Lo que debería ser una oportunidad para crecer nos ha dejado realmente como lo que somos, una sociedad incapaz de construir procesos que beneficien a la ciudad, eventos como estos son disparadores de desarrollo y crean sentido de pertenecía, además de dejar escenarios para impulsar nuevos talentos, pero en Valledupar como es costumbre no hemos podido y en cambio nos hemos dedicados a atacarnos para no sacar adelante un propósito común.
Pero lo qué hay de fondo es una dirigencia vallenata derrotada, dominada por una clase política contaminada por la corrupción y la incapacidad, en su mayoría sancionada y encarcelada, es una elite de pacotilla que siempre se ha movido por el arribismo y la envidia, por la lamboneria a políticos de orden nacional, la hipocresía y la deslealtad, como le ocurrió a Álvaro Uribe que era un Dios en estas tierras, hasta que llegó al 18% de popularidad y como se aproxima a perder el poder, todos corrieron y lo dejaron solo repartiendo volantes en 5 esquinas.
Esos mismos ineptos son especialistas para señalar de resentidos sociales a quienes no comulgan con su manual de estupidez y no se dan cuenta que sufren complejos estructurales, viven de apariencias y cuando tienen un problema económico se esconden debajo de las piedras, como si hubiesen cometido un delito, pero a los verdaderos delincuentes como al narcotraficante Alias La Silla, ya extraditado, si lo adoraban, son especialistas en ser serviles de quien tiene dinero, no importa como lo haya conseguido, no tienen dignidad, ni capacidad de autocrítica.
No han dado para sacar un equipo de fútbol adelante y les tocó venderlo, nos dejamos meter la Tramacua por física ignorancia, La UPC una de las peores universidades del país, el Parque de la Leyenda que debió ser un impulso turístico, desde el esfuerzo de Consuelo, no se le ha hecho nada y ahora se está cayendo, la Universidad Nacional costo Dios y su ayuda y también querían robarse la segunda fase, tenemos en la cárcel a nuestro último alcalde Tuto Uhia y al gobernador Luis Alberto Monsalvo por corruptos, no hay ambición en la empresa privada, Coolesar la dejaron perder y otra como Klarens está a punto de naufragar sin hacer el esfuerzo económico para salvarla, somos especialistas en hacer elefantes blancos para robar, el eccehomo, la tal casa en el aire y el estadio de futbol y vivimos pensando en ilusiones como el puerto seco de Bosconia y la represa de besotes, mientras van y vienen presidentes a los cuales, lo único que le hacemos es parrandas, ahora el turno es para Fico.
Con la reciente elección a Congreso se ve que no hay futuro, elegimos a los mismos mediocres que ni si quiera presentan un proyecto y no saben lo que es el control político, solo saben comprar votos y engañar a las comunidades en los barrios vulnerables a punta de mentiras, aprovechándose de la poca educación.
Hoy los juegos Bolivarianos navegan en la incertidumbre en medio de enfrentamientos, celos políticos y obras que no avanzan, como lo advirtieron el ministro del deporte y la procuradora Margarita Cabello. Pero no se preocupen, los juegos se harán, mal hechos, pero se harán, a pesar de hacer el ridículo sacaremos pecho como de costumbre, se tomarán la foto para medios, porque para vanagloriamos en la mediocridad, si somos los mejores, y todo seguirá igual.
Jacobo Solano Cerchiaro