Para empezar, si no se leyó mi crónica anterior, vaya, léala y vuelva a leer esta. Para que entienda mejor.
https://ojopelaomagazine.co/dos-historias-magnificas-cual-escribo-primero/
bien continuemos la primera historia magnifica…
Les decía que aquel 8 de enero de 2018, en medio del desayuno más delicioso que compartí al lado de mi madre, en esos 25 días con sus 25 noches, que pasé con ella como Juaco Guillen: “Siempre a su lado, ahí, siempre a su lado”; me llamó, el caballero de lenguaje fino:
– Señora bonita: voy llegando de Maicao a Valledupar exclusivamente a conocer a La Marquesa, de La Comarca de La Peña y sus alrededores; ¿dígame en que Clínica las encuentro?
Le di el dato y corrí a alistarnos, antes que llegara el apuesto escritor a verme, con la excusa de conocer a mi mamá. 13 años de diferencia me permitían ir y venir varias veces antes que el siquiera fuera (expresión exagerada del dicho popular: “Cuando tu ibas, ya yo venía” o del refrán “más sabe el diablo por viejo, que por diablo”) bien sabía yo, que esa visita a mi mamá era una acción encaminada a lograr su objetivo: Meter este cerebro en su cama.
Hagamos un poco de contexto. Al escritor sin fama aún, lo conocí dos años antes, a los hechos que estoy contando, impartiéndole un Intensivo De Felicidad de cinco días, a 29 trabajadores (hombres) de la empresa Cerrejón. Después de su desafortunada presentación, en la que se describió como un hombre que tenía suerte con las mujeres porque tenía un buen salario, carro y era bien parecido; y seguidamente escuchar mi apertura, sobre identidad y origen, se sintió avergonzado y le costó regalarme un chocolate diario después del almuerzo, para pedir disculpas por 5 días, así fuimos entablando conversación y entendí que las circunstancias de la vida que había llevado hasta el momento, lo habían convencido que no valía medio centavo y descubrí que era un niño grande, con ínfulas de Casanova que buscaba quemar en la hoguera del sexo, sus fantasmas del pasado, los traumas causado por un ingreso demasiado temprano a la vida adulta (inmadurez), dejando a sus escasos 34 años, una estela de relaciones fragmentadas, frustradas, mal vividas, el dolor de no criar a sus tres hijos y el miedo de que al crecer sin él, los resultados fueran lamentables. Un mar de conflictos no resueltos; apetitosos para esta consejera espiritual, entrenadora en desarrollo personal, Coach que nos llaman hoy. Me enganche en su mundo, viendo lo que las marañas de conflictos cubrían: el potencial. Sin proponérmelo, pero creyendo que se podría rescatar esa alma (Sin querer, queriendo) me presté para ayudarlo, no solo a él, a varios del grupo que después de la inmersión de 5 días para salir de allí felices, y lo logramos, se dieron cuenta que no bastaban 5 días escuchándome, que requerían más. Así empezaron a pedirme para que les siguiera guiando en su nuevo caminar feliz, los más atrevidos, como el escritor, que en ese momento no sabía que iba a ser escritor, me llamaban y les dedicaba mi tiempo a ayudarlos a simplificar sus vidas, me ponían en contacto con sus esposas o hijos para que se los aconsejara y de algunos me volví su consejera de pareja.
En esos días el poeta, me escribe al WhatsApp un escrito en prosa, a cerca de Nicolás de Federman en batalla por Riohacha acompañado de negros esclavos, en contra de los indígenas perleros, que llegaban en góndolas desde el Cabo de La Vela y con la ayuda de los esclavos que traicionaron a Federman, le ganaron la batalla. Más allá de las imprecisiones históricas, me llamó la atención la prosa, los detalles narrativos que llenaron de color, rostros y emociones mi mente.
– Eso de donde lo sacaste? Pregunté, a en mis estudios de la historia de Riohacha no había leído ese texto.
– Yo lo escribí. Estoy aquí en Riohacha, viendo caer el sol y empezaron a salir todos esos personajes de mi imaginación y lo escribí.
– ¿Cómo así? ¿Tu escribiste eso? Muchacho, ¿tú que haces perdiendo tu tiempo? Escribe, que eso es lo que mejor tu sabes hacer.
– De verdad Noralma!!?? ¿Tu cre’ que yo escribo bien??? Yo a veces escribo poemas, pero no se los muestro a nadie porque creo que no son buenos, me da pena.
– Muchacho!! Tu eres el próximo nobel de literatura que tendrá Colombia, dedícate a escribir. Mándame a ver que más tienes por ahí. Y desde ese día, hasta el día de hoy he leído la mayoría de sus escritos, unos porque yo fui la musa de su inspiración y otros porque me volví su mentora literaria. El estimular su don y llevarlo a verse e introducirse en un escenario de grandeza, lo llevó a creer que estaba enamorado de mí. Yo no lo tomé en serio, obviamente por la diferencia de edad, lo rechazaba y le puse tajo enfáticamente. Dejó de molestar con ese tema, pero hablábamos de literatura todo el tiempo, Gabo nos unía, las letras nos unían, me mandaba escritos, se los corregía y devolvía, nos leíamos libros los comentábamos, me contaba sus cuitas de amor, sus conquistas, en fin…
En algún momento de mi historia personal, a través de un número desconocido me empezaron a llegar mensajes de un admirador secreto, supuestamente me veía pasar por lugares de Riohacha y se embelesaba en mis labios de ciruela o de patilla. Cuando salía de la ciudad me extrañaba y se alegraba cuando me veía regresar. Llegue a pensar que era algún vecino, dado su conocimiento de mis movimientos. Cada día me escribía un poema y me Expresaba sentimientos, hasta que logró mi curiosidad y luego mi atención.
– Vamos a conocernos! Le dije un día, sospechando que podría ser el escritor, ahora poeta. Cuadramos almorzar y antes del almuerzo se descubrió, me llamó por primera vez de ese número, riéndose.
– No me dejaste otra alternativa, yo estoy loco por ti, con ninguna otra mujer yo puedo hablar de libros, de autores, de ideas literarias que se me ocurran, se aburren, creen que estoy loco y que no soy de esta generación. Yo tengo 13 años menos que tú en el cuerpo, pero en el alma, soy más viejo, yo soy un alma vieja encerrada en este cuerpo y no encuentro con quien hablar, divertirme y sentirme como me siento contigo. Y tú me llevas 13 años y no se te notan, más le lleva Shakira a Piqué y y bien que viven (eso fue siete antes de que Shakira facturara por los absurdos de Piqué). En fin, historia larga corta, ya entrados en gasto y habiéndome ilusionado con un hombre justo a mi talla y que tuviéramos tanto Fling, decidimos: Seamos novios literarios, en vez de besos y caricias compartimos poemas, cuentos, libros, sitios web y escribimos a cuatro manos. Así escribimos hermosos poemas y cuentos cortos que iniciaba uno y lo seguía el otro y luego el otro hasta terminarlo. Nos llamábamos, nos reíamos de locuras, que le ocurría con otras mujeres, pero no nos veíamos, al menos no planeado por mí. Algunas veces por asuntos de mi trabajo iba a la mina y nos saludábamos, o venía a Riohacha y almorzábamos para debatir una idea literaria que tenía en la mente, el hacía concursos en su club de lectura y me invitaba de jurado, o me invitaba a capacitar niños en escritura creativa. En fin, éramos novios literarios.
Ese 8 de enero un día antes de su cumpleaños… volvamos a la historia de ese día. Cuando el poeta me llamó a decirme que nos venía a visitar, enseguida ayudé a mami a bañarse y a vestirse, la maquillé, con sus labios rojos, la perfumé, la acosté y me metí a bañar. Estando en el baño, suena el teléfono que afortunadamente había llevado conmigo.
– Mi Señora hermosa, estoy en la clínica pronto a ver a la mujer que parió a la criatura más completa que he conocido jamás. Créame, usted es el mejor libro que conozco, la leo y la leo y no me canso. Indíqueme por favor su habitación para encontrarlas.
Le indiqué el número y le dije que estaba en el baño aún, que no lo podía recibir, que entrara y se presentara. Al instante escucho su voz cantando: “Ay yo tenía mi Lirio Rojo bien adorna’o, adornado con una rosita muy aparente…”, enseguida, ya no era una voz, sino dos; mi mamá se unió de inmediato a cantar su canción favorita. “Pero se metió el verano y lo ha marchitado, por eso vivo llorando mi mala suerte. (Bis)”. ¡Qué mujer tan “lisa”!! Al oírlos me reí y me uní, desde el baño: “Se marchitó mi Lirio Rojo, pero fue culpa del verano, por eso estoy desconsolado, al ver que me dejó tan solo (bis)”. El poeta cantor se presentó, abrazó a mi mamá, le entregó un perfume de Carolina Herrera tradicional y se la metió al bolsillo, inmediatamente. Conversaban, ella le contaba la historia de cuando salió de La Peña a vivir a Albania. Cuando salí del baño, me abrazó y me entrego un perfume 212 Rouse y otra vez un abrazo prolongado lleno de palabras lisonjeras, que si me descuido, me convence. Nada necesitaba yo más en esos días que abrazos llenos de afecto sincero, que me recargara las pilas, que se van agotando ante el dolor de ver a la mujer más fuerte y valiente desvanecer. A pesar que el poeta me llamaba diariamente como si fuera su oración. Verlo, sentirlo, oírle su fino lenguajes, aunque bien discernía la lisonja, reanimaba mi ser; era un bálsamo de alegría. Le entregué El Amor En Los Tiempos del Cólera, que era de las obras de “Gabo” que aún no leía y yo necesitaba que la leyera para poder hablar de ella.
Llegó Armando mi hermano a visitar a mami, conversamos los cuatro un momento y al rato nos salimos al jardín a hablar un poco, le conté que mi mamá me había echado, que me había pedido que me fuera a buscar mi contrato y que pensaba hacerlo ese día, si una de mis hermanas me venía a relevar. Hablamos de Cien Años de Soledad por enésima vez, de los funerales de La Mamá Grande y otra vez de Diomedes Díaz. Cada 15 mimito entraba a darme cuenta de la paciente. En una de esas me dijo La Marquesa, osea mi madre:
– Traé acá el perfumito ese, dijo con desdén. Lo saqué de la caja y le unté en el puño de la mano izquierda. – Será “Chimbo”? Me preguntó con esa picardía tan de ella.
– Jajajajajaja madrerere! Bueno mami el viene de Maicao, esa es la meca del perfume y del “chibiao” también, toca espera un rato a ver si se mantiene.
– Y ese qué? Me pregunto mirando de soslayo y estirando los labios (hociqueando) y esponjando la nariz.
– Ese que, ¿de qué? Respondí haciéndome la pendeja, como si con ella se pudiera.
– ¿Ese que quiere contigo? Preguntó de frente.
– Nada, es un amigo que vino a conocerte, él dice que tú eres la Marquesa de la comarca de La Peña.
– Será Marquesa la de Pepe, la que vende chirrinchi (Bebida alcohólica a base de caña de azúcar), en el 20 de Julio. Dijo con cara de ni creas que me engañan. Me reí y salí otra vez.
Al medio día el poeta se despidió y se fue a almorzar. Mientras, yo alistaba mi equipaje y buscaba un vehículo conocido que me recogiera en la clínica y me transportara hasta San Juan, donde me encontraría con mis hijas, para viajar a Riohacha el día siguiente. Todos los que llamaba ya se habían devuelto. Estaba dispuesta a pedir un taxi, cuando entra la llamada del escritor.
– Musa de mi inspiración voy saliendo para Urumita, tierra donde se encuentran La Nevada y Perijá a mantener diálogos de paz. Espero verte pronto.
– Yo también voy saliendo para San Juan, voy a pedir un taxi que me lleve a buscar transporte.
– No señora hermosa, permítame yo tomo un taxi, paso a buscarla y la dejo en su destino. Me dijo con su acostumbrado hablar florido.
Me despedí de mi mamá y mi hermano que se quedaría con ella, mientras llegaba Ocha (mi hermana, la enfermera), que ya venía en camino. Empecé a llamar a los conductores de los carro de los que viajan de La Peña a San Juan para que me trajeran a las “niñas” y así poder viajar ese mismo día o al día siguiente temprano. No obtenía resultados. Entro la llamada del poeta, bajé, él tomó mi equipaje, me subí al taxi hablando con mi tío que me ayudara a resolver.
– Nada sobrina, ya me vine, pero llamé a Rodo (Rodolfo su hijo), yo lo dejé recogiendo (término que significa recorrer el pueblo en busca de viajeros). Llamé a Rodo, me dijo que las podía traer. Llamé a mis hijas para coordinar su traslado, y los consabidos consejos y recomendaciones:
– Revisen todos, miren en el baño los shampoo, los sepillos, las toallas tendidas, chanclas de baño, maquillaje. Tomen agua, saquen la basura, cierren bien las puertas. Estaba en plena instrucción cuando el poeta con mi equipaje en sus manos me abre la puerta y me dice llegamos señora, sigo hablando con mis hijas, tomo mi mochila y me bajo del taxi, cuando levanto la vista noto que no es una calle, es un lugar cerrado, pero hacia unos segundos había alzado la vista y supe que estaba en el centro de la ciudad, no podía ser lo que estaba imaginando; miro a mi alrededor e intuyo que si estoy en un motel, me voy a devolver al taxi que ya está saliendo y no me presta atención. Le digo a mis hijas que ya las llamo y encaro al novio literario, con cara de ¡No Me Jodas! se cierra tras de mí el portón y le grito:
– ¿Que hacemos aquí? ¿Con que autorización haces esto? ¿Sácame de aquí inmediatamente? Las mejillas me ardían de la ira.
– Cálmate Mushashona! Siempre me reía cuando me decía así, de pensar en lo muchachona que podía ser una mujer de 47 años. Pero estaba en verdad enojada, así que no le funcionó.
– No le veo el chiste, dije muy molesta. Llama el taxi.
– Si, ya lo llamo. Dijo bajando la cabeza, simulando vergüenza, la que nunca creí que sintió. Tomo el teléfono y marcó, hablo con alguien al que le dijo primo recójame en tal dirección. Entra, siéntate, vamos a esperar. Te pido sinceras disculpas, no pensé que te molestarías así. Perdón por favor. ¿Te pido algo de tomar? Dijo, con voz queda.
– Agua por favor. Te agradezco. Me senté
– Bueno nos toca esperar, ¿qué te parece si te cuento la historia de los hoscos? el asentamiento de afros, de los que heredo mi piel morena! Dijo queriendo arreglar la embarrada que yo le hacía sentir que había cometido. Y sin esperar mi respuesta empezó a contar el cuento; es un don de Dios, es un cuentero mágico, en menos de nada, ya estaba yo embelesada, escuchando la historia de hombres y mujeres que se casaron sin amarse, de generación en generación, viviendo un sufrimiento silencioso, hasta que su papá Luis Antonio rompió la maldición de los negros, se casó por amor, con su mamá: Denys María: “Cuenta la historia de un amor entre un guarda de la policía de aduanas (bautizados en La Guajira, como los “Chirrincheros”), oriundo de Oreganal, que prestaba sus servicios como el Comandante del Resguardo de Renta entre Urumita y La Jagua y la dama viajera. Un día de un bus de Cosita Linda se bajó una Joven, con un vestido amarillo pollito, con mangas acampanadas, de sonrisa grande y mirada alegre; el comandante con sus gafas Ray-Ban, su sombrero e’peloe’ guama; señalándola con el dedo, dijo a todos sus compañeros: he ahí la madre de mis próximos hijos”. Me dijo, como quien habla de yuca y papa, sin notar siquiera que en él hay un reservorio de historias familiares, de realismo mágico, que buscaban posarse como mariposas, en páginas que aún no se habían plasmado. Y digo habían porque hoy, cinco años y casi 9 meses después de aquel momento, está a punto de Lanzar su primera novela: ANAIRU, de la cual soy revisora de estilo y prologuista, además lleva bien avanzada su segunda novela: Para Donde Va Vicente, en honor su abuelo: VICENTE, un Juglar de las riveras del Rio Magdalena, será una obra fantástica!
– Eso es Realismo Mágico puro, le dije cuando escuché esas historias de vivencias ancestrales.
– Tú me has transformado, y eso que ahora soy debe ser para ti, adi y tú no quieras, te voy a amar toda la vida y se lo voy a dejar saber a cuanta mujer pase por mi vida, para que entendieran que tú siempre estarás en mi vida. Según él, le tenían que respetar esa decisión, porque yo lo había sacado del pozo de la desesperanza y le había ayudado a descubrir su identidad y el verdadero propósito de su vida.
– Por eso y solo eso, porque mereces todo mi respeto, toda mi gratitud y sobre todo porque no quiero perderte, porque quiero que estés siempre en mi vida, no voy a insistir. Aunque te voy a decir una cosa, yo creo que Dios no me perdone, ¡que yo te perdone… chachaaaaaa tu eres mi fantasía!! imagínate yo declamándote versos al oído, mientras bebo sorbo a sorbo…
– Bueno ya! ¡Hágame el favor y me respeta! Y llame a otro taxi, que ese ya no llegó. Dije mal encarada, para mantenerlo a raya.
– Mi primo tiene como media hora de estar ahí. ¡Vamos! Dijo resignado.
– Tu Primo? Pregunté sorprendida.
– Mmmhu, el vino a buscarme para irnos a Urumita, pero le dije que me esperara y tomé un taxi para traerte aquí. Yo había cuadrado todo con el taxista, que fuera un lugar que no imaginaras que te llevaba hacia un motel, y que se fuera a penas te bajaras. Yo contaba con tu rechazo, pero no me iba a perdonar no intentarlo, tu sabes cuánto… tu sabes… y sabes qué? De todos modos, viví algo que jamás había vivido con alguna mujer y que se, ¡no lo viviré jamás! ¡Usted es una gran Señora!
Vi todo el fuego que había en sus ojos, cuando los acercó a los míos, y quise tener al menos 10 años menos. Tomé un trago de agua, recordé que acababa de cumplir 47 mientras el al día siguiente cumpliría 35, suspire profundo, me colgué mi mochila y salí antes que me gobernaran las emociones.
Seis días después, domingo 14 de enero de 2018 a las 8:00 de la noche, una hora después del fallecimiento de Mi Coqueta hermosa, el Escritor, sin fama aún, me llamó a decirme:
– Ha partido la marquesa Celedonia Mendoza, la mujer más importante de la comarca. Gracias por permitirme conocerla y beber de sus historias heroicas para sacarte a ti y a tus hermanos adelante, me siento honrado de haber compartido medio día de su inspiradora vida… siguió diciéndome cuanto me amaba y cuanto deseaba estar a mi lado, pero no era digno en ese momento venir a verme pues estaba alicorado, pero mañana estaré a tu lado acompañando a la familia de más abolengo en La Peña. Al minuto volvió a llamar: Noralma, Me caso contigo, escoge la fecha, me caso contigo cuando tú digas. Entendí que la borrachera, o como diría él, el grado de alicoramiento era más alto de lo que parecía.
PD1: Esta historia la quería publicar el próximo fin de semana en vísperas del lanzamiento de ANAIRU, pero a ustedes les gusta el Bololó (sinónimo de chisme)
PD2: En Mi Novela, esta historia tendrá un nudo más intrincado y un clímax erótico.
Noralma Peralta Mendoza
Así me imagine la escena en el motel: el poeta con un portazo en la jeta ( boca en lenguaje coloquial) y mi escritora favorita muy digna y ofendida.
Eres buena mi Nora.
Excelente. Que lindo verle escribir con los ojos del corazón. Esa es Noralma, apasionada por todo lo que hace. Felicidades por seguir la voz de Dios, dando pasos tan importante S en su vida.
Muy bonita crónica, se nota que es el corazón y el amor que actuó en esa historia.
Felicidades.
Mi amiga Noralma Peralta, cómo me gusta leer cada escrito tuyo, un abrazo
Excelente crónica mi Seño, yo como lector esperaba esa escena de amor y pasión en el motel, es más quería volarme los fragmentos para llegar pronto allí, pero mire su inteligencia para escribir y atrapar al lector! Cuando uno espera intrigado ideando lo que pueda pasar, usted le cambia todo hilo a la historia, y de allí hasta el final, se le da inicio a otra nueva historia. Felicitaciones mi seño, usted cada día sorprendiéndonos con su pluma fina!!!
Cuando se habla con el corazón se revive el pasado y se llora de emisión
Hermosa crónica