PAULE, TOLA Y YO

Cuando Paulicio pasaba por detrás de la cerca de mi casa, nosotros estábamos, agacha’os, tomando café, alrededor del fogón (que, a esa hora, tenía por lo general una parrilla de arepas asándose), mitigando un poco el frío, de las mañanitas peñeras, tal cual cómo se siente ahora, ese friíto colaito, que se va disipando a medida que el sol va calentando.  Estoy aquí en mi Lugar Feliz, escribiendo, acostada en un chinchorro, en La Casa De La Güelita, escuchando el concierto matutino de la Mirla, el Canario, El mochuelo, la Turcutu, los Pericos, las Cotorras, el Alcaraván, el Toche, el Mochuelo, el Turpial. Cuanto se disfruta lo que se extraña, sin saber que se extrañaba. Sentir este friíto, oir las aves, las vacas que mugen mientas atraviesan hacia los potreros, y los vaqueros que gritan ¡Aca Je! y allá, en la distancia sonando un vallenatico viejo, de esos oía al crecer: “Te comparo con el sol, morena, cuando el día viene rayando, y la luna en el palmar, y la luna en el palmar, cuando el sol se va ocultando”, ¡qué momento inspirador!  Como extrañaba, esta tranquilidad, ver las flores, el rocío en las hojas de los árboles, los cerros verdes, ¡La Sierra!! ¡Oh La Sierra!! Sus bordes plateados bañados en luz rosada y oro, y ese vallenato que irrumpe otra vez: “Tan frágil y tan sensible como es mi novia, como es mi novia querida… Mujer de mis añoranzas, mi gran verdad… con su trajecito blanco que le adorna la cintura, mi novia se ve más linda preciosa, ¡más pura!!” ¡Todo esto es lo que siempre tuve, fue mi normalidad, ni siquiera soy consciente de lo maravilloso que fue crecer con tanto!  ¡Y aquí están, aquí los tengo siempre! Pero, ¡Extraño el fogón, las arepas y a mamá Cele!

Aquí el aroma a café con jengibre, hecho en ollita, te despierta los sentidos y los recuerdos, más cuando ahora en la emisora suena: “así es la vida Colacho, así es la vida, mujer tu puedes salvarme y me dejas morir penando, así es la vida, así es la vida…”  y evocó con nostalgia el ayer con Paule (Paulicio, mi vecino más próximo) y Tola (Vicky, mi hermana)

Paulicio Rafael Cataño Cataño, pasaba todas las mañanas a hacer sus necesidades en el baño común de los que vivíamos cerca: el patio del Señor “Geño” y la Señora “Chayo” Armenta;  en ese patio que mide más de una hectárea, concurrimos varias familias, era nuestro servicio sanitario común, aunque cada quien tenía su espacio y horario personal, el de Paulicio era bien temprano en la mañana; de regreso, llegaba a visitarnos, ya traía un cigarrillo Pielroja en los labios, la rutina diaria iniciaba con un café que mi mamá le servía,  enseguida estábamos allí rodeándolo para escucharle alguna historia que se inventaba para nosotras, a veces nos sentaba a ambas en sus extensas piernas (mide casi dos metros).

Crecimos y teníamos que ir al colegio, pero en las noches de vacaciones, nos reuníamos mis hermanos, primos, vecinos a jugar: El Chuceleco (cuatro, ocho y doce o el atrapado), La Patilla La Joroba, La Yuca, Recorrer el Mundo O Perder Tu Hijo, Esconde Las Piedra, Margarita La De Atrás, y esas rondas preciosas e inolvidables. Los mayores (generalmente los padres de todos los participantes padres) se sentaban en taburetes al frente de cada casa, y los más alejados se acercaban y nos enseñaban los cantos de las rondas, que a ellos les enseñaros mis abuelos y a mis abuelos los suyos. En ese momento miente no me daba para imaginar que esos cantos habían pasado los dos océanos para llegar a mí, solo pensé que mi mamá y Paulicio, se los habían inventado, luego cuando salí de mi mundo (La Peña) al resto del mundo, me di cuenta que no eran propios, que se llamaban rondas y que en todo el mundo las jugaron igual que nosotros. No sé si a ustedes les pasa, pero para mí, lo que viví en mi niñez en La Peña es un tesoro sagrado, tan mío, tan mío, que ni siquiera me di a la tarea de pensar lo obvio: los Lacautures fundaron La Peña, ellos son franceses, y con ellos llegaron los españoles Mendoza, Urrutia, Cataño, Mejía y Martínez, obvio ellos trajeron las rondas y juegos.

Empiezo a cantar en mi mente, El Pájaro Pinto: “Estando el pájaro pinto sentado en su verde limón, con el pico recibe la rama y con la rama recoje la flor…”, seguido aparece en mi mente, “Naranja dulce limón partido, dame un abrazo yo te lo pido, si fuera en falso mi juramento de aquí a algún tiempo te olvidaré…”  Trato de recordar la ronda de la viuda malosa y no me llega, le pido ayuda a Ocha (Rosa mi hermana) y empezamos a desentrañar los versos que se habían escondido en el baúl de los recuerdos (cerebro). Aquí está

¿Yo soy la recién casada, no me han visto a mi marido? No señora, no señora, deme seña y le diré.

Mi marido es alto y rubio, tiene tipo de francés y en el puñal de la espada lleva el nombre de Isabel.

Su marido lo mataron, hace tiempo que murió, lo mataron, lo mataron, lo mató Francisco Arón

Tres hijos varones tengo, ¿a quién se los dejaré? A donde fue a morir su padre, vayan a morir los tres

Yo me voy para la sierra a vestirme de café, para que la gente diga que hermosa viuda quedé

Yo me voy para el mercado a vestirme de verdura, para que la gente diga que hermosa quedó esa viuda.

Jajaja qué fuerte era esa viuda, con razón!! ¿La habían cantado y jugado?

Trato de sacar del tesoro de Ochoa una historia que vengo buscando hace rato: Siete Leguas, es un cuento tenebroso y excitante que Paulicio nos contaba una y otra vez, a petición de todos. Paule no lo recuerda, por más que lo intenta y a mí solo me llegan imágenes de la terrible travesía de aquel pobre hombre que buscaba fortuna, para poder salvar la vida de uno de sus hijos. Sé que debía pasar por muchas pruebas difíciles para poder llegar al lugar del tesoro, pero seguramente por lo impactante solo se quedan en mi mente el momento en el que un ogro con siete lobos feroces (en mi mente aparecen perros, creo que él dijo lobos y yo al no tener el referente, ubiqué perros) ataca al hombre, no recuerdo el resto del asunto, pero los lobos los ató a las patas de la cama, con siete cabellos de mujer virgen (de la Hija del ogro) y así pudo escapar. El otro momento es cuando le toca atravesar un río y para hacerlo debe vaciarlo con una ponchera, y entre más agua sacaba más agua fluía, hasta que se colocó en contra de la corriente y colocando la ponchera en posición hacia donde muere el sol, el tío se detuvo y pudo pasar. Hoy le he preguntado a Google José por este cuento y lo más parecido que encuentro, que seguramente Paulicio leyó y se inspiró, es lo que mi primo francés Charles Perrault, llamó Las Botas De Siete Leguas O Pulgarcito.

Fuimos creciendo aún más y Paule seguía llegando a la casa a jugar con nosotras y a hacernos reír, a Tola y a mí nos encantaba su visita diaria porque reíamos hasta las lágrimas con cada ocurrencia, a veces era el odontólogo, a veces era el mijo (pareja) de Tola, tenían un hijo Twin Alain (Un muñeco amarillo) que se ahogó un día en el río, por lo cual se divorció de su Mija Tola (Vicky). Cuando Paule no estaba, Tola y yo construimos la historia novelesca de una mujer ejecutiva y su esposo, ellos viajaban mucho y eran prósperos, no recuerdo más detalles, pero es imborrable: la sensación que sentía al ayudarle a Inventar cada capítulo, mientras lavábamos la ropa o los platos, o hacíamos aseo o cualquier otro oficio en la casa.   Cuando Tola se convirtió en Vicky (se fue a vivir a San Juan para estudiar el bachillerato y Norma Miranda decidió que Vicky era más cool de Tola, para el nombre Victoria), no tenía con quién construir historias, así que más bien las escribía y pintaba dibujos que las ilustraban, varias libretas fueron mi Tola, aun cuando estaba ya en la Universidad, un libro de actas, el único que conservo, fue mi desahogadero literario; poesías, poemas, relatos, cartas, crónicas, yacen en él. Pienso en todo esto y encuentro mis raíces literarias.   Creo que Paule y Tola fueron unos estimulantes maravillosos para escribir, todo lo que escribo para ustedes cada domingo. ¡Hoy quise homenajearlos!! ¡Gracias amados Paule y Tola! Y bueno investigando el cuento Siete Leguas encontré que su escritor: el primo Charles Perrault, está en mi línea ascendente paterna, así que ese cuento se vuelve hoy aún más excitante para mí.  De hecho, al leer Pulgarcito de cara al cuento de Paule, creo recordar detalles muy similares y hasta creo que en verdad es el mismo, pero quizás mi memoria emocional me esté jugando una mala pasada.  Intentaré sacarlo de las mentes que lo escuchábamos hasta tener una versión muy cercana y saldremos de duda. ¡Lo prometo!!

Noralma Peralta Mendoza

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7 comentarios de “PAULE, TOLA Y YO

  1. Martha Patricia Sanchez dice:

    Que bueno todas esas remembranzas. Épocas hermosas que jamás saldrán de nuestras mentes y no hacen sacar la niña que llevamos dentro. También me transporté, en mi casa teníamos cuentero propio: Mi papá con las mil y una historias que hasta no hace mucho tiempo pensé que eran de verdad

  2. Jorge Márquez dice:

    Siempre tienes una buena historia. Bochas chic mucho sazón. Gracias por dejarnos conocer los detalles de la gente de nuestra amada La Guajira.

  3. Shenny romero benavidez dice:

    Me encantó demasiado así parecido a lo que viví en la finca entrañable fue mi niñez también me encanto mucho noralma muchísimas bendiciones aun que me encantaría que sacaras un libro un abrazo me identificó mucho con tu linda vivencia

  4. Victoria Peralta dice:

    Con paulicio aprendimos nuestra primera palabra en inglés: no smoking
    La próxima crónica la escribimos a 4 manos para ampliar los detalles
    Fue lindo devolver el casete; creo que nuestra generación no tiene chic tiene casete
    Te amo con cocá

  5. Francisco Javier Pérez Flórez dice:

    Seño, usted sigue avanzando como los grandes escritores, en su pluma y su mente siempre hay una gran sorpresa, hoy logró sorprenderme con ese hermoso detalle que vivimos todos en nuestra juventud, y que desafortunadamente ya hoy los niños y jóvenes ni los conocen, como fueron esos juegos y rondas que eran nuestro mayor entretenimiento en horas de la noche. Gracias por regalarnos esos hermosos recuerdos, gracias por dejar que conozcamos todos esos hechos que rodearon su niñez, y que usted hábilmente las transforma en un hermoso cuento que por su sencillez logra atrapar de comienzo a fin al lector. Muchas bendiciones y mucha sabiduría para mi Seño!

      • AMARILIS SIERRA MENDOZA dice:

        Mi amiga hermosa, usted debe escribir un libro, usted es excelente escribiendo, que hermosas remembranzas de inmediato me transportó a mi niñez porque muchas cosas que usted describió ahí yo las viví y eso permite que mientras uno Lee quiera seguir leyendo más y más uno se identifica con casi todo lo que usted contó en su escrito y recordar es vivir, que hermoso, felicitaciones por esos escritos tan hermosos. Escriba un libro, exitos en todo lo que emprenda. Bendiciones.

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