LA MALDICIÓN DE JOAQUÍN “COTORRA”

Elías Fragoso es un sanjuanero muy conocido en todo el pueblo porque durante toda su vida ejerció el oficio de «Portero». Pero no cuidando el arco del Junior ni de ningún otro equipo de fútbol. Era el Portero del Teatro Mariaelena, de las Galleras, de las Casetas y de cuanto tumulto hubiera en San Juan del Cesar.

Elías era un hombre de poco hablar y buena escucha. Y en alguna tertulia de amigos escuchó una historia narrada por Gabo en Cien Años de Soledad, donde José Arcadio Buendía después del ataque que le hizo a Riohacha el Pirata Francis Drake, agarró sus corotos y fue a templar a Macondo, después de atravesar valles, desfilar por las cornisas de la serranía de Tomarrazon y descuajar montañas. Finalmente se establecieron a orillas de un rio de aguas cristalinas que surcaban un cauce de piedras blancas, tan enormes, que semejaban huevos prehistóricos. Y cada vez que José Arcadio peleaba con Úrsula Iguaran, su mujer, recordaba esa penosa travesía y lanzaba una sonora maldición al hijo e’ puta de Francis Drake. La anécdota de Jose Arcadio Buendía echándole madrazos al pirata Ingles, a Elías le quedo sembrada en el recuerdo. Y a cada momento la traía de regreso a su memoria, como si esa circunstancia representara un alivio espiritual a las tribulaciones emocionales que de cuando en cuando lo atormentaban.

La historia amorosa de Elías Fragoso con Helda, su mujer, comenzó con el rotundo rechazo de la familia de ésta, pues Elías «no era visto», dada su condición de hombre mucho mayor que Helda, además de negro y feo, lo cual contrastaba con la buena figura y el color claro de la piel de Helda. Elías, aunque no era del gusto de la familia de su anhelada mujer, decidió ir poco a poco “martillando el clavito”, hasta que finalmente logró conquistar el corazón de la dama pretendida.

Elías era totalmente consciente que pedir a Helda en matrimonio era un asunto inalcanzable. De manera que opto por el Plan B, que era «sacársela». Por cierto, esta palabra ha entrado en desuso, pues ya no es necesario «sacarse» a las mujeres. Eso hace parte de las costumbres del pretérito en nuestra Provincia.

Y para darle cumplimiento al Plan B, Elías tuvo que valerse de los buenos oficios de su amigo Joaquín «Cotorra». Como Joaco no despertaba sospechas en la Familia de Helda, éste pudo recogerla en su casa, montarla en la barra de su bicicleta y entregársela a su amigo Elías Fragoso en las afueras del pueblo, para que a su vez Elías la montara en su bicicleta y así poder concretar la «sacada» de su novia.

Pues bien, una vez que Joaquín “Cotorra” le hizo a su gran amigo el supremo favor de ser su compinche en esta aventura de amor, Elías se organizó con su mujer, formo rancho aparte y pudieron disfrutar muchos anos de armonía y felicidad. Pero como Elías ha sido siempre un hombre pasivo, sereno, decente y aguantador, parece que Helda comenzó a intensificar la cantaleta diaria de las dificultades de su hogar. Y cada vez que peleaba con ella, en la mente de Elías revoloteaban unas mariposas que le hacían recordar las penurias de José Arcadio Buendía. Y como no podía maldecir a Francis Drake, el pobre Elías se desahogaba lanzando improperios y maldiciones contra su amigo.

… Maldigo el día y la hora en que Joaquín “Cotorra” fue a buscate a tu casa…!!!

… Maldita sea…!

… Nojoñe…!

Orlando Cuello Gámez

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