Hacer periodismo en regiones es una tarea titánica, no solo por lo expuestos que están los periodistas a los políticos corruptos y a bandas criminales que operan en los territorios, sino por el tema de financiación y pauta, que está condicionada al manoseo de la información. Por eso, es tan importante que medios alternativos y serios, como el semanario Ojo Pelao, existan y logren un posicionamiento basado en la credibilidad de su información veraz e imparcial. Este portal ha ido creciendo y ha logrado un fuerte posicionamiento en la región, basado en la denuncia, con columnistas acreditados e informes bien elaborados para lograr impacto y el beneficio de la gente, que es, al fin y al cabo, por lo que trabajamos los periodistas.
Su director, José Ramiro Celedón Ucros, junto a su equipo periodístico, ha demostrado que, con rigor y templanza, se puede construir una base periodística que haga la diferencia, denunciando la corrupción y logrando empatía con la gente. Es muy importante seguir apoyando medios como este, que se han caracterizado por brindar información ágil y oportuna en un formato web que está dominando el mundo y apoyado en las redes sociales para construir un pensamiento crítico que trascienda más allá de la sala de redacción.
La libertad de expresión es la base de los derechos humanos, la raíz de la naturaleza humana y la madre de la verdad. Matar la libertad de expresión es insultar los derechos humanos, reprimir la naturaleza humana y suprimir la verdad. Este es un pensamiento de Liu Xiaobo, defensor de los derechos humanos y Premio Nobel de la Paz en 2010, que retrata muy bien por qué hay que preservar nuestra libertad de expresión, y mucho más en regiones como La Guajira, donde la intimidación y la amenaza han hecho parte del despliegue periodístico. La Guajira necesita el compromiso de los medios, y eso es lo que hacen en Ojo Pelao: cuidar un patrimonio y convertirlo en fortaleza. Los periodistas estamos obligados a seguir velando por la sociedad y sus libertades, a enfrentar a los violentos con nuestra pluma y determinación. Por eso, cada artículo, cada letra escrita, hace parte de un proceso libertario que fortalece nuestra democracia.
En buena hora, Ojo Pelao llegó a Colombia, porque además es un medio que surge en Barrancas, La Guajira, pero que tiene presencia en todo el mundo a través de internet, para ser vigilante de los recursos públicos y guardián de los derechos de todos. Muchas felicitaciones y que sean muchos más.
Jacobo Solano Cerchiaro