Siempre que converso con un amigo muy cercano llego a la misma conclusión, a la gente tenemos que ayudarle a pensar, a clarificar conceptos que comúnmente no ve a simple vista, por lo cual muchas veces no alcanza a entender a profundidad las verdades que hacen parte del pasado y presente de La Guajira. Para darle claridad a lo que voy a desarrollar en este artículo debemos irnos inicialmente a la historia política electoral del departamento, y ahí surgen tres preguntas claves que todos debemos plantear: ¿Cuántas veces las mujeres han sido elegidas para gobernar el departamento? ¿En la Guajira cuál es el índice poblacional que cubre la mujer? ¿Cuáles son los problemas que históricamente han perjudicado el desarrollo socioeconómico de la Guajira?
A continuación, mi respuesta a cada una de esas interrogantes.
Como respuesta a la primera, puedo decir que solo vez una mujer ha sido elegida para gobernarnos, Oneida Pinto Pérez en octubre de 2015, es decir, casi 25 años después de dar inicio a la elección de gobernadores en Colombia mediante el voto popular. Oneida no alcanzó a gobernar ni 6 meses debido a un fallo del Consejo de Estado que declaró la nulidad de su elección bajo el argumento que no renunció a tiempo del cargo de alcaldesa del municipio de Albania, donde realizó una buena gestión.
En respuesta a la segunda pregunta, el censo nacional de población y vivienda del DANE a 2020 indica que el departamento de La Guajira está integrado en un 48,9% por hombres y un 51,1% por mujeres, es decir, las mujeres son mayoría.
En cuanto a la última pregunta, sabemos que son múltiples los fenómenos sociales que aquejan al departamento, pero existe uno en especial que conlleva a la aparición del resto, la pobreza, porque la falta de recursos en los hogares trae aparejada la desnutrición, la inseguridad, la informalidad laboral, la ilegalidad en todas sus ramificaciones, la disminución al índice de escolaridad, en fin, la lista es larga.
En La Guajira hoy por hoy vivimos un panorama bastante confuso, que comienza con el problema socioeconómico y se desplaza hacia un ambiente que particularmente me parece inapropiado, el canibalismo político, algo que en vez de unir separa y deteriora la concentración que debemos tener para generar las soluciones a los miles de problemas que históricamente hemos sufrido. Ante este panorama surge una mujer Wayuu nacida en Maicao, donde estudió la primaria y el bachillerato, criada entre la alta Guajira, Uribía y Manaure, residente en nuestra capital Riohacha desde hace más de 20 años, hablante de su idioma nativo, líder cívica, política y social que está convocando un encuentro en dónde las clases políticas de la Guajira logren unirse para propiciar la conciliación y el perdón, valores necesarios en la conformación de ideas que conduzcan a encontrar soluciones sociales, porque desunidos y peleados no vamos a avanzar en materia colectiva, por eso el mensaje de reconciliación sobre la base del perdón que esta abogada wayuu ha decidido proponer debe ser apoyado, pues pienso que ella en su condición de mujer conciliadora y desde su posición de aspirante a la gobernación entiende que solamente así se lograría sacar el departamento de ese hueco profundo en el que se encuentra enterrado.
La cosmovisión de la etnia indígena a la cual pertenece Laura, le ha dado una óptica en la cual se entiende a la figura materna como ente organizador, por eso en los Wayuu, población que conforma mal contado el 48% de la población total de la Guajira (digo mal contado porque si el 70% de los habitantes en el departamento viven en zona rural, entonces fácilmente podríamos deducir que esos conteos no son tan exactos por el medio tan adverso en el cual son tomados) existe el matriarcado cómo medio de imponer el orden socio-político cuando estipulan momentos de crisis sociales.
En nuestro pueblo guajiro existen situaciones que no son fáciles de comprender, tenemos una población compuesta por los Wayuu y otras razas indígenas que totalizan casi el 50% del total departamental, del cual, más del 50% son mujeres, por lo que, analizando todo esto, surge la siguiente pregunta en dos direcciones: ¿Por qué negarle al departamento la oportunidad de ser gobernado por una mujer Wayuu, o por qué negarle a una mujer wayuu la oportunidad de gobernar este departamento?, Tanto los Wayuu, como las mujeres son mayoría, considero pues, que No podemos negarle la oportunidad a una persona en quien se conjugan tantas fortalezas para gobernar en esta coyuntura crítica, y representa a unas mayorías que históricamente han apoyado para que quienes nos han gobernado pudieran llegar al poder; creo que es la hora de la mujer Wayuu, es la oportunidad, pienso que tienen bien ganado ese derecho y muy merecido.
Claro, es bueno dejar por sentado que no solo ser Wayuu y mujer debería bastar, también tienen que existir otras cualidades y virtudes. La cualidad que más le admiro a la doctora Laura es su ritmo de trabajo, tiene una capacidad física admirable, un día puede estar en la alta Guajira realizando acompañamientos en mesas de trabajo, al otro día en el interior del país cumpliendo compromisos relacionados con su pueblo wayuu o el departamento, luego al día siguiente llegar a Riohacha y seguir adelante con otros temas. Hace unos días, llegó al parque Padilla tipo 9 am para atender compromisos con diferentes medios de comunicación, en su recorrido concedió entrevistas, saludó a viejos y nuevos amigos, al pasar las horas el sol iba apretando y la temperatura en aumento, la necesidad de alimentarse a medio día estaba exigiendo ser tratada, en esos momentos observé a Laura tan tranquila y serena como cuando hizo su ingreso al parque a las 9 am, su ánimo intacto y su actitud mesurada me dejaron claro que ella no va a necesitar adaptación para el ritmo de trabajo tan exigente al que debe someterse un candidato a la gobernación, ni va a necesitar de una persona que le sirva de intérprete para hablarle al 48% de los habitantes del departamento, sus hermanos wayuu; sin duda alguna, Laura Andriolis Freyle está preparada para el reto.
De momento nos encontramos en un momento histórico porque en 32 años de existencia del voto popular para elegir gobernadores, en la Guajira es la primera que una mujer Wayuu que desde su niñez viste la manta con mucho orgullo, capaz de interactuar con sus hermanos wayuu en su idioma nativo, y con la preparación académica y experiencia administrativa aparece entre quienes aspiran a gobernar el departamento, creo que es una aspiración válida y una oportunidad que no se debería desaprovechar, la historia lo confirma.
Luís Alonso Colmenares Rodríguez