LENTO VIAJE A ÍTACA

Nuccio Ordine en el ensayo «La utilidad de lo inútil» aborda diferentes temas, entre ellos: la prisa y la importancia de disfrutar el viaje y no la meta. La prisa moderna desborona el diálogo, acorta la longitud del aprecio, cubriendo de inmediatez su reciprocidad para ocupar, en instantes eternos, el molde infinito del tiempo humano. Por ello, los ciudadanos debemos crear lazos además para cultivar relaciones de competencia, y dependencia mutua cubierta de singularidad atención (tiempo) y cercanía (espacio) en las relaciones humanas, de por sí amenazadas por la rapidez. Surgen entonces amarres para esos lazos, los llamados nudos de la esencia: la paciencia, el silencio y la contemplación, rituales necesarios para redescubrir la felicidad ocultada por la invisible fugacidad.

«Solo se conocen las cosas que se domestican» le dijo el zorro a El Principito, y sustentó su afirmación «los hombres no tienen tiempo, por eso compran cosas hechas por los mercaderes; pero como no existen mercaderes de amigos, los hombres ya no tienen amigos» y tampoco tienen muchas de las cosas que la prisa y el dinero no pueden comprar. No los pueden adquirir porque los saberes esenciales son del todo ajenos a cualquier finalidad utilitarista y a la lógica del beneficio.

Dice Ordine «La cultura y la educación sirven para formar ciudadanos libres, hombres y mujeres capaces de razonar con su propia cabeza». Y recurre al poema Ítaca de Kavafis para mostrarnos que en la vida lo importante no es llegar al destino, lo que cuenta es la experiencia que tenemos durante el viaje. Es esa experiencia la que enriquece el alma y nos hace mejores. La verdadera Ítaca está en el viaje mismo, en las aventuras, en las cóleras de Poseidón, en lo largo del camino, en conocer puertos, enfrentar cíclopes, hacerse con hermosas mercancías y toda suerte de perfumes sensuales. Sin embargo, debemos tener siempre presente en la mente que es mejor que el viaje dure muchos años y atraquemos viejos en la isla, enriquecidos de cuanto ganamos en el camino, porque solo así entenderemos el verdadero significado de las Ítacas.

Destaca el filósofo italiano que el viaje debe ser lento, en contraposición a la sociedad actual que asume que lo rápido es lo mejor, que hay que tener prisa, ser agobiante y agobiado y practicar la lógica resultadista. Pues, bien lo expresó Nietzsche en su libro de aforismos: «la filología es el arte venerable que exige ante todo situarse al margen, tomarse tiempo, aprender que la calma y la lentitud son el arte y el saber del orfebre, la palabra que ha de realizar con trabajo dedicado y cuidadoso y el apoyo del tiempo y su lentitud». Por estas consideraciones, en los tiempos apremiantes de transformaciones e ilusiones que vive la nación, es recomendable acudir a la pausa para soportar los bemoles de Poseidón y las desventuras producidas por el carácter de Eolo durante el viaje histórico que emprenderemos este domingo hacia la Ítaca de 2026.

 

Arcesio Romero Pérez

Escritor afrocaribeño

Miembro de la organización de base NARP ASOMALAWI

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Un comentario de “LENTO VIAJE A ÍTACA

  1. Adriana Marcela Betancourt dice:

    Es todo un misterio lo que nos espera, pero se estima ( lo mejor o lo peor) de acuerdo a las creencias que cada quien tenga. Sin duda hay que disfrutar porque al morir no nos llevamos nada. Excelente artículo donde se hace énfasis en valorar los lazos afectivos que nos conlleven a establecer amistades que perduren a pesar de las actividades netamente comerciales. En líneas generales es un texto que nos invita a soltar «el interés» o el «qué dirán» para ser más libres y vivir a plenitud.

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