Marco Porcio Catón, también se le llama Catón el Joven o Catón de Útica, para distinguirlo de su bisabuelo, Catón el Viejo o Catón el Censor. Fue senador de La Roma Imperial, en su vida tuvo gran cuidado en ser un gran estudioso, en especial las leyes relativas a los impuestos. Una de sus primeras actividades fue la persecución a los cuestores o recopiladores de impuestos, por apropiación ilegal de fondos y conducta deshonesta. Como senador, Catón fue escrupuloso y determinado. Resumiendo, Catón de Útica fue un crítico de todas las prácticas deshonestas de los emperadores de La Roma Imperial. La moral era una de sus virtudes, una de sus enseñanzas y una de sus fuerzas cuando atacaba al enemigo.
De ahí en adelante, a los que cuestionan la moral o la juzgan en actos públicos o privados, se les conoce como los Catones de Útica; pues, en la política, cada vez que se aproxima un nuevo deber con la democracia y una obligación constitucional, surgen los llamados Catones de Útica. En la política local del municipio de Villanueva, hemos observado que una campaña específica se ha dedicado a aplicar, para sus conveniencias y por sus conveniencias, para atraer a sus electores, como lo que juzgan a las otras campañas en todos sus procederes, pero ay de quien diga algo en contra de esta campaña, porque vienen los insultos y los ataques personales, no solo por el que la lidera, sino también por sus seguidores, que como aplicando el silogismo de osmosis inversa, es decir, antes de la campaña, eran considerados buenas personas y lejos de llevar resentimientos, odios, querellas y sobre todo, soberbia y prepotencia en sus actuares y hoy los vemos descompuestos y todo lo que su líder o ellos digan, es la verdad verdadera y lo demás es puro cuento. Se aplican, en esta campaña, el silogismo perfecto de que dos mentiras se convierten en una verdad.
Si hay adhesiones hacia una campaña como tal, es porque esos líderes no tienen la fuerza de antaño, pero si las adhesiones fueron hacia ellos, es porque es la mejor propuesta y van más lejos sobre el constreñimiento de los votos y ahí también se han convertido en unos catones de Útica. Uno de ellos pontifica, no sobre este tema, sino sobre todo lo que realiza esa otra campaña. Pero no miran atrás, que su líder lo ha expresado abiertamente y prometen esta vida y la otra, con tal de conseguir el apoyo con dádivas, especialmente, en dinero contante y sonante ¿y eso no es constreñir el voto? Totalmente cierto.
Ahora los Catones de Útica tratan de embaucar a los de las redes sociales, que determinados candidatos no tienen el dinero para aspirar al primer cargo del municipio, cuando lo contrario es que varios de estos candidatos no necesitan el dinero para ganarse el fervor popular de la comunidad, como en efecto está ocurriendo y también están demostrando su ética y su rectitud moral en todos los procederes de su vida pública y privada. El que es honesto no necesita el boom del dinero para aspirar a elegir y ser elegido y menos estar cantándolo a los cuatro vientos, porque sus acciones demuestran lo que es, en cambio los deshonestos o los que han practicado actos de inmoralidad, tratan de venderle a la gente y se llenan la boca en decir “yo soy honesto” y es más, expresan falacias de toda índole y en todos los sentidos y sus flechas van llenas de veneno, de rabia y sobre todo, de impotencia y cuando existe impotencia los dardos son más peligrosos, porque no se les escapa nadie. Ya Villanueva ha superado esas décadas de esclavitud y de ” Los concertados”, que eran los mismos esclavos, donde los patrones feudales se disfrazaban de buena gente y de caritativos, pero la realidad era otra: eran tratados y maltratados con los peores epítetos y las mayores humillaciones. Dios, qué épocas esas, que deberíamos olvidar por siempre, pero algunos quieren recordarlas, como si estuvieran viviendo ese horrendo pasado.
Las campañas políticas debemos mirarlas más como una fiesta de la democracia colombiana y no como una lucha frontal de ataques personales, de odios enfermizos y de enemistades, porque la política pasa y los amigos quedan y todos en este pueblo hermoso, llamado Villanueva, nos conocemos los unos a los otros.
Hernán Baquero Bracho