos de una escala de poder balanceada, entre otros factores, por el nivel de intermediación.

Según Han, existe otra posibilidad ante el ipsocentrismo del poder: LA AMABILIDAD. Para entender dicha posibilidad es necesario citar parte del ensayo: “La etización del poder exige que el lugar trascienda su tendencia ipsocéntrica, que brinde espacios no solo a uno, sino también a lo múltiple y a lo marginal, que conceda estancias, que se vea conmovido por una amabilidad original que detenga esa tendencia”. Para afianzar el concepto, el autor recurre a Friedrich Nietzsche y a través de la semántica del poder nos aproxima a la idea de amabilidad. Para ese fin, evoca lo distinto del poder y de la voluntad, planteado por Nietzsche como: “el darse al otro, sin esperar volver a sí mismo, de ninguna forma, es el desprendimiento capaz de obsequiarse a sí mismo en una amabilidad ilimitada que posibilita una relación con la alteridad que el poder por sí solo es incapaz de lograr”.

En el parte final, el autor plantea como en el siglo XXI la globalización hizo que la relación poder-territorio se volviera más laxa. Prueba de ello es que los poderes transnacionales se han convertido en cuasiestados. Y al mismo tiempo, las formaciones transnacionales escapan a las fronteras del poder territorial, pues el poder ya no radica en ningún espacio físico, sino que reposa en las poderosas y cuasi-invisibles “nubes” que dominan el mundo.

 

Arcesio Romero Pérez

Escritor afrocaribeño

Miembro de la organización de base NARP ASOMALAWI

DESCARGAR COLUMNA

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Abrir chat
💬 ¿ Necesitas ayuda?
Hola 👋 ¿En qué podemos ayudarte?