El olor de la tierra, la extensión de los campos, el café de la sierra hecho en leña, el brillo inmenso del sol, son patrones de los valores campesinos, la seguridad alimentaria es el vehículo cotidiano de la cadena social, del sostenimiento humano y la realidad económica del mundo, en esta columna es necesario realizar el marco teórico de nuestros campesinos, esos seres maravillosos que ven la aurora y contemplan el atardecer en llanuras y montañas, los campesinos son seres humanos que luchan cada día por mantenernos y mantener sus familias, producir los alimentos que más consumimos; ellos venden sus productos, pero hasta la fecha han sido subvalorados aun no comprendemos la magnitud de arar la tierra, ordeñar vacas y el acarreo de cercas y potreros, en historia nuestros profesores nos contaban del trueque (el cambio de maíz por otro producto que no se cultivaba en el campo) El movimiento campesino colombiano nació a comienzos de la década de los años veinte con la intención de reivindicar el papel del campesino como sujeto productivo y no solo como la fuerza de trabajo de los grandes terratenientes.
Los colombianos mayores de 18 años que trabajan en el campo se reconocen como campesinos, esto equivale a 43,6% de la población nacional, según un reciente estudio del Dane que perfiló a los habitantes rurales del país, vitales en este momento para mantener la autosuficiencia alimentaria, sus labores no tienen paréntesis porque de ellas depende en buena medida la seguridad alimentaria, la calidad de vida y el bienestar de millones de personas, es prioridad para el Estado implementar medidas para identificar la situación actual de la población campesina y apoyar la formulación y seguimiento de planes, programas y políticas públicas a su favor.
El 8.4% de la población que se identifica como campesina no sabe leer ni escribir, frente al 5,2% del total nacional que identificó el Censo de 2018, el máximo nivel educativo alcanzado por las personas entre los 18 y los 40 años que se reconocen como campesinos es la educación media (bachillerato), mientras que la mayoría de los adultos entre los 41 y 65 años solo terminaron la básica primaria muy a pesar de olas invernales, nevadas y estancamientos de sus cosechas por cambios climáticos las comunidades rurales son constantes en sus cultivos, en sus labranzas, en sus agostos, en la pesca comunitaria y en las economías comunitarias aun cuando la guerra, el olvido estatal, la inequidad y los modelos de desarrollo excluyentes ellos le apuestan a la supervivencia y con empeño mandan a sus hijos a la ciudad a capacitarse, adquirir conocimientos para tecnificar el campo a lo que llamo amor por conservar raíces y seguir escribiendo el capítulo de la tradición campesina para conservar en futuras generaciones, de acuerdo con el Ministerio de Agricultura, la agricultura campesina, familiar y comunitaria produce más del 70% de los alimentos del país, es la actividad que más empleos rurales genera y cumple un papel valioso para la conservación de la agro biodiversidad.
Las comunidades y organizaciones campesinas han utilizado las TIC y expresado sus preocupaciones han demostrado sus sueños que el Estado y la sociedad reconozcan el aporte invaluable al crecimiento económico de nuestro país, la historia cuenta la afectación directa de nuestros campesinos por la guerra, lo fundamental es el derecho a la vida y lo elemental: vías, hospitales, escuelas, energía eléctrica, agua potable, vivienda, créditos, asistencia técnica, infraestructuras, títulos de propiedad de las tierras y mercados para comercializar los productos.
A pesar de todo, las comunidades campesinas resisten y se organizan para vivir y trabajar el campo en paz y desde las Juntas de Acción Comunal, las asociaciones, comunidades indígenas, las cooperativas, los consejos comunitarios los campesinos persisten en la defensa de los derechos que les son sistemáticamente negados y en la reivindicación de las economías campesinas, familiares y comunitarias, a todo esto le sumo la nueva puesta en marcha del gobierno Nacional de las tiendas comunitarias campesinas modelo que recientemente fue inaugurada en la sierra de sabana en medio en el municipio de Barrancas proyecto liderado por organizaciones de negritudes y campesinos destaco el empoderamiento de Yamelis Molina y Yalenis Medina mujeres aguerridas quienes lucharon por consolidar esta iniciativa de beneficio para la despensa agrícola de la región de Cupuma con el objetivo de ahorrar tiempo y dinero con domicilios, servicio de internet y próximamente sucursal bancaria.
Los campesinos nos hacen reflexionar concluyendo que la situación socioeconómica del campo no es un asunto exclusivo de quienes lo habitan, sino de toda la sociedad. “Si el campo es vulnerable todos somos vulnerables”, lo dicen decenas de organizaciones campesinas del país en la situación del campesinado en tiempos de pandemia y en el que hacen un llamado al cumplimiento efectivo de la Reforma Rural Integral y del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, contemplados en el Acuerdo Final de Paz.
Se espera que, con diferentes estrategias empleadas por el gobierno a través de la Agencia de desarrollo rural, la Agencia Nacional de Tierra, Fondo para el Financiamiento del Sector Agrario entre otras entidades se reactive el campo, mejorando la economía de las familias rurales y fortaleciendo la seguridad alimentaria. El deber ser de cada alcalde, gobernador es crear conciencia campesina valorar, agradecer, mantener y crear líneas de comercialización que garanticen sacar los productos del campo a la ciudad y nuestros campesinos capitalicen su inversión, se refleje el crecimiento en diversos sectores de su rol agrario, nosotros los consumidores somos los principales beneficiarios y los campesinos los protagonistas de la seguridad alimentaria, con sentimiento cultural y de pueblo mi opinión para ti.
Yarlin Carolina Díaz Bonilla.