Daniel Capitulo 6
Para mantener el control de su reino, Darío nombró a ciento veinte personas que le ayudaban a gobernar. Daniel 6:1 TLA
Además, eligió a tres ministros ante los cuales debían rendir cuentas los 120 gobernadores de las provincias. Daniel era uno de los tres ministros. El rey nombró a los ministros para que todo estuviera vigilado y no corriera ningún riesgo. Daniel 6:2 PDT
El versículo uno de este capítulo indica que el rey Darío quería tener el CONTROL sobre su reino, y para ello dividió Babilonia en 120 provincias y así mismo, escogió 120 gobernadores que compartieran con él la responsabilidad y el liderazgo sobre esas provincias. También se lee que, sobre este gran equipo de trabajo, nombró tres ministros cuya responsabilidad era velar que los intereses del rey no se vieran afectados.
El rey Darío sabía que había un alto grado de probabilidad que algunos de estos 120 gobernadores defraudaran su confianza y por ello escogió a 3 hombres que lo ayudaran a controlarlos. Seguramente, el trabajo de estas 3 personas era evitar que los gobernadores debilitaran de cualquier forma el poder del rey.
Indiscutiblemente, tanto los gobernadores como los ministros tenían un alto grado de poder, pero el uso de este debía ser controlado por alguien. ¿A quién le gusta que lo controlen? Cuando tienes un cargo de tal importancia y el manejo administrativo y financiero de una entidad o un país como lo tenían estas personas, lo último que quieres es que te estén fiscalizando.
Me viene a la memoria, una frase que dice que «el poder enferma»… de hecho investigando un poco, existe algo llamado Síndrome de Hibris (SH), que es un trastorno psiquiátrico adquirido que afecta a personas que ejercen el poder en cualquiera de sus formas[1].
Hibris se deriva de un concepto griego que significa desmesura y hace referencia al ego desmedido y a una sensación de omnipotencia que en algunos casos lleva al deseo de transgredir los límites.
Se trata de una característica de personalidad y del momento en que una persona está en cierta situación o posición social; es decir, hay personas que en el engranaje social pueden adquirir o tener mucho poder y esto los hace adictos a él.[2]
Así como en el tiempo de Daniel, hoy en día es común ver como aquellos que ascienden a un cargo de manejo se dejan permear por el poder, se le sube a la cabeza y llegan a creer que los recursos son de su propiedad a tal punto de enriquecerse y despilfarrar el tesoro público.
Y es que la centralización del poder en muchos casos, abre las puertas a la corrupción, haciendo que los gobernantes crean que no deben rendirle cuentas a nadie, de hecho, se rodean de gente especialista en asentir a todo lo que ellos digan y generar condiciones que avalen las malas decisiones de sus jefes.
Al respecto, en una investigación realizada por la Universidad de Tilburg (países bajos), se afirma que las personas que tienen el poder suelen deshumanizar a las otras personas, con el fin, de poder lidiar con algunas de las medidas que deben tomar, es decir, que tratar a las personas cual si fueran objetos disminuye el impacto emocional de las consecuencias de las decisiones que se toman. [3]
Esto se evidencia en nuestro estudio de hoy, en tanto que, debido al ejercicio de tan extraordinario de Daniel, el rey pensó en ponerlo sobre TODO el reino, convirtiéndolo en una amenaza no solo para los coadministradores del Rey, sino también para los otros ministros.
Y tan bueno fue el desempeño de Daniel que el rey lo nombró jefe de todos, y hasta llegó a pensar en hacerlo jefe de todo el reino para ponerlo frente al gobierno de todo el imperio. Daniel 6:3 NTV
Inmediatamente los dignatarios comenzaron a buscarle la caída a Daniel y no pudieron encontrar nada. La estrategia de estos hombres finalmente fue tratar de eliminarlo.
Por eso concluyeron: «Nunca encontraremos nada de qué acusar a Daniel, a no ser algo relacionado con la ley de su Dios». Daniel 6:5 NVI
Al día siguiente, los jefes principales fueron a verlo y le dijeron: —Su Majestad sabe bien que Daniel debe morir. Cuando un rey de los medos y los persas firma una ley, nadie puede cambiarla… Enseguida echaron a Daniel a la cueva de los leones. Luego taparon la cueva con una piedra muy grande, y el rey puso su sello en la entrada. Lo mismo hicieron los jefes principales para que nadie se atreviera a sacar de allí a Daniel. Daniel 6: 15, 17.
Este capítulo devela a dos tipos de personas: 1. Las que aun teniendo autoridad y poder mantienen los pies sobre la tierra. 2. Las que se enferman por no saber cómo manejarlo.
En el primer caso tienes que saber que mantenerse incorruptible tiene un costo, van a tratar de desacreditarte, manchar tu reputación, acusarte falsamente, con el único objetivo de hacerte tropezar, pero déjame decirte que vale la pena mantenerse firme, fiel, honesto y humilde hasta el final.
Daniel tenía una característica especial que le permitió tener los pies sobre la tierra, aun cuando ostentaba cargos de poder y autoridad desde muy joven propuso en su corazón no contaminarse y esto hacía poco probable que pudiera doblegarse. Esto lo puso en la mira de sus compañeros, imagínense 122 personas en contra tuya buscando la manera de hacerte caer y quedar mal ante tu jefe, no debe ser una sensación fácil, es una presión diaria que agota, cuando luchas en tus fuerzas.
Sin embargo, Dios ubicó a Daniel en esa posición para demostrar que se puede estar en lugares de autoridad y mantener la integridad.
No es tan sencillo perseverar en esto, en una sociedad donde lo normal es pensar «a papaya puesta papaya partida» la corrupción es el pan de cada día, lo anormal precisamente es ser transparentes, vivimos en un mundo donde ser honesto es para tontos.
En el segundo caso, si nos fijamos el final de quienes buscaron hacer caer al profeta fue el mismo foso que habían preparado para él y tristemente no solo fue el final para ellos, sino también para sus familias.
Más tarde, el rey mandó que trajeran a quienes habían acusado a Daniel, y que los echaran a la cueva de los leones, junto con sus mujeres y sus hijos. ¡Y enseguida los leones los agarraron y les rompieron los huesos! ¡Antes de que tocaran el suelo, ya los habían despedazado! Daniel 6:24.
Tal vez pensamos, que no se ve mucho el día de hoy que los corruptos paguen por el mal uso del poder y esto nos frustra, nos enoja y desanima. Sin embargo, todos tendrán que dar cuentas de sus acciones.
Pues todos tendremos que estar delante de Cristo para ser juzgados. Cada uno de nosotros recibirá lo que merezca por lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en este cuerpo terrenal. 2 Corintios 5:10
Tanto los gobernadores como Daniel ostentaban algún grado de poder, la diferencia fue como lo usaron.
La recompensa de Daniel no fue solo haber trascendido a través del reino de Nabucodonosor, Darío y Ciro, estoy segura que su recompensa más grande fue ver como el Rey reconocía el poderío y magnificencia de su Dios, precisamente al ver cómo ese mismo Dios envió a su ángel para cerrarles la boca a los leones.
Entonces el rey Darío escribió un mensaje para todas las naciones y los pueblos de su reino. Ese mensaje decía: «Con mis deseos de paz para todos, ordeno a los habitantes de mi reino que adoren y obedezcan al Dios de Daniel. Su Dios vive para siempre, y su reino nadie puede destruirlo. Su poder será siempre el mismo. El Dios de Daniel puede salvar y libertar, y hacer grandes maravillas en el cielo y en la tierra. ¡El Dios de Daniel pudo salvarlo de las garras de los leones!» Y así Daniel siguió siendo una persona muy importante en el reinado de Darío, y también en el reinado de Ciro, rey de Persia. Daniel 25:26-28.
Esto me enseña, que el poder del hombre es limitado, pero el de Dios trasciende. En este mundo los hombres poderosos tal vez hayan alcanzado algún reconocimiento en la historia, pero el único que trascendió al punto de partir la historia en dos fue Jesucristo, por eso existe un antes y un después de él. Si queremos trascender, es preciso que hoy fortalezcamos nuestra fe y relación con Dios, esto fue lo que hizo Daniel y por ello trascendió en el reinado de tres reyes y hoy, tú y yo podemos leer y aprender sobre él.
[1] https://www.neurologia.com/articulo/2018355
[2] https://expansion.mx/especiales/2015/04/07/el-sindrome-de-hubris-la-enfermedad-de-los-lideres
[3] https://rinconpsicologia.com/los-peligros-del-poder-la/