LA VERDADERA NOTICIA: PETRO QUIERE SEGUIR

¿Es acaso la noticia aquella designación de Laura Sarabia como directora del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República? Realmente, no. Duque, por ejemplo, tuvo siempre a su lado a una persona de su confianza, María Paula Correa, en quien concurrían un sinnúmero de facultades ejecutivas para dinamizar el gobierno. Santos, por su parte, se inventó el cargo para darle a Néstor H. Martínez un poder supra ministerial que igual pusiera efectividad y eficacia a los resultados de su segundo mandato. Hacia atrás, también vimos en semejante tarea a Alicia Arango, a pesar de la micro-gerencia detallada que caracterizó a Álvaro Uribe. La noticia es que, más allá de su compromiso con la ejecución de políticas públicas, Laura esté cuestionada aún y eso no hace la diferencia para el presidente, pues él la necesita para que le impulse no el gobierno sino el afán de seguir en el poder, la verdadera noticia.

¿Es acaso la noticia el hecho de que el eln se haya levantado de la mesa de negociación, por milésima vez en tantos años de diálogo de sordos con el país? Realmente, no. Ya sabemos que parece un juego de tronos el que lleva a esa guerrilla a demostrarle a Colombia que quieren imponer unas condiciones imposibles de cumplir por parte de nuestro estado para firmar una paz que no duraría lo que dura un confite en la puerta de un colegio, pues la desconocerían al día siguiente con cualquier excusa, al mejor estilo patético de Iván Márquez. La noticia es que el eln apoya los llamados de Petro a la convocatoria a un “pueblo” cada vez más escaso, pero más beligerante, para chocar contra los “retrógrados” del régimen, que no se acomodan a sus vocinglerías en procura de su retención del poder a toda costa.

¿Es acaso la noticia la secuencia innumerable de reformas que quiere impulsar el gobierno del presidente Petro en un congreso desbalanceado entre Senado y Cámara de Representantes, que no sigue directriz mayoritaria distinta de la de los propios intereses de cada uno en reelegirse? Realmente, no. El liberalismo desperdigó su liderazgo, el conservatismo se muestra como siempre suciamente dócil a la burocracia, la U asoma las narices al presupuesto nacional con hambre y los pequeños opositores, Centro Democrático y Cambio Radical, igual repletos de pecados, apenas logran desplegar las banderas deliberantes en Senado frente a la tradicional aplanadora del gobierno, que no sería el primero en usarla, y mucho menos el último. La noticia es que tiene el propósito claro de atosigar el parlamento para demostrar que no se pueden conseguir cambios importantes bajo el régimen institucional vigente, por lo que se requiere su permanencia en el gobierno.

¿Es acaso la noticia que la desarticulación evidente, creciente y agresiva del gobierno con los empresarios impida que se lleve a cabo un diálogo efectivo que permita echar a andar el país entre todos? Realmente, no. La empresa no cabe en la idea de gobernar del presidente de los colombianos. Al mismo tiempo que la academia y la empresa persisten en plantear diálogos, es simultánea su fatiga al no encontrar interlocutor sensato ni dispuesto a intercambiar ideas sino imponerlas. El lucro, la razón elemental por la cual se arriesga un empresario para producir el sustento para la suya y las demás familias de quienes trabajan con él, con deudas e impuestos a cargo, no es bien visto por este sistema de gestión pública que se nos enrostra. De ahí que se requiera la permanencia de Petro en el poder, mediante la extensión forzada de su mandato, para que el uso arbitrario del presupuesto público lleve el “bienestar” a los ciudadanos que vende como desfavorecidos por las abusivas actividades empresariales. Eso sí, en caso de que lo que usted ejerza como modus vivendi se encuentre dentro de una lista de delitos, llámese narcotráfico, bandas asaltantes y extorsionadoras, cuente con el apoyo irrestricto del gobierno para favorecerlo con un bono que lo lleve a renunciar al sagrado derecho a delinquir. Claro que este recurso económico proviene de los impuestos que pagan aquellos a quienes se persigue por ganar plata legal.

Son innumerables los actos de gobierno, las estrategias políticas y las expresiones manifiestas y discursos del presidente por buscar esa continuidad en el poder.

Esa es la verdadera noticia. El resto es apenas una distracción, una convocatoria de deliberar sin fin, sin rumbo y sin ánimo de mejorar la situación del país. No nos dejemos distraer con sus embelecos. No pisemos la cáscara que nos disperse de su real objetivo.

Resalta la muy mala gestión pública para llevar a cabo programas de gobierno indispensables en cualquier mandato: la vivienda, con bajísima ejecución efectiva de soluciones, la educación, concentrada en gratuidad para la superior, cuando necesitamos es formar mejores jóvenes para la convivencia pacífica e integrarlos al sistema productivo nacional, en fin, la suma de todos los males gubernamentales en un solo período de cuatro años. Aun así, quiere perpetuarse, gozar de los privilegios que observa en su protegido Maduro, o su admirado régimen cubano.

Que las elecciones nos permitan darle un vuelco a este período desastroso que nos pone en un oscurantismo y una palestra vergonzosa. ¿Alrededor de quién? Esa será la otra noticia.

Nelson R. Amaya

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