LA CIVILIZACIÓN SEGÚN ANTONINI

Hay años en el que la conmemoración del doce de octubre transcurre con tranquilidad. Hay otros en que esta fecha pasa casi con indiferencia. Hay también años parecidos a las noches de luna llena, en las que se agitan las mareas y, según cree la gente, se altera la mente de seres como los licántropos, las plantas y los lunáticos. Para animar el ambiente el profesor Antonini de Jiménez de la Universidad Católica de Pereira lanzó afirmaciones discriminatorias contra las sociedades amerindias. Esto sucedió en una charla en la Asamblea de Risaralda que se extendió por casi media hora. Aunque sus declaraciones, que han generado indignación en el país, se dieron a principios de septiembre del año en curso, estas solo adquirieron gran notoriedad y difusión a partir del pasado doce de octubre.

El profesor Antonini consideró que el padre Bartolomé de las Casas exageró sobre las crueldades cometidas contra la población indígena durante la conquista. Como una referencia más creíble para comprender el Nuevo Mundo recomendó a sus alumnos la película Apocalypto de Mel Gibson. A su juicio, España encuentra en el Nuevo Mundo “incivilidad, violencia, opresión, salvajismo, no hay religión” pues lo que hay es animismo, una forma simple de primitivismo religioso. No hay una conciencia racional, ni hay civilización. Su objetivo es evangelizar y no hubo robo de oro pues los nativos desconocían los derechos de propiedad. En este encuentro, prosigue, una de las partes, la primitiva, tenía que desaparecer como sucedió con los indígenas a manos de Occidente y, “bendito sea el señor que así ocurrió”, remata el profesor andaluz con la energía y la ferocidad de quien clava una espada en la cerviz de un animal durante una corrida de toros.

Después de escuchar ese extenso y deshilvanado sartal de frases provocadoras hay que ser avaros con la propia indignación, pues abundan entre los humanos quienes no la merecen. En ocasiones al contemplar la cara de una moneda evocamos el anverso de esta. La afirmación de que la presencia española en América no se da por razones económicas trae a la memoria la rigurosa obra del historiador español Demetrio Ramos. Este examina minuciosamente los atractivos económicos, políticos y geográficos que existían detrás de las capitulaciones de conquista y poblamiento en este continente. . .

El sentido de civilización expresado por De Jiménez es similar al asumido por Colón. Se basa en la convicción de la superioridad del europeo sobre el indígena lo que justifica su transformación y asimilación… Civilizado, ha dicho Tzvetan Todorov, es quien reconoce plenamente la humanidad del otro. Para llegar a serlo, afirma este autor, deben franquearse dos etapas: en la primera descubrimos que los modos de vida de los otros son diferentes de los nuestros; en la segunda aceptamos que son portadores de la misma humanidad que nosotros

Sabemos muy poco del profesor Antonini de Jiménez. Conocemos que suele pintarse los labios a la manera del guasón en algunas clases en las que examina las relaciones entre Batman y el capitalismo. Él ha declarado que constituye un acto de traición a la patria el que Colombia reconozca derechos a los miembros de pueblos indígenas pues se trata de grupos humanos diferentes y carentes de cultura. Puede que se trate simplemente de un docente pintoresco e inofensivo. Pero puede que se trate también de una especie de falangista impredecible, histriónico y alucinado.

Weildler Guerra Curvelo

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