El 12 de octubre del año 2021, el entonces candidato presidencial Gustavo Petro, hoy presidente de la República, publicó en su cuenta de Twitter, la propuesta de industrializar a Colombia, mediante: i) la protección inteligente y gradual de las importaciones; ii) el desarrollo del mercado interno con reforma agraria, democratización del crédito, conectividad y conocimientos desde la economía popular; iii) el desarrollo de la asociatividad y el cooperativismo; iv) la reducción de costos financieros y energéticos; v) la revitalización del pacto andino; y, vi) el impulso de las exportaciones productivas con valor agregado.
Sin duda alguna, esta debe ser la carta de navegación de las carteras agropecuaria, industria y comercio, y por supuesto, la hoja de ruta de todos los subsectores agrícolas del país. Voy a explicarles, con un ejemplo real, el alcance y los beneficios de implementar estas seis iniciativas de política pública en un subsector de la producción agropecuaria.
La semana pasada, los productores de leche del departamento de Nariño, se quejaron ante el ministerio de Agricultura, porque Alquería les suspendió la compra de leche. Esos ganaderos desarrollan un agronegocio ineficiente por comprar los insumos al por menor, con alto valor agregado y al último eslabón de los intermediarios; y vender su leche, al por mayor, sin valor agregado y al primer eslabón de la cadena. El margen de utilidad que les está dejando el negocio de producir leche cruda para vender leche cruda, los tiene sumidos en la pobreza. Si Analac y el ministerio de agricultura, organizan a estos ganaderos de Nariño, en un modelo de cooperativismo lácteo industrial, como el de Colanta en Antioquia o el de Coolechera en la región Caribe, podrán darle valor agregado a su producción de leche (yogur, mantequilla, quesos, crema de leche, suero, leche en polvo, etc.,) y mejor margen de rentabilidad a su agronegocio.
Cuando los gobiernos no están en condiciones de otorgar subsidios, el cooperativismo agrario es el mejor modelo para lograr economía de escala, reducir costos, comprar y vender con menor intermediación e incorporar valor agregado a sus cosechas o producciones. Las cooperativas lácteas no reparten dividendos, las ganancias que obtienen las invierten en compras de productos veterinarios, insumos agrícolas, alimentos balanceados, equipos, maquinaria y prestación de servicios de asistencia técnica, que luego comercializan entre sus asociados con grandes descuentos y plazos cómodos. De esta manera, reducen los costos de producción, aumentan la productividad e incrementan sus rentas. Un modelo de industrialización que también pueden implementar los paperos, para entrar al mercado de las papas congeladas y snack, y los palmeros, para entrar al mercado de los alimentos y cosméticos.
Respecto a los demás puntos de este modelo de industrialización del agro, planteados por el presidente Petro, varias veces he planteado en esta columna, que los contingentes de importación de leche, maíz, soya o arroz, deben graduarse de acuerdo los picos de producción nacional; que se instituya un programa de capacitación en buenas prácticas agrícolas y salud financiera para los pequeños productores del campo; que reduzcan la tarifa de energía rural; que las tasas de interés estén por debajo de la inflación y las vías transitables. ¡No es más!
Indalecio Dangond