A raíz de la muerte de niños wayúu por desnutrición, que ha sido una larga guerra contra el hambre y que data ya desde 1920, tal como lo dejó registrado el antropólogo sueco Gustaf Bolinder en un documental y filmó a niños desnutridos de la Alta Guajira y casi un siglo después, la situación continúa igual o peor, que es la mayor crisis en que se ha sumido La Guajira en la última década. Pareciera, con todos estos aconteceres, que nuestro departamento para el país es incognito desde todo punto de vista. Tal como lo establece en una columna de opinión en Las Dos Orillas, el dirigente conservador riohachero, Nelson Rodolfo Amaya Correa, que con lo que está sucediendo, el gobierno actual descubrió a La Guajira. Qué cinismo y qué descaro, sobre todo de los falsos patriotas y los periodistas lanudos, que con el apoyo de varios de acá, con tal de buscar culpables, en especial a los que hoy están dirigiendo al Departamento, se lapidan su conciencia por todo lo que está sucediendo con el genocidio de los niños wayúu.
Expresaba en una de sus columnas, Amaya Correa, y que no ha perdido vigencia, “funcionarios ignorantes tratan de explicar la vergüenza del creciente número de víctimas, con el tardío entendimiento de la cultura y la geografía peninsular”. Y expresa más adelante: “dejar de ver la cara indiferente del estado, sería tan cómplice con falto de dignidad para todos los colombianos, especialmente para los guajiros. Se escuchan voces oficiales ignorantes que tratan de explicar la vergüenza del creciente número de víctimas, con el entendimiento tardío sobre la cultura y la realidad geográfica peninsular. Como si no hubiesen estado allí por siglos, como si su carácter rebelde, indomable y altivo, no hubiera premiado las conciencias nacionales hacia el respeto, la comprensión, junto con la atención y dirección gubernamental de sus problemas”.
Pero parece que el gobierno nacional desconociera su origen de este territorio ancestral y la cosmovisión de la gran nación wayúu, tampoco la hubiera analizado y en vez de enviar funcionarios ignorantes de nuestra cultura y de periodistas lanudos que no tienen ni idea de lo que ha venido sucediendo con La Guajira y se enfrascan solamente con el momento coyuntural de las consecuencias de miles de infantes de nuestra etnia, muertos por desnutrición y física hambre y no van más allá del análisis ancestral del porqué de esta grave situación.
Por ello, a través de las redes sociales, hacen análisis certeros como este: “El problema del cierre de la frontera con Venezuela, acaba con los programas de subsidio de muchos wayúu que manejaban doble nacionalidad, al día de hoy, esa figura no existe. La crisis y cierre de muchas empresas de sal en Manaure, que albergaban wayúus en su planta de personal, tampoco existe. El cierre del puerto que generaba entradas para los wayúu, tampoco existe. El recrudecimiento del Fenómeno del Niño en estos últimos meses. La baja en pesca de mar por la falta de fauna marina para el sustento de los wayúu, gracias a las empresas exploradoras de gas y petróleo. El cambio abrupto del ser departamento agrícola, a ser un desierto minero. El recorte inmisericorde de las regalías, aunado a la desidia del estado central, devela hoy un panorama en La Guajira, similar a lo padecido por décadas en Etiopia. ¿Qué hacer?
Y es tan incognito, que varios dirigentes guajiros hacen estas aseveraciones “no se conoce la realidad de La Guajira” y esta otra el DANE no sabe cuántos indígenas tiene La Guajira.
¡Cójale un pichón!
Hernán Baquero Bracho