Esta última parte de las campañas presidenciales está al rojo vivo, cada cual intenta ejecutar la mejor estrategia para lograr concentrar la mayor intención de votos con el objetivo de salir victoriosos en el debate del 19 de junio. En este momento hay un empate técnico a diferencia de la primera vuelta en las elecciones presidenciales para el periodo 2022- 2026, no hay un seguro ganador; es decir, Gustavo Petro o Rodolfo Hernández, cualquiera puede alzarse con el triunfo. Esta, situación ha llevado al desespero proselitista en cuanto a adecuar nuevos planes, discursos y agendas de los candidatos; sin embargo, paralelamente los seguidores optaron crear fake news, tacha respecto a quienes brindan apoyo en regiones (en este punto me incluyo), criticas fuera de contexto y otras tantas más que no voy a enlistar pero que todos conocemos. Esta coyuntura ha intensificado la llama de la polarización reinante en nuestro país, que nos ha convertido a todos en intolerantes y agresivos cuando los demás no piensan igual, permitiendo que las distancias ideológicas políticamente hablando superen nuestro sentimiento de hermandad y trasciendan tanto que comiencen a afectar la armonía de la colectividad.
Uno de tantos ejemplos, de por sí muy lamentable es lo que vive por estos días el activista e irreverente político Riohachero Pedro Arteta Bonivento quien sufre una intensa e indiscriminada lapidación de sus antes contertulios miembros del Frente Amplio que respalda al candidato del Pacto Histórico al decidir votar en la segunda vuelta presidencial por el candidato Rodolfo Hernández. ¿Qué tiene de mala o irrespetuosa su decisión para que haya justificable convertirlo en víctima de crueles ataques a su moralidad y familia?
En solidaridad le escribí para brindar apoyo moral en estos momentos difíciles y con gallardía me devuelve a través de una epístola en la que dice sentirse tranquilo por su decisión, pues la tomó atendiendo a que prefiere las nuevas formas de hacer política en la que la apuesta de llegar al elector debe ser diferente al desgaste logístico tradicional (transporte, meriendas) potenciando las redes sociales como herramienta preponderante en las estrategias y es lo que según él ha venido haciendo, incluso en su candidatura a la cámara de representantes, pero que ese alegato no caló en las toldas que antes defendía. En cambio, encontró que el modelo propuesto por el Ingeniero, además de propuestas serias para acabar la corrupción y aportarle a la solución de los problemas de La Guajira, incluía este componente tecnológico innovador.
Es la oportunidad de hacer un llamado a la reflexión, lo inicio conmigo mismo y quiero extenderlo a los demás, pues debemos frenar la situación que se ha convertido en caldo de cultivo para violencia en todos los sentidos. En nuestros días la intolerancia ha comenzado a dar frutos negativos en la sociedad en la que cada cual a toda costa pretende establecer un único pensamiento e ideología que impacte en todos los ámbitos de la cotidianidad de los demás. Debemos reaccionar a la intransigencia y desecharla pues estamos en un sistema democrático donde todos y cualquiera tenemos la libertad para pensar y definir nuestro rumbo de vida.
Sobre este tema de la intolerancia quería escribir hace rato, pues a pesar de las diferencias ideológicas mantengo comunicación constante con mi primo Yesner Manjarrés y con el abogado Edgardo Santiago quienes han sido soporte para limitar muchas veces mi lápiz a fin que no se convierta en un discurso agresivo, violento hacia quienes no piensan igual que yo, ni mucho menos impositivo en cuanto a ideologías más bien para que promueva una atmósfera de armonía y cordialidad.
Mientras escribo esto sigue la pasión de Pedro, con quien nunca hasta la fecha hemos coincidido políticamente, pero que como uno de los miles de Guajiros que lo leemos a diario, me solidarizo con su situación e invitando a quienes como él quieren dar un paso al costado y sumarse a otra campaña lo hagan sin el temor de ser estigmatizados o lapidados pues tenemos derecho a reflexionar como único camino nuestra libertad, entendiendo que los cambios reales surgen cuando tomamos una decisión que nos hace felices.
Adaulfo Manjarrés Mejía
De acuerdo colega y una vez más mis respetos y admiración por tu claridad mental y lectura de la situación. El enemigo no es el que piensa diferente, es la corrupción, el narcotrafico, la inseguridad, el desempleo, la falta de oportunidades, la iniquidad, la baja calidad de educación…