LA GUAJIRA: FALTA DE COMPETITIVIDAD Y SU IMPACTO EN EL DESEMPLEO EN NUESTRO DEPARTAMENTO

La Guajira, es un departamento con vastos recursos naturales y un inmenso potencial cultural y turístico, se encuentra paradójicamente sumida en una persistente falta de competitividad que ha contribuido significativamente a sus altos índices de desempleo. A pesar de su riqueza en carbón, sal, gas natural, y su invaluable patrimonio étnico y paisajístico, el departamento no ha logrado traducir estas ventajas en desarrollo económico sostenible y bienestar para sus habitantes. Este análisis explorará las causas de esta falta de competitividad, su relación con el desempleo, las deficiencias en la gestión de los gobiernos departamentales y las estrategias cruciales para transformar La Guajira en una zona próspera y competitiva.

 

La Compleja Dinámica de la Falta de Competitividad en nuestro departamento

La falta de competitividad en el departamento de La Guajira es un fenómeno multifactorial, arraigado en debilidades estructurales y fallas en la gobernanza. Uno de los factores más evidentes es la infraestructura deficiente. A pesar de su producción de carbón, la red vial es precaria, dificultando el transporte de bienes y personas. La conectividad digital es limitada, frenando el acceso a mercados y oportunidades de educación y empleo. La disponibilidad y calidad del agua potable y la energía eléctrica son inconsistentes, impactando negativamente la productividad y la calidad de vida.

Otro aspecto crucial es la dependencia económica de los recursos extractivos. Si bien la minería de carbón en El Cerrejón ha sido una fuente importante de ingresos y empleo, también ha generado una monocultura económica que ha descuidado otros sectores productivos. Esta dependencia expone a La Guajira a la volatilidad de los precios internacionales de los commodities, afectando la estabilidad económica del departamento. Además, la distribución de las regalías mineras no siempre se ha traducido en inversiones significativas y sostenibles para el desarrollo de la población local por parte de nuestros gobernantes.

La fragilidad institucional y la corrupción han sido un lastre persistente. La inestabilidad política, la falta de continuidad en las políticas públicas y la malversación de fondos han erosionado la confianza ciudadana y han impedido la ejecución efectiva de proyectos de desarrollo. Los recursos que deberían ser invertidos en infraestructura, educación o salud, a menudo se desvían, perpetuando el ciclo de subdesarrollo.

Finalmente, la educación y el capital humano, representan un desafío significativo. A pesar de los esfuerzos, la calidad y pertinencia de la educación en La Guajira no siempre se alinean con las demandas del mercado laboral. La falta de acceso a una formación técnica y tecnológica adecuada, así como la deficiencia en el bilingüismo y las habilidades digitales, limitan las oportunidades de empleo de los jóvenes guajiros, incluso en sectores con potencial de crecimiento como el turismo.

 

Desempleo: El Rostro Humano de la Incompetitividad en nuestro departamento

La correlación entre la falta de competitividad y el alto índice de desempleo en La Guajira, es innegable. Un departamento que no logra generar un entorno propicio para la inversión y el desarrollo empresarial, inevitablemente se enfrenta a la escasez de oportunidades laborales. Cuando la infraestructura es deficiente, los costos de operación para las empresas aumentan, disuadiendo la inversión. La dependencia de un solo sector económico, como la minería, hace que el mercado laboral sea vulnerable a las fluctuaciones de ese sector. La baja calidad educativa y la falta de habilidades pertinentes en la fuerza laboral guajira, crean una brecha entre la oferta y la demanda de empleo, dejando a muchos habitantes sin las competencias necesarias para ocupar los puestos disponibles o para emprender sus propios negocios.

El impacto es particularmente agudo en las comunidades indígenas y rurales, donde las oportunidades son aún más limitadas y donde la economía informal es predominante. El desempleo genera pobreza, inseguridad alimentaria y migración, desestructurando el tejido social y perpetuando un ciclo de vulnerabilidad.

 

Lo que no se ha hecho bien: Fallas en la Gestión Gubernamental

Los gobiernos que han gobernado el departamento de La Guajira, han incurrido en diversas fallas que han exacerbado la falta de competitividad y el desempleo. En primer lugar, la falta de una visión estratégica a largo plazo. Las administraciones gubernamentales han operado bajo la lógica de planes de gobierno de corto plazo, sin una hoja de ruta consistente que trascienda los periodos electorales. Esto ha resultado en la discontinuidad de proyectos, la dispersión de recursos y la ausencia de un modelo de desarrollo integral.

La ineficiencia en la gestión de recursos, es otra crítica recurrente. A pesar de las considerables regalías por la explotación minera, estos fondos no siempre se han traducido en inversiones productivas y sostenibles. La priorización de gastos, la falta de transparencia en la contratación y la ejecución de obras, y la baja capacidad de ejecución presupuestal han limitado el impacto de estos recursos en el desarrollo departamental.

Asimismo, la ausencia de un enfoque integral en el desarrollo humano. Si bien se han realizado inversiones en educación y salud, estas no han sido suficientes ni han tenido la calidad necesaria para cerrar las brechas existentes. La desconexión entre la oferta educativa y las necesidades del sector productivo ha sido un obstáculo importante. Además, la limitada inversión en programas de emprendimiento y fortalecimiento de capacidades para pequeños y medianos productores ha frenado la diversificación económica.

Finalmente, la escasa articulación entre los diferentes niveles de gobierno y el sector privado. Ha habido una falta de coordinación entre la gobernación de La Guajira, las alcaldías, el gobierno nacional y el sector privado, lo que ha impedido la creación de sinergias y la maximización de los esfuerzos para el desarrollo. La desconfianza entre estos actores también ha sido un factor limitante.

 

Estrategias para lograr una Guajira Próspera y Competitiva

Para hacer del departamento de La Guajira una zona próspera y competitiva, se requiere un enfoque multifacético y una voluntad política inquebrantable. Las siguientes estrategias son fundamentales:

  1. Diversificación Económica y Fomento de Nuevos Sectores:
  • Turismo Sostenible: Apalancar la riqueza cultural Wayuu, los paisajes desérticos, las playas y la biodiversidad de La Guajira para desarrollar un turismo que beneficie a las comunidades locales. Esto implica inversión en infraestructura turística, capacitación en servicios hoteleros y gastronomía, y promoción inteligente de los destinos.
  • Energías Renovables: Dada la alta radiación solar y los vientos, La Guajira tiene un potencial inmenso para convertirse en un centro de generación de energías eólicas y solares. Esto atraería inversión, generaría empleo en la construcción y mantenimiento de parques, y reduciría la dependencia de los combustibles fósiles.
  • Agroindustria y Pesca: Impulsar el desarrollo de cadenas productivas en la agricultura (cultivos resistentes a la sequía, como el dátil, el cactus), la ganadería caprina y la pesca sostenible, agregando valor a los productos primarios. Esto requiere inversión en tecnología, sistemas de riego eficientes y apoyo a pequeños productores.
  1. Modernización de la Infraestructura y Conectividad:
  • Infraestructura Vial y Logística: Mejorar y ampliar la red vial que conecta los centros de producción con los mercados, incluyendo el acceso a los puertos. Estudiar la viabilidad de un puerto de aguas profundas que potencie el comercio exterior.
  • Conectividad Digital: Garantizar el acceso a internet de alta velocidad en todo el departamento, incluyendo las zonas rurales. Esto es crucial para la educación, el comercio electrónico y el acceso a la información.
  • Servicios Públicos: Invertir en proyectos de acueducto, alcantarillado y energía eléctrica que garanticen el acceso universal y la calidad de estos servicios.
  1. Fortalecimiento del Capital Humano:
  • Educación Pertinente y de Calidad: Reformar el sistema educativo para alinearlo con las demandas del mercado laboral. Fomentar la educación técnica y tecnológica, la formación en idiomas (inglés) y habilidades digitales. Promover la investigación y el desarrollo fortaleciendo a la Universidad de La Guajira como centro de educación de alto nivel en el departamento.
  • Programas de Emprendimiento y Formación: Desarrollar programas de capacitación y apoyo para emprendedores, con énfasis en el autoempleo y la creación de pequeñas y medianas empresas en los sectores priorizados.
  1. Mejora de la Gobernanza y Transparencia:
  • Planificación Estratégica a Largo Plazo: Desarrollar e implementar un plan de desarrollo departamental o una agenda prospectiva al año 2.050 que trascienda los periodos de gobierno, con objetivos claros y medibles.
  • Lucha contra la Corrupción: Fortalecer los mecanismos de control, garantizar la transparencia en la gestión de los recursos públicos y castigar la corrupción de manera ejemplar.
  • Alianzas Público-Privadas y Participación Ciudadana: Fomentar la colaboración entre el gobierno, el sector privado, la academia y la sociedad civil para el diseño y ejecución de proyectos. Involucrar activamente a las comunidades en la toma de decisiones.

La transformación de La Guajira de una zona de subdesarrollo a un polo de prosperidad y competitividad es un desafío monumental, pero no imposible. Requiere un compromiso férreo de nuestros gobernantes y líderes, que permita una visión de futuro clara y la participación activa de nuestros habitantes. Solo a través de la diversificación económica, la modernización de la infraestructura, el fortalecimiento del capital humano y una gobernanza transparente y eficiente, el departamento de La Guajira, podrá desplegar su vasto potencial y ofrecer a nuestros ciudadanos las oportunidades de progreso y bienestar que tanto anhelan y merecen. La hora de actuar es ahora, para que el viento de La Guajira impulse nuestro desarrollo como departamento y no solo el de las aspas de sus potenciales molinos de energía limpia.

 

Álvaro Sierra Molina

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